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Esas manos tendidas al país desde el exterior

Aunque viven fuera de Colombia, los compatriotas se han movilizado para ayudar durante la pandemia.

  • Trabajadores del Hospital de Istmina aprenden de la misión médica protocolos de manejo de pacientes covid. FOTO Cortesía Casa Hogar
    Trabajadores del Hospital de Istmina aprenden de la misión médica protocolos de manejo de pacientes covid. FOTO Cortesía Casa Hogar
25 de mayo de 2020
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Con fronteras cerradas y a miles de kilómetros de sus familiares y amigos, a los colombianos que ya tenían su vida establecida en otros países también les llegó una oleada de incertidumbre por la pandemia de coronavirus. Su propósito no era volver, no buscaban vuelos humanitarios, pero ver cómo la covid-19 iba llegando a Colombia y se iba esparciendo hasta las regiones más alejadas, donde los sistemas de salud son frágiles, era para muchos de ellos, cuando menos, inquietante. ¿Qué podían hacer desde lejos?

La respuesta a esa pregunta llegó rápido. En cuestión de días había redes de apoyo y contacto en los territorios, y diversas maneras de llamar a la solidaridad. Así por lo menos ocurrió en Alemania, donde un reciente recuento hecho por la agrupación Red Colombia Rhein Main evidencia por lo menos 19 iniciativas de connacionales para movilizar ayudas en el país.

De Europa a Istmina

Laura Morales llegó a Alemania para estudiar una maestría en Administración de ONG, pero una vez concluyó sus estudios se quedó viviendo allá. Es hoy la coordinadora de Proyectos de Casa Hogar, una organización que desde Bonn capta recursos de cooperación internacional y los invierte en buscar el empoderamiento para la mujer chocoana a través de la educación, un propósito que logra mediante un equipo de trabajo radicado en el corredor del río San Juan.

La labor de Laura consiste en servir de enlace entre ambos países y hacer acompañamiento a organizaciones chocoanas con las que trabajan en conjunto. Por eso viaja a Colombia al menos dos veces por año. La última vez fue en marzo y la cuarentena la sorprendió en Istmina.

Y a medida que la crisis del coronavirus avanzaba, se fue dando cuenta que las necesidades de la gente que participaba en los programas de Casa Hogar habían cambiado: “A pesar de que nuestro enfoque es la mujer nos dimos cuenta que había que hacer algo para apoyar al sistema de salud del Chocó, lleno de falencias”.

Con 30.000 habitantes y un hospital de primer nivel de atención (el más básico), para atender también a municipios vecinos, la llegada de la covid-19 a Istmina sería catastrófica. Por eso Casa Hogar, de la mano de la diócesis de Istmina-Tadó, la ONG católica alemana Adveniat y Laureano Quintero, director del Centro de Formación en Emergencias Salamandra de Cali, diseñaron un plan de preparación ante la crisis.

“No queríamos que esta fuera una intervención muy puntual, sino dejar capacidad instalada, sobre todo en formación para el personal médico. Las guías del Ministerio de Salud para atender casos de covid-19 están hechas para centros de alta complejidad, entonces decidimos adaptarlas. También desde Cali trajimos el 22 de abril una misión médica, con un médico general y cuatro paramédicos, incluyendo un piloto que puede transportar por vía aérea a algún paciente en estado crítico”, detalla Laura.

Sin embargo, la tarea sigue y actualmente hay escasez de personal: “Necesitamos trabajadores de la salud, nadie se quiere venir para el Chocó y la capacidad de atender una eventual emergencia sigue siendo muy limitada. Es momento de llamar a la solidaridad de los colombianos”, concluye.

Difundir para aportar

Aunque tienen profesiones diferentes e incluso viven en distintas ciudades de Alemania, los caminos de Catalina Bermúdez, Natalia Avella y Michael Guerrero, se cruzaron el 26 de julio de 2019 en Frankfurt, cuando asistieron a la marcha internacional que desde Colombia convocaron varios sectores para rechazar los asesinatos de líderes sociales.

Ese primer encuentro es considerado el primer paso en la conformación de la Red Colombia Rhein Main, un amplio colectivo de connacionales que, alejados de tintes políticos y polarización, buscan visibilizar en Alemania cómo ha sido el proceso de paz en Colombia, incluyendo sus desafíos y obstáculos.

Hoy, casi un año después, Catalina, ingeniera química y estudiante de doctorado en Ingeniería Mecánica y de Procesos; Natalia, pianista y estudiante de doctorado en Pedagogía Musical; y Michael, artista audiovisual, siguen participando de la agrupación, aunque admiten que la pandemia de coronavirus no solo modificó la manera que tenían de encontrarse y hacer gestión, sino que despertó en ellos nuevas inquietudes.

“La pregunta que nos surgió a muchos, dentro y fuera de Colombia, fue qué iba a pasar con el gran número de personas en el país a las que su situación laboral no les permite simplemente encerrarse y esperar. Y también con las comunidades vulnerables en zonas rurales alejadas de las ciudades”, expresa Natalia.

Pero muy pronto empezó a llegar toda una avalancha de información en todas direcciones, tanto de pedidos de ayuda como de iniciativas solidarias. Ahí, consideraron los integrantes de la Red, estaba la forma más oportuna de hacer su propio aporte.

“Salió la idea de empezar a reunir la información de iniciativas y organizaciones que necesitaran o brindaran ayuda”, cuenta Natalia. “Buscamos que no fueran fundaciones que tuvieran muchos recursos por otro lado, sino que realmente necesitaran la ayuda”, explica Michael.

Se propusieron verificar que fueran iniciativas serias, donde los aportes de la gente no terminaran desperdiciados. Teléfono en mano y llamando una por una, construyeron una lista de 19, coordinadas en su mayoría por colombianos radicados en el extranjero.

“Ahí entraron a jugar las herramientas que habíamos construido en la Red. Nuestros grupos de WhatsApp, las redes de contactos entre colombianos que viven en Alemania y nuestro propósito fue difundir para que todo el que pudiera hacer su aporte, lo hiciera con la tranquilidad de que realmente se iba a aprovechar”, explica Michael.

“Muchos de nosotros estamos tranquilos, tenemos más garantías que las personas que están en Colombia y que se están viendo afectadas. No tenemos que estar pensando en necesidades tan elementales como la comida y la vivienda, pero sabemos que otras personas sí”, añade Catalina y concluye sobre el aporte de la Red en la pandemia que “nos dimos cuenta que la curaduría de las iniciativas de ayuda era necesaria, porque si algo nos recordó esta pandemia y lo que ha venido pasando en Colombia con los sobrecostos en mercados y los alcaldes investigados es que, lamentablemente, la corrupción no descansa”.

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