Samuel Bluman leyó el editorial del 20 de diciembre de EL COLOMBIANO titulado “Israel y su responsabilidad moral” y quiso darnos su punto de vista. En el editorial se decía que luego de que el mundo apoyó a Israel tras el cruento ataque de Hamás, con el paso de las semanas se ha volteado la torta y se le critica duramente por su reacción desmedida.
Después del ataque del 7 de octubre de Hamás usted se fue a Israel. ¿Por qué y para qué?
“Me fui de voluntario a hacer trabajos simples, en los que no hay manos para ayudar porque en este momento más de 400.000 personas están en los tres frentes de guerra que están abiertos. Estuve un mes en Israel”.
¿Cómo es eso? ¿Uno llega y dice: vengo de voluntario?
“Hay varios grupos que saben dónde está haciendo falta mano de obra. A mí me tocó ir a los kibutz del sur, al lado de donde fue el ataque de Hamás. Estuve también en el centro, en supermercados a los que uno va y dice, vine de voluntario, y le dicen empieza el día siguiente a las 7:00 de la mañana. Me tocaba organizar las frutas, las verduras y las hortalizas en los anaqueles del supermercado. Me tocaba ponerles precio a los lácteos y estuve en una organización que se llama algo así como hermanos para el servicio de la sociedad que tres horas después del ataque ese sábado, se organizaron desde la empresa privada con software y mucha tecnología para crear un centro de recepción de donaciones para los 300.000 refugiados que hay en este momento en Israel”.
¿Cómo se estaba viviendo allá después del ataque?
“Había pasado muy poquito tiempo desde los ataques. Cuando llegué, todavía se veía el humo. Se siente esa energía que yo, personalmente, la única vez que la he sentido en mi vida es cuando estuve en Auschwitz: es una energía de dolor, de desasosiego, de muerte. Porque finalmente esto no fue una guerra de Ejército a Ejército, esto fue un ataque contra la sociedad civil. Fui precisamente porque quería rezar, porque el primo de mi amigo allá era el médico del kibutz, lo mataron y dejó a una señora con dos niñas. Y fui porque quería sentir lo que había pasado. ¿Qué lo hace tan distinto? El salvajismo del ataque, porque nos regresó muchísimos milenios como seres humanos a un primitivismo absolutamente intolerable: les ponían a la mamá y al papá el bebé en un horno y prendían el horno con el bebé adentro”.
¿Hay quienes creen que eso es como propaganda?
“Aquí no hay propaganda. Yo lo vi. Igual hay gente que cree que el Holocausto no ocurrió y mi familia le puso 80 muertos a los 6 millones de judíos de la Segunda Guerra Mundial. Cuando estuve en Beeri, que es uno de los kibutz que más sufrió, me tocó estar con el director de la fiscalía forense y él empezó a contar las cosas que vio cuando llegó. Él tenía las fotos, yo le dije, no, no me muestre, yo no quiero ver nada. Pero él contó, por ejemplo, que en la base militar a las soldadas no solamente las violaron entre muchos, sino que les metían un cuchillo por la vagina y las partían vivas hasta arriba. También quemaron vivas familias enteras”.
Esto fue en un solo día...
“Todo sucedió en 9 horas”.
¿Cómo sucede esto al Ejército mejor preparado del mundo? ¿a la inteligencia más preparada del mundo? ¿El primer ministro Netanyahu tiene parte de culpa?
“Netanyahu tiene el 100% de la responsabilidad porque es el Primer Ministro de Israel. Y hubo muchísimos avisos de lo que estaba pasando”.
¿Es decir, Netanyahu no quiso parar el ataque?
“No escuchó porque él estaba entretenido con su ego. Es que Netanyahu para poder quedar de gobernante, hizo pactos con todo el mundo y uno de los pactos lo hizo con la ultraderecha ortodoxa y les ha permitido montar asentamientos dentro de la Cisjordania”.
Lo cual genera un problema.
