Aunque con retrasos, que según la ONU son ajenos a la voluntad que tienen tanto las Farc como el Gobierno, el proceso de dejación de armas de ese grupo insurgente continúa y ese organismo dio detalles de lo que hasta el momento se ha podido realizar en ese punto, fundamental para la implementación del proceso de paz.
Según Jean Arnault, jefe de la Misión de las Naciones Unidas en Colombia, el proceso de registro e identificación del armamento con el que los guerrilleros de las Farc ingresaron a las zonas veredales y puntos de normalización, “avanza en un 85 % y esperamos que antes de este fin de semana se termine, por eso podemos anticipar que llegaremos a unas 7.000 armas. Sabemos que este proceso se tardó un poco más de lo previsto, sobre todo por condiciones climáticas”.
El representante de la ONU también afirmó que se dio inicio a la ubicación de las caletas con armas del grupo guerrillero, que se sumaría a ese número que calcula el organismo internacional. “Iniciamos un proceso muy complejo de recolección de armas en caletas, vamos a pasar varias semanas sobre este tema porque son decenas de caletas que se encuentran en zonas de muy difícil acceso y por consiguiente nos va a tomar un tiempo para lograr la recolección y traslado a los contenedores”, explicó Arnault, quien agregó que aún desconocen el número de esos depósitos y la cantidad de armas que guarden, lo que si confirmó es que para este fin de semana se tendrá todo un cronograma con la Fuerza Pública para realizar esa labor “más organizada”.
Para Oscar Palma, profesor de la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad del Rosario, es importante que se cumpla con los tiempos ya acordados, como también con lo exigido técnicamente para la disposición final de las armas de las Farc.
“Es vital que se garanticen todos los pasos técnicos de una entrega de armas, como el registro, la identificación y el almacenamiento, eso es muy relevante que se haga bien en el proceso. Puede ser contraproducente que se extiendan en el tiempo de esas entregas, por eso las partes deben acelerar para retomar lo agendado. Si se dilata comienzan a surgir dudas sobre si se va a cumplir”, dice el académico.