viernes
8 y 2
8 y 2
Si bien el presidente Gustavo Petro acabó de cumplir su primer año de mandato, desde ya hay políticos que –aun cuando faltan 3 años para las elecciones presidenciales–, buscan pescar en río revuelto y ponen a andar precoces candidaturas. El fenómeno no es nuevo y, de hecho, el hoy Jefe de Estado arrancó la campaña que lo llevó al poder el mismo día que ganó Iván Duque la Presidencia en 2018. ¿Qué hay detrás de esas tempranas aspiraciones y quiénes suenan?
Lea también: Se cumple el primer año de Petro en el poder: ¿y qué hay de estas 25 promesas?
El más reciente hecho lo protagonizó la senadora María Fernanda Cabal (Centro Democrático) quien puso a sonar su nombre como próxima inquilina de la Casa de Nariño. En un verdadero acto de campaña –a bordo de una tractomula y mofándose del petrismo–, la congresista uribista echó mano de la impopularidad del presidente para decir que “el cambio es a lo moderno” y que es hora de que, por primera vez, una mujer asuma la Presidencia.
Cabal logró su cometido y no tardó en acaparar atención mediática. “Esa precocidad electoral siempre estará presente en un momento en el que hay alta mediatización de la política y el juego electoral pasa a ser un espectáculo”, explica el profesor Néstor Julián Restrepo, coordinador de la Maestría en Comunicación Política de la Universidad Eafit.
Oportunismo o no de Cabal, lo cierto es que la corta luna de miel de Petro con las encuestas (hoy su impopularidad es del 61 %, según Invamer) y sus sonados escándalos parecen estar abriéndole la puerta a candidatos para hacer campaña desde ya.
Es el caso del exvicepresidente Germán Vargas Lleras quien, aprovechando su condición de jefe natural de Cambio Radical y la tribuna que le dan sus columnas, le ha dado vitalidad a una eventual aspiración presidencial: “Yo no puedo contestar eso ahora”, dijo la semana pasada a la pregunta de si sería candidato durante un acto de campaña del general (r) Jorge Luis Vargas, quien aspira a la Alcaldía de Bogotá.
“Ese papel preponderante de Vargas Lleras en tribunas políticas y su apoyo en plaza pública a otros aspirantes desnudan sus aspiraciones”, aseguró un congresista de la colectividad que pidió no ser nombrado.
En respuesta, desde el Pacto Histórico –que desde ya le apuesta a un sucesor o sucesora del proyecto político que se gestó alrededor de Petro–, también se han “pellizcado” y han puesto a rodar sus propios nombres. Uno de los que más retumba es nada menos que el de la Primera Dama Verónica Alcocer, quien ha ido asumiendo un rol cada vez más protagónico en el “gobierno del cambio”.
No solo es conocida su influencia y preponderancia en los nombramientos de Palacio, sino que ha hecho las veces de diplomática en escenarios internacionales e, incluso, a nivel local, no deja de ser recordada su visita al Congreso en abril cuando tambaleaba la reforma a la salud de Gustavo Petro.
Sumado a ella, en el petrismo suena también el exsenador Roy Barreras, hoy embajador de Colombia en Reino Unido, pero con un importante caudal político y con partido propio. Las elecciones regionales de octubre próximo, de hecho, serán otro intento para poner a prueba su maquinaria electoral.
El partidor da para tanto que hasta alcaldes en ejercicio como Daniel Quintero (Medellín) o Claudia López (Bogotá), podrían estar ambientando debajo de cuerda eventuales aspiraciones. Lo anterior, pese a que cargan con cuestionadas administraciones y una impopularidad que parece poner en entredicho cualquier aspiración.
Ambos concluyen sus periodos en poco más de 3 meses y, sumado a ellos, se espera un verdadero boom de exgobernantes en búsqueda de llegar a la Casa de Nariño.
