El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, frenó en seco al presidente Gustavo Petro y lo contradijo al descartar la viabilidad del plan con el que el Jefe de Estado pretendía utilizar Títulos de Deuda pública (TES), para comprarle 3 millones de hectáreas de tierras al gremio ganadero con el fin de entregárselas a la población campesina en los próximos 4 años.
Esto demuestra que aunque han pasado solo 67 días desde el inicio del Gobierno Petro, la figura de Ocampo ha sobresalido como la del encargado de apagar los incendios –especialmente económicos– que se encienden con los anuncios imprecisos de varios de sus compañeros de gabinete, e incluso del Presidente de la República, a quien le respondió que “no se pueden comprar tierras con TES, eso no está autorizado”.
Más que desempeñar un papel de héroe que le pone el pecho a las salidas en falso del Ejecutivo, Ocampo está dejando en evidencia que el Gobierno ha cometido una serie de errores en anuncios que pueden tener impacto directo en el bolsillo de los colombianos, pues previamente salió a corregir a las ministras Carolina Corcho (Salud), Patricia Ariza (Cultura) y a la viceministra de Energía, Belizza Janet Ruiz.
No es la primera corrección a Petro
En poco más de dos meses que lleva en su cargo, el ministro Ocampo ha priorizado su papel de experto en materia económica por encima de sus intereses políticos, pues además de liderar la reforma tributaria que se tramita en el Congreso, ha sido el único de los altos funcionarios del Ejecutivo que no ha tenido problema en mostrarse en contravía del Jefe de Estado.
En el consejo de ministros realizado en la hacienda Hato Grande a comienzos de octubre quedó claro que Petro no está augusto con las comunicaciones del Gobierno, pero a pesar de su disgusto con este tipo de contradicciones, las intervenciones de Ocampo han representado un polo a tierra al evitar que se meta la pata en la administración de los recursos del Estado o se genere pánico económico, especialmente en un contexto de reformas en políticas públicas.
Así lo hizo al bajar de la nube al Presidente con los Títulos de Deuda Pública que utilizó para convencer a los ganaderos de venderle 3 millones de hectáreas de tierra. Petro había asegurado que el Gobierno se endeudaría por cerca de 60 billones de pesos para esa transacción. “El tema del dinero podemos pensarlo a seis años, que sea de a 10 billones de pesos por año, nos endeudamos y le pagamos con títulos al dueño de la tierra”, planteó el Mandatario.
Para Óscar Manco López, doctor en Ciencias Económicas, el anuncio de Ocampo fue sensato, ya que considera que el uso de Títulos de Deuda Pública para pagar tierras podría no ser conveniente considerando el contexto económico por el que atraviesa el país.
“Esa deuda de 60 billones de pesos representaría un incremento en el total del endeudamiento con respecto al Producto Interno Bruto del 50% a cerca del 54,5% (...) Eso deja en evidencia que este no es el momento para conseguir deuda porque las tasas de interés están muy elevadas y son poco competitivas, lo que implicaría un servicio de deuda muy elevado para el país comprometiendo vigencias futuras y presupuesto para deuda”, explicó Manco López.
Al decir lo que los demás no quieren escuchar, Ocampo demostró que es una voz con autoridad dentro del Gobierno, pues lo respalda su experiencia en los altos cargos que ha ocupado como el de ministro de Agricultura, secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), secretario general adjunto del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, y codirector del Banco de la República.
A esto se le suma la postura política independiente que tiene al interior del Ejecutivo, pues Ocampo no respaldó la candidatura de Petro y en su lugar apoyó al excandidato Sergio Fajardo en la pasada contienda presidencial, por lo que no tiene ningún compromiso político con el Presidente y una eventual destitución suya podría leerse como un mensaje negativo para los sectores económicos del país.
Su experiencia y la aparente distancia política con Petro han pesado para que el ministro de Hacienda salga en público a apagar los incendios de la Casa de Nariño. Muestra de ello fue el episodio en el que desmintió un aumento en los impuestos de la telefonía móvil y descartó que el país no contemple firmar más contratos de exploración de hidrocarburos (ver Recuadros).
En todo caso, estas salidas en falso han demostrado que hay descoordinación al interior del Gobierno, asunto por el que el presidente Petro ya dio un jalón de orejas a su gabinete ministerial, pues reconoció que hay falencias en las comunicaciones
Las otras correcciones que hizo el Minhacienda
Descartó más IVA a la telefonía móvil: Días antes del 7 de agosto, cuando se posesionó, la ministra de Cultura, Patricia Ariza, planteó que en la reforma tributaria se aumentarían los impuestos a los planes de telefonía desde los 38.000 pesos, anuncio que desató polémica. José Antonio Ocampo tuvo que rectificar esta afirmación y dijo que ni siquiera se estaba evaluando esa posibilidad, que finalmente no fue incluido en el texto de la reforma tributaria.
Desmintió impuestos a capitales golondrina: A inicios de octubre el presidente Gustavo Petro destapó su idea de ponerle un impuesto transitorio a las remesas de capitales golondrina, que son los que llegan a un país en el corto plazo y luego vuelven a salir, y la propuesta generó preocupación en materia de inversión extranjera. Ocampo descartó esta iniciativa y para tratar de calmar a la opinión pública aseguró que “no hay ningún temor para esos inversionistas”.
No descartó la exploración de hidrocarburos: Otro de los cruces de Ocampo fue con la viceministra de Energía, Belizza Ruiz, quien planteó que en Colombia “no habrá nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos”. Tras esta afirmación, el ministro de Hacienda le aclaró a los medios de comunicación que todavía no se ha decidido nada sobre los futuros contratos de exploración y explotación, pues es una fuente de ingresos estratégica para el país.