Según los primeros pronósticos, se espera que la etapa de transición de este fenómeno sea en las últimas semanas de noviembre, de manera que la etapa más fuerte de El Niño se registre entre diciembre y enero con un 85% de probabilidades extremas y con posibilidad de extenderse hasta mayo de 2024.
¿Entonces por qué sigue lloviendo?
El Ideam explicó que las lluvias que se han registrado en las últimas semanas y que han sido de gran intensidad en ciudades como Medellín, se generan por condiciones diferentes a El Niño.
“El territorio nacional está afectado por otros fenómenos meteorológicos que causan las precipitaciones en el corto plazo. A pesar de las lluvias de los últimos días, el fenómeno de El Niño ha venido causando déficit en las precipitaciones”, sostuvo el teniente coronel Jorge Giovanni Jiménez, subdirector de Meteorología del Ideam.
Aunque El Niño a menudo se asocia con sequías, esto no significa que el tiempo seco se genere de inmediato, pues la región tendrá una temporada de lluvias leves.
Además, es importante mencionar que los ciclos de lluvia en un país son influenciados por múltiples factores climáticos, como la topografía, la proximidad al mar, los sistemas de vientos locales y otros fenómenos atmosféricos.
En ese contexto, el teniente Jiménez agregó que con el inicio de la temporada seca de fin de año “esperamos que estos impactos se intensifiquen, causando un aumento de las temperaturas y disminución de las precipitaciones”.
Consecuencias de El Niño
Las autoridades tienen las alertas encendidas ante las eventualidades que se puedan presentar ante la llegada de este fenómeno que podría afectar varias regiones del país con sequías, olas de calor, incendios y plagas debido al cambio de temperaturas. Hasta el momento se ha calculado que 23 departamentos y 176 municipios presentan condiciones de vulnerabilidad: 33 de ellos con alto riesgo, 78 con un riesgo moderado y 65 en baja susceptibilidad.
Así mismo, el Ministerio de Agricultura explicó que este fenómeno repercute negativamente en el sector agropecuario: variaciones en el rendimiento de algunos cultivos, disminución del caudal de los ríos, incremento en el riesgo de incendios forestales y posibles racionamientos de agua, tanto para riego, consumo animal y humano.
Sin embargo, es importante aclarar que a raíz de la diversidad ecosistémica de Colombia, los efectos van a variar en algunas zonas del país, lo que quiere decir que aunque en gran parte del territorio nacional se van a presentar tiempos áridos, en otros lugares el fenómeno se puede presentar en forma de lluvias torrenciales que podrían acarrear deslizamientos, avenidas torrenciales, deslizamientos o desbordamientos de ríos, como podría ser el caso de Antioquia, Caldas, Risaralda, Cundinamarca, Santander y Norte de Santander.
Para hacerle frente a los efectos de El Niño, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible priorizó sectores donde predominen factores como el riesgo de desabastecimiento de agua por déficit de lluvias, sequías, olas de calor, incendios forestales y afectaciones generales.
A esas regiones priorizadas, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad hizo un llamado a las autoridades de esas zonas para que, a modo de prevención, capten agua y aprovechen el mes de transición.
“En noviembre deben estar listos, porque prácticamente es la última temporada de lluvias en todo el país y representa la oportunidad de captar agua que nos será muy útil para cuidar de los animales y el consumo humano, entre otros. El agua va a ser muy valiosa en los próximos meses, cuando nos enfrentemos al fenómeno de El Niño”, explicó la ministra.