“Lo cual es una clara afrenta que el 70 u 80% del pueblo de Israel no comparte. Que el Ejército de Israel se demore siete horas para llegar a estos kibutzin a ayudarles es sinónimo de una desidia gubernamental profunda. En Israel, antes de esto, había antisemitismo interno, y se estaban matando la izquierda contra la derecha, estaban polarizados. Hamás vio ese vacío, esa debilidad y por ahí se metieron.
¿Pero ahora cambió?
“Ya no hay división profunda, ya no hay izquierda, ya no hay derecha, ya no hay Netanyahu. Ahora lo que hay es una sociedad civil que tomó el manejo del país por sí misma”.
¿A qué se refiere?
“Que la sociedad civil fue la que se organizó para darles alimento a los soldados, para recibir las donaciones, que tomó la decisión de ir a presentarse al Ejército antes de que el Ejército los llamara. Esa es la diferencia: aquí suena una bomba y la gente se va para Miami; en Israel suena una bomba y la gente se vuelve para Israel. Lo de Israel no es una guerra contra Hamás, es una guerra para poder sobrevivir porque un poquito menos de la mitad del país en este momento no pueden vivir en sus casas, la gente tuvo que evacuar y está viviendo en hoteles en las zonas en que sí se puede vivir. Imagínese usted cómo sería que en Colombia, en poco menos de la mitad del país no pueda vivir en sus casas”.
¿Por el riesgo de los ataques?
“Sí. Es que Israel es tan chiquito que si uno corre muy rápido, frena en Egipto”.
Como el tamaño de qué aquí en Colombia...
“Mitad de Antioquia, incluyendo el desierto...”
Siguiendo con el símil ¿es como si estuvieran en Medellín atrapados?
“Exactamente, pero sin colegios, porque no hay rutina. Están metidos en hoteles, pero eso no es problema: no se les está entrando el agua y no están aguantando hambre. Para poder volver tienen que estar seguros de que pueden volver”.
¿Son 300.000 personas las que evacuaron sus casas en Israel?
“Los evacuados, sí. Son 300 mil porque son los kibutz del sur, más unas ciudades que están al lado de la Franja de Gaza como Ashdod y Asquelón. Pero volviendo al editorial, decido que es mi obligación dar una explicación, porque es la única manera de que por lo menos pongan en duda la reacción de Israel”.
Para recordar el editorial decimos que al principio el mundo se solidariza, incluso Estados Unidos, pero con el paso de los días la percepción es que Israel ha sobredimensionado la respuesta...
“Esa es la razón por la que vine, porque hay que contextualizar muchas cosas. Hamás es una religión, Hamás es una ideología y se tomó la Franja de Gaza tras un conflicto interno con la Autoridad Palestina”.
Les dieron una especie de golpe de Estado a los palestinos...
“A los de la Autoridad Palestina, que es la que gobierna en Cisjordania. Hamás entrena a los niños cuando entran al colegio diciéndoles que el diablo son los judíos. La frase de Hamás en inglés es “From the Jordan to the sea Palestine Free”, o sea, ningún judío desde el río Jordán hasta el mar...”.
Sacarlos a todos...
“Hay que matarlos a todos. Esa es su ideología y bajo esa ideología les importa un chorizo lo que le pase a su gente. Ellos le han metido a la gente en la cabeza, que cuando uno se muere es un premio estar al lado de Alá. Entonces para ellos morirse y para las familias ver que se mueren es como un orgullo”.
Como lo de Isis ahora, o lo de Al Qaeda con las torres gemelas...
“En el editorial faltó decir que esto fue hecho entre Hamás e Isis. Y también faltó decir que hay entre 130 y 134 secuestrados, entre los que hay personas de más de 80 años. Hay bebés, hay niños israelíes secuestrados por Hamás. ¿Dónde están? No sabemos, pero allá están. Pedir que uno no busque a sus secuestrados como los tiene que buscar... es una sensación que hay que sentir para poder opinar”.
