Un anciano de 75 años posee uno de los perniciosos cerebros que controlan el narcotráfico mundial, un negocio que produce 652.000 millones de dólares anuales y que tiene en circulación 618 tipos de estupefacientes, los cuales han sido consumidos por una de cada 17 personas entre los 15 y 64 años de edad.
Su nombre es Ismael Zambada García y en el bajo mundo lo apodan “el Mayo”. Luego de la sentencia a cadena perpetua de su socio Joaquín “el Chapo” Guzmán (2019), quedó al frente del Cartel de Sinaloa, una organización mexicana que trafica drogas en los cinco continentes. Según el dosier de la DEA, está activo desde los años 70, manejando un discreto perfil para mantenerse a la sombra, y tiene asignada una de las recompensas más altas contra un narco: 15 millones de dólares por su captura.
Es uno de los responsables del tráfico de fentanilo y otros opioides que desataron una letal epidemia de consumo en EE.UU., causando la muerte de 70.000 adictos en 2021.
Pese a este palmarés, “el Mayo” no es el capo de capos, como algún día lo fueron Pablo Escobar y “el Chapo”. Hoy el mercado se ha democratizado tanto, que es difícil distinguir un solo imperio y un único big boss (gran jefe).
La moda en la actualidad es el trabajo en red, con subdivisiones de la cadena de producción y distribución del narcotráfico que se interconectan a nivel global.
Aun así, hay otros líderes que sobresalen en ese reino de excesos y crapulencia, y que en sus respectivas regiones son los amos del tráfico. Para identificarlos, consultamos fuentes judiciales y analizamos las listas de los más buscados de Europol, Interpol, la DEA, FBI y el Departamento de Estado de EE.UU.
La mafia europea
Encabezando la lista de Europol aparece Joseph Johannes Leijdekkers (“el Gordo Jos”), un neerlandés de 32 años que, según esa agencia, “es un jugador clave en el tráfico internacional de cocaína”.
A pesar de su corta edad, es conocido como “el rey de la cocaína de Amberes”, dado que controla el tráfico en ese puerto de Bélgica y en el de Roterdam, en Países Bajos, que combinados son la más importante puerta de entrada a Europa para la cocaína.
Para regular el flujo de droga por esos puertos, “el Gordo Jos” se asoció con un grupo de sicarios llamado “la banda del Pulpo”, que elimina a los deudores y traidores a sangre y fuego. Uno de estos casos tuvo amplia difusión en la prensa extranjera, cuando en 2019 ordenó la tortura y desaparición de Naima Jillal, una reconocida narcotraficante holandesa.
En la base de datos de Europol también está Nikolay Shterev Kurkuchev, de 55 años y nacido en Bulgaria. Este veterano traficante uno de los más buscados para la Policía de España, país en el que administra una célula criminal.
Es cliente del Clan del Golfo, con el cual exporta cocaína desde el Caribe colombiano, con escala en la costa española sobre el Mediterráneo y destino final en Europa central.
Su gestión convirtió a Bulgaria en uno de los sitios más activos para los negocios de drogas en el Viejo Continente.
Hay otro europeo que está en la mira del Pentágono de EE.UU.: Semión Yúdkovich Moguilévich (“el Tío Szeva” o “don Semión”), a quien el FBI llamó una vez “el verdadero jefe de la mafia rusa”.
Aunque nació en Ucrania hace 77 años, construyó su imperio criminal en Moscú, donde las agencias internacionales sospechan que tiene aliados en el Kremlin, lo que lo ha hecho intocable hasta ahora.
Es economista de profesión y no solo está involucrado en el narcotráfico, sino en el tráfico de armas, lavado de activos, estafas y trata de personas a escala mundial.
La línea asiática
La DEA lleva una década persiguiendo al chino Chuen Yip (“Gordon Yin”), de 60 años y señalado de ser uno de los más prolíficos proveedores de drogas sintéticas, esteroides anabólicos y precursores químicos en el mundo.
De igual manera, se le acusa de ser socio del cartel de Sinaloa para el tráfico de fentanilo. Su última ubicación conocida fue Wuhan, la cuna del covid-19, y su rastreo ha sido difícil por la falta de cooperación entre el gobierno de China y las agencias extranjeras.
Otro chino en la mira es Wei Hsueh-Kang, de 62 años, considerado el más grande traficante de heroína y opio del Triángulo Dorado de Asia (Tailandia, Laos y Myanmar).
Es además uno de los comandantes del Ejército Unido del Estado de Wa, una facción insurgente de Myanmar que patrocina sus actividades ilícitas. Es propietario de minas de jade (piedra preciosa) y empresas de combustible, con las cuales lava el dinero de sus operaciones de narcotráfico.
Para cerrar el listado hay que mencionar a dos colombianos que representan a los máximos proveedores de cocaína para el mercado transnacional.
Uno es Jobanis Ávila Villadiego (“Chiquito Malo”), líder del Clan del Golfo; y el otro es Wilber Villegas Palomino (“Carlos el Puerco”), narcotraficante al servicio del ELN en la región del Catatumbo y en Venezuela, que el pasado abril entró a la lista de los 10 fugitivos más buscados del FBI.
Ambos están pedidos en extradición a EE.UU., cuyo Gobierno ofrece US$5 millones de recompensa por cada uno.
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ANEXO: Los antiguos reyes del negocio
- Pablo Escobar Gaviria (“el Patrón”): jefe del cartel de Medellín, abatido por policías en 1993.
- Amado Carrillo Fuentes (“el Señor de los cielos”): fundador del cartel de Juárez (México), murió durante una cirugía plástica para cambiar su apariencia en 1997.
- Darko Saric (“el Pablo Escobar de los Balcanes”): jefe de la mafia de Montenegro y los Balcanes, capturado en abril de 2022.
- Matteo Messina Denaro (“el Capo de Capos”): líder de la Cosa Nostra de Italia, capturado en enero de 2023.