Lo mismo pasó en el caso de excandidatos presidenciales como Federico Gutiérrez, Enrique Peñalosa o Rodolfo Hernández quienes, concluidos sus mandatos regionales en 2020, dieron el salto hacia las presidenciales.
De acuerdo con la estratega Viviana Arias, las regionales de octubre próximo y cómo se reconfigure el país políticamente será una primera muestra de lo que se viene de cara a 2026: “Habrá un punto de partida muy importante porque se van a mover las fuerzas políticas. Hay que ver cómo quedan los partidos, las asambleas y concejos. Eso da una proyección al Congreso y va a permitir tener una visión muchísimo más clara a nivel presidencial”.
Para la representante Catherine Juvinao, de la Alianza Verde, estas tempranas candidaturas han sido una constante en los últimos años en Colombia y, aunque la desfavorabilidad de Petro contribuye a que uno u otro aproveche y ponga a sonar su nombre, lo cierto es que aún no deja de ser prematuro.
“Es normal. Mire el caso de Duque. Al día siguiente de posesionarse, Petro dijo que iba a ser candidato. No tiene que ver con un asomo de crisis en este gobierno, sino que es un fenómeno que ha hecho carrera en las últimas elecciones presidenciales”, asegura la congresista, quien atribuye la precocidad al poco margen con el que son elegidos los presidentes. “El que perdió de una arranca a hacer campaña”.
Sin embargo, la estratega Viviana Arias insta a ver también el delicado ambiente de descontento y los asomos de crisis que empantanan la gestión de Petro: “La situación frente al tema de la canasta familiar, la gasolina, la inseguridad y otras tantas situaciones hacen que el ciudadano del común definitivamente esté cansado de creer en la esperanza”.
El profesor Restrepo agrega otro ingrediente al cóctel a las tempranas aspiraciones. A diferencia de lo que ocurría décadas atrás, explica que ya los dirigentes políticos no obedecen a lógicas partidistas –como hacer fila para aspirar– o a ciclos electorales para lanzarse al agua. “Se mantienen en una campaña permanente. Ese fenómeno, mezclado a situaciones mediáticas, hacen que veamos candidatos, a pesar de que acabamos de salir de una elección”.
En el caso de Cabal o Vargas Lleras, el catedrático atribuye su renovada notoriedad a su rol como oposición y al reacomodo ideológico de la derecha: “Eso pasa en América Latina y en el mundo, donde vemos reacomodos de partidos o políticos hegemónicos que pierden el poder y se ajustan rápidamente para volver a conquistar el poder”.
Al margen de los cálculos políticos y de los movimientos de lado y lado, lo cierto hoy –a poco menos de 3 años de los comicios presidenciales–, es que el escenario está biche. La batuta podría quedar en manos de Petro, que podría seguir aglutinando a la ciudadanía alrededor de su proyecto político o, por el contrario, fortaleciendo detractores en la medida en que sigan sobresaliendo sus escándalos y salidas en falso sobre los resultados de su gestión.
Petro, raspando entre líderes de opinión
Este viernes se conocieron los resultados del Panel de Opinión 2023, realizado por la firma encuestadora Cifras y Conceptos. Tras consultar a 5.000 líderes, se evidencia que, frente a sus antecesores, la materia en la que sobresalió el presidente Gustavo Petro en el primer año de gobierno fue la ambiental con una calificación del 55/100. Lo anterior, por encima de exmandatarios como Iván Duque, Juan Manuel Santos o Álvaro Uribe.
Sin embargo, Petro igualó a Duque en los niveles más bajos de gobernabilidad (44) y, con una calificación de 56, sigue estando lejos de los niveles de aceptación que alcanzó a tener Santos en el frente económico (69). En materia social registró una calificación de 52. Además, se rajó en seguridad, pues obtuvo el desempeño más bajo (38) en medidas para combatir la guerrilla y las bandas criminales, así como para combatir la delincuencia común (36).
Comunicador social y periodista de la Universidad Central, especializado en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de las universidades Externado y Columbia.