El ministro de Defensa, Guillermo Botero ha sido el miembro del Gobierno más cuestionado en el Congreso de la República por sus reiterados desaciertos. Tanto, que en solo 15 meses ya ajusta dos debates de moción de censura en su contra.
Los últimos crímenes contra la comunidad indígena en el Cauca, entre los que se cuentan dos masacres en dos días, fueron el detonante para esta nueva citación.
El ambiente para la moción de censura este martes en la Plenaria del Senado estaba agitado. El debate fue álgido y la votación, como señala la norma, quedó para la otra semana. Si es pública, las fuerzas de oposición suman a las bancadas liberal y de Cambio Radical –que anunciaron que votarán a favor de la moción– para un total de 54 votos, mismo número para la coalición de gobierno. Sin embargo, varios congresistas del Partido de la U quieren la salida del ministro y si el voto es secreto como pide la proposición, la salida de Botero podría darse.
Los partidos afines al Gobierno defendieron la gestión de Botero con estadísticas, mientras los citantes argumentaron que no podía continuar en el ministerio por los escándalos y falta de eficacia.
Bombardeo y muerte de menores
Roy Barreras presentó en el debate de moción de censura un informe de Medicina Legal, “no conocido por los colombianos”, en el que dice que fallecieron siete menores de edad en un bombardeo registrado por el Ejército que iba dirigido contra disidentes de las Farc.
“Ministro, usted le escondió a Colombia que ese día de septiembre bombardeó siete niños y murieron siete niños”, le dijo Barreras a Botero y, además, cuestionó que no se sabe si hubo más menores de edad muertos.
El ministro, durante su defensa, indicó que no conocía el documento que exhibió Barreras y precisó que esa fue una operación lícita “hecha con toda la rigurosidad del Derecho Internacional Humanitario, y con el acompañamiento de las fiscalías 114 y 135”, pero que será la misma Fiscalía la que determine cuál es la responsabilidad de quienes actuaron en este operativo.
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Errores y “metidas de pata”
La gestión de Botero en el ministerio fue polémica desde el principio. El Gobierno ajustaba un mes y en un evento en Cartagena, sobre las protestas sociales y cierres de vías dijo: “Con los dineros ilícitos corrompen y financian la protesta social (..) Detrás de eso siempre hay mafias”. Esta afirmación exacerbó los ánimos de quienes defienden la protesta social.
También hay preocupantes imprecisiones. Primero hizo que el presidente Iván Duque anunciara y se retractara de la muerte del entonces criminal más buscado, Walter Patricio Arizala, alias “Guacho”, jefe de las disidencias de en Tumaco (Nariño) quien cayó meses después.
Ante el crimen de la líder social María del Pilar Hurtado, en Tierra Alta, Córdoba, Botero dijo que el Eln era la organización responsable. Con esa información el senador Álvaro Uribe trinó y luego el ministro desmintió su propia afirmación. Dijo que las investigaciones continuaban.
Se equivocó sobre las causas del asesinato, en abril, del excombatiente de las Farc, Dimar Torres. Primero dijo que si hubo un homicidio “tuvo que haber alguna motivación”. Luego que el disparo fue producto de un forcejeo con el cabo del Ejército, Daniel Eduardo Gómez. A los pocos días, el general Diego Villegas reconoció la responsabilidad de las Fuerzas Armadas.
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El 18 de mayo el diario estadounidense The New York Times publicó una investigación, en la que dio a conocer una directriz que podría generar el regreso de los llamados falsos positivos. El escándalo fue tal que el Gobierno se quejó ante el medio de comunicación. Botero enfrentó su primera moción de censura, pero salió fortalecido.
Sin ningún tipo de filtro, Botero dijo, por ejemplo, que el principal problema de seguridad en Puerto Carreño (Vichada) es el robo de ropa extendida.
En la plenaria, fue acusado por cuatro de las fotos de “inteligencia” que fueron incluidas en el dossier que el presidente Duque presentó a la ONU, para evidenciar presencia del Eln en Venezuela, y que resultaron ser fuera de contexto.
Insatisfacción en aumento
Guillermo Botero llegó del gremio empresarial. De la primera moción de censura se salvó en junio con los votos del Centro Democrático, Partido Liberal, Cambio Radical, Colombia Justa Libres, Partido Conservador y de la U.
Pero ahora enfrenta vientos cruzados. El Partido Liberal y Cambio Radical votarán a favor de la moción. Varios congresistas de la U como Roy Barreras y Armando Benedetti, también lo harán. “Voy a votar a favor de la moción de censura. Ese señor se parece al del Chavo del Ocho, creo que debería irse, la gestión ha sido pésima”, manifestó Benedetti.
Durante la plenaria, Barreras, senador citante, le recordó al ministro sus frases más polémicas y realizó una denuncia nueva: que en un bombardeo en San Vicente del Caguán, Caquetá, en agosto pasado, en el que cayó alias ‘Gildardo Cucho’, también murieron siete niños, quienes habían sido reclutados forzosamente por las disidencias de las Farc.
Juan Diego Gómez, senador conservador, dijo que como bancada de gobierno votará negativamente la moción, no obstante, “como ya ha generado desgaste y oposición en los ciudadanos, debería dar un paso al costado, para hacerle un bien al presidente”.
Una de las voces que salió en su defensa fue la de Paloma Valencia, senadora del Centro Democrático, quien dijo que el ministro “ha hecho una gran labor y así lo muestran indicadores como los homicidios que están cayendo en este gobierno”.
El ministro, durante su defensa, reconoció que se emplearon “fuentes secundarias” en el informe que presentó el presidente ante la ONU y que decidió no informar sobre procesos judiciales contra militares, porque “la realidad judicial es cambiante”. Respecto del caso de los niños asesinados, indicó que no conocía el documento que exhibió Barreras y precisó que esa fue una operación lícita “hecha con toda la rigurosidad del Derecho Internacional Humanitario, y con el acompañamiento de las fiscalías 114 y 135”, pero que será la misma Fiscalía la que determine cuál es la responsabilidad.
Con un Congreso dividido en torno a su nombre, Botero deberá esperar una semana para que se defina si se convierte en el segundo cambio en el gabinete. El primero correspondió a la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, quien fue reemplazada en mayo pasado por Margarita Cabello. En el caso de Botero sería por petición y control político de los congresistas.