Pero lo que uno siente desde aquí, desde la distancia, es un odio muy profundo y muy ancestral...
“¿De quién con quién?”
De ambos lados.
“No, eso no es cierto. En la repartición de Israel, muchos pueblos palestinos, tanto cristianos como musulmanes, que quedaron dentro de Israel, hoy en día quieren estar bajo el Gobierno de Israel porque les trajo progreso, les trajo trabajo, les trajo educación. Hay árabes peleando por Israel, hay drusos peleando por Israel...”.
Pero también hay odio...
“Tenemos que remontarnos al origen de las religiones: los judíos están desde 3.000 años antes de Cristo; el budismo desde 500 antes de Cristo; luego llegó Cristo y 500 años después Mahoma. O sea, musulmanes e Islam existen desde el año 500 después de Cristo. Y el mundo musulmán tiene sunitas, los iraníes, y chiitas, los iraquíes, y se matan entre ellos, así como Hamás fue capaz de exterminar Al Fatah de Abbas en la Franja de Gaza no tiene ningún inconveniente en acabar con quien cree que se interpone con su ideología. A ellos no les importa el pueblo palestino ni les importa el futuro económico de la Franja de Gaza. Tienen construidos 500 kilómetros de túneles en los cuales en algunas partes pueden moverse en carro”.
¿En la Franja de Gaza?
“Sí. ¿Con qué plata los construyeron? Israel está entrando y están tumbando esos túneles, porque esta guerra no es solo tecnológica, esta guerra es con las botas, hay que ir cuadra por cuadra, hay que ir casa por casa. Se han encontrado, por ejemplo, que la central de mando está en los túneles debajo de hospitales, debajo de colegios. Israel lanzó desde el aire millones de volantes e hizo llamadas directas a los teléfonos de palestinos pidiéndoles que evacuen hacia el sur porque iba a atacar arriba, mucha gente, un millón y algo de personas, bajó más al sur”.
¿Atendieron el llamado de Israel?
“Esos son los palestinos. Los que quieren salvar su vida, los que quieren salvar sus hijos. Pero también mucha gente se quedó y esos que se quedaron son los que cuando Israel ataca un hospital, por ejemplo, porque es una base central o porque inclusive les disparan desde los cuartos del hospital, civiles mueren. Pero ese soldado que está allá disparando, no está peleando por odio, ese soldado está peleando por su supervivencia, porque es que si al mundo no le importaron 6 millones de judíos hace 70 años, menos le va a importar el futuro del Estado de Israel. Entonces la gente dice que Estados Unidos ya está diciéndole a Israel que baje la intensidad, pero también le dijo que no tiene fecha de terminación la guerra y que tiene que acabar con Hamás. Porque hay que recordar que Estados Unidos no descansó hasta que no acabó con Osama Bin Laden”.
O sea, Estados Unidos dice no tan duro, pero tienen que de todas formas hacerlo...
“Es que no hay más remedio porque si en el barrio de al lado todos están buscando asesinarte y está lleno de gente que no le importa nada con tal de verte morir, tú los tienes que sacar, ponerlos lejos de la frontera, porque si los tienes allá dentro, entonces ¿cómo vives?”.
Pero a esta altura de la civilización es muy cuestionable pensar exterminar a una agrupación para poder...
“No. Me estás metiendo en una disyuntiva moral que es con la que ellos juegan allá y con la que juega la guerrilla acá. Y es que me atacan de cualquier manera, me causan dolor, me toca ver El Nogal ardiendo y después yo me tengo que sentir culpable porque atacarlos de una manera muy fuerte me hace a mí un salvaje. No funciona así. Esto es supervivencia, si Israel no controla el terror de Hamás ni el pueblo palestino va a tener paz, ni Israel va a poder estar tranquilo”.
¿Qué ha pasado con otras estrategias de negociación?
