Estuvo varias semanas en una especie de retiro espiritual, no pasaba al teléfono, no opinó sobre la segunda vuelta y se alejó de los reflectores, pero hace dos semanas Germán Vargas superó la tusa electoral y saludó al país con un proyecto de reforma tributaria que ya radicó su partido, Cambio Radical, en el Congreso.
Días antes estuvo a punto de truncar la presidencia del Senado al Centro Democrático y fue decisivo para que cuajara la elección de Felipe Córdoba como contralor General. Sostuvo un encuentro con el presidente Iván Duque y posiblemente su partido se declare como de Gobierno y él se vaya a una embajada, aunque varios de sus copartidarios prefieren ser independientes. También volvió a las páginas de opinión del diario El Tiempo.
Quien sí no espero ni un día sino que desde su discurso en la segunda vuelta declaró su oposición fue Gustavo Petro, ahora senador gracias a la reforma del equilibrio de poderes. Sin que Duque arrancara trinó varias veces contra su futuro Gobierno y algunos de sus nuevos ministros. Convocó a una movilización el día de su posesión, en rechazo a la muerte de líderes sociales y como demostración de poder y rechazo al Gobierno.
Por su parte Sergio Fajardo, después de irse a ver ballenas al Pacífico y defender el voto en blanco en segunda, reapareció para agradecerle al presidente Juan Manuel Santos por su trabajo por la paz; se reunió con los líderes de Compromiso Ciudadano y, en redes, más que en la calle, promueve la Consulta Anticorrupción.
Humberto de la Calle retomó su columna en El Espectador, y aunque también apoya la Consulta, no ha figurado mucho en lo político, pero sí en la opinión. Su partido está jugado con Duque, camino que no quiso seguir el exjefe negociador en La Habana.