“Evaluamos constantemente la efectividad de varias medidas antinarcóticos y hacemos cambios en nuestras labores según sea necesario”, aclaró el portavoz. Al parecer, la decisión se tomó para atender las nuevas dinámicas de consumo, sobre todo tras el auge del fentanilo en el territorio americano.
Según ya había informado El Tiempo, la decisión se tomó casi dos meses atrás cuando se anunció al Gobierno colombiano que junto al cese del monitoreo también se iba a suspender el reporte de cultivos ilícitos que anualmente publica la Casa Blanca.
A raíz de esa noticia, las críticas y molestias no se hicieron esperar. Incluso algunas personalidades políticas señalaron que se trataba de un “favorcito” por parte del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para el mandatario colombiano. Esas críticas han salido principalmente del senador republicano Marco Rubio y los representantes a la Cámara de ese país, Lincoln Díaz-Balart y María Elvira Salazar.
“Suspender el monitoreo de coca en Colombia es ridículo. Esto es un regalo para la administración Petro que está negociando activamente con el ELN y Maduro. Es otro ejemplo de la administración Biden haciendo concesiones a gobiernos de extrema izquierda en la región”, señaló por su parte el senador Rubio.
Sin embargo, al que no parece tomarle por sorpresa la noticia es a Petro, quien a través de su cuenta de Twitter aceptó que hubo cambios en la medición de cultivos. Así mismo, reconoció que el panorama de consumo de sustancias psicoactivas ilegales en el mundo va tomando otros rumbos.
Al respecto, Petro dijo que simplemente se trata de un cambio en las estructuras de consumo. “Las cosas cambian. La estructura de consumo de narcóticos está cambiando para mal, lo que reduce la demanda de cocaína que empieza a fluir a otros lados del planeta. La situación de consumo de fentanilo en EE. UU. es seria y debe ser tomado en serio”, dijo.
Su mensaje confirmaría que la razón principal de esa pausa es un redireccionamiento de las políticas gringas, con el fin de enfrentar el consumo de fentanilo. Por ello, no habrá conteo de cultivos del año pasado ni de este.
El panorama tampoco parece ser preocupante para el ministro de Justicia, Néstor Osuna, quien en medio de declaraciones a medios esta semana aseguró que no conocía si se trataba de una política permanente o una medida transitoria, pero aseguró que con respecto a las mediciones de plantaciones ilícitas, Colombia cuenta con dos mecanismos propios: “uno lo contratamos anualmente con Naciones Unidas y otro lo hace nuestra Policía”.
El jefe de cartera añadió que en los próximos meses saldrá la evaluación de Naciones Unidas sobre los índices de hoja de coca del año pasado y, además, ya está contratado el informe que saldrá el año siguiente con cifras de 2023. Osuna mencionó que no se trata de un momento de tensión entre Colombia y Estados Unidos, dado que la relación entre ambos países “es completamente fluida”.