“Siempre se han dado acercamientos. Esos kibutz del sur tienen una inclinación de izquierda, fueron los que obligaron a que el Gobierno permitiera que los gazatíes pasaran a Israel a trabajar como mano de obra. En esas pasadas fue que mapearon por donde tenían que entrar y atacar. O sea, los israelíes han hecho los mismos intentos que cualquier país hace por tratar de tener la paz, pero a Hamás no le interesa. Volviendo al tema de las religiones, la única religión en el mundo que no es misionera es la judía. Los judíos no andan por el mundo haciendo más judíos; no se sientan a convencer a nadie de que sea judío. El judaísmo nunca fue una religión de conquista, fue siempre un pueblo conquistado con permisos de vivir. El pueblo judío tiene un Ejército y tiene un país después de 5.000 años, hace 70. Antes si a los judíos les decían se tienen que ir de aquí, se tenían que ir”.
¿Y por eso ahora no quieren que estén ahí los árabes?
“No, sí tienen que estar. Palestina nunca ha sido de los palestinos ni tampoco de los judíos, porque Palestina siempre formó parte de un imperio: el otomano, el romano”.
Pero los palestinos sí tenían su tierra...
“Igual que los judíos, todos vivían ahí, el uno al lado del otro y eran amigos y compartían y negociaban”.
¿Y cuál fue el problema?
“El problema nace cuando arrancan los ataques a los judíos en la Rusia zarista. Ataques a los judíos en la Rusia leninista, ataques a los judíos en Alemania, ataques a los judíos en Austria”.
Es decir, como un contagio de los ataques a los judíos en Europa...
“El contagio viene después. Estoy hablando de 1917, cuando los británicos les piden a los judíos y a los árabes de Palestina, que los apoyen para sacar al Imperio Otomano. En 1917 vence al imperio y toda esa tierra que se llama Palestina, y en donde vivían árabes y judíos, queda bajo el gobierno británico. Al mismo tiempo los judíos empiezan a emigrar de Europa hacia la tierra prometida, con el fin de salvarse del odio y del exterminio del zar ruso, esa tierra está bajo el imperio británico, pero es la tierra donde está Jerusalén, donde están sus patriarcas, los patriarcas del judaísmo, que también son del islam, están enterrados en Hebrón, que hoy en día pertenece a Cisjordania. Estas migraciones no es que lleguen y se apoderen de la tierra; llegan y compran tierra o les asignan tierra a asentamientos judíos que están emigrando hacia Israel”.
¿Y los rusos qué tenían contra los judíos?
“Porque cuando uno le quiere echar la culpa de todo lo que sucede a alguien para crear un enemigo, tiene que buscar a quién. La llegada de los judíos empieza a generar, digamos roces porque llegan personas que le empiezan a sacar frutos a una tierra seca, con trabajo y tecnología. Y cuando empieza el nazismo, el rey de Jordania va donde Hitler y se compromete que todos estos países árabes van a ...”
...sacar a los judíos...
“No. La solución final de Hitler no era llevarlos a Canadá, era matarlos. Y ahí en ese momento empieza la Segunda Guerra Mundial. El mundo sabe lo que está pasando en los campos de concentración porque no los hicieron por allá en una vereda, sino al lado de las ciudades, en Alemania, lo mismo en Polonia y en Austria, en Italia y en Francia y en todos los países donde Hitler entró. Y empieza esta masacre. Los que se logran montar en barcos se salvan y se van a Palestina, llegan entre 1933 y 1936. Los árabes se le pegan al que tiene más fuerza, creían que Hitler se iba a apoderar del mundo. Entonces empiezan las peleas entre los desadaptados. Porque las guerras las originan el 5% de los políticos, la pelean el 15% de los desadaptados y la padecen el 80% de los indiferentes. Todas las guerras son así”.
¿Así son todas las guerras?
“Pero esta guerra de Israel no es lo mismo. Porque la originaron el 5% de los políticos. Pero la pelea el 95% de la ciudadanía, incluyendo los hijos de los políticos. Hace poco más de un mes, el general más alto que tiene el Ejército de Israel enterró a su hijo menor y a su sobrino el mismo día. Los mataron en Gaza”.
¿Y es porque todos tienen que prestar el servicio militar?
“En Israel es porque si no lo hacen, no sobreviven. Israel fue creado y fue desarrollado con un azadón en la mano y un rifle en la otra. Pasa la Segunda Guerra Mundial y deciden crear dos Estados: el de Israel y el palestino. En el mismo 48, Jordania, Líbano, Siria, Egipto y desde atrás Irán le dicen a los palestinos que se hagan a un lado que van a tirar a todos los judíos al mar. Y los atacan por cuatro frentes porque los judíos había que sacarlos, la filosofía era que los judíos no existieran”.
¿Y qué han hecho los judíos para que los traten de esa manera?
“Ser judíos. ¿Qué hicieron los judíos en España para que la reina Isabel la católica y el rey Fernando los quemaran en hogueras y los exterminarán ¿qué hicieron? Eran judíos.
En esa guerra de 1948 atacan todos los países al mismo tiempo, y la pierden. En el 56 hay otra guerra, la misma cosa, se juntan, todos atacan, la pierden, vuelve Israel y logra que no lo tiren al mar”.
¿Israel ganó?
“Israel no gana porque cuando a uno se le mueren 2.200 amigos en un mes uno no ganó la guerra, uno la perdió, pero no lo eliminaron”.
Luego hay otra guerra en el 67
“Esta es muy importante porque vuelven y atacan todos juntos, Egipto, Jordania, Siria y Líbano, y ahí sí Israel se defiende y conquista. Es bueno aclararlo, porque en el editorial decía que Israel está ocupando Cisjordania, no, Israel no la ocupó, Israel peleó una guerra y la conquistó”.
¿Y cuál es la diferencia si de todas maneras la ocupa?
“La diferencia es que Israel no entró a conquistar. La diferencia es que aquí entraron a atacar e Israel en avanzada se fue hasta adentro”.
Después de lo del 67, quedó pendiente esta guerra por la ocupación...
“No quedó nada pendiente. Después del 67, Israel se toma las alturas del Golán que son muy cerca de Siria y desde ellas se alcanzan a ver los colegios y en general Israel. Es como que estás un poquitico más alto que el cerro Nutibara y ves el Valle de Aburrá”.
Los altos del Golán son como el cerro Nutibara...
“Un poquito más alto. Desde ahí, Siria domina todo este territorio, puede pasar disparando día y noche. Entonces Israel se toma las alturas del Golán y nunca las devuelve y no las va a devolver por seguridad nacional. Porque si lo suelta, Siria puede pararse ahí con las armas que hoy en día hay, dispara y cae en los kibuts. Es que eso es muy chiquito”.
¿Mejor dicho, el 67 los atacaron pero al final Israel se expandió?
“No, no tiene nada de expansionismo, Israel corre sus fronteras para que no lo puedan tirar al mar, porque Israel está en una franja de 15 o 20 kilómetros entre Cisjordania y el mar. Entonces se toma a Cisjordania para alejar el peligro de sus fronteras. Después del 67 Israel queda con Jerusalén, con las alturas del Golán, le conquista a Egipto el desierto del Sinaí y queda con Gaza y con Cisjordania”.
¿Palestina en dónde quedó?
“Los palestinos quedaban ahí y seguía siendo Palestina, pero una Palestina digamos que gobernada por Israel, o sea, una Palestina ocupada por Israel. No es de Israel. Israel sabe eso”.
¿Israel todavía mantiene todas estas posiciones?
“Altos del Golán no lo va a soltar. Cisjordania lo soltó. Vino toda una época de acuerdos, firman la paz con Egipto, se le devolvió Sinaí a Egipto y queda con una salidita al Mar Rojo. Nunca más problemas con los egipcios. Con los jordanos el problema era el agua, porque Israel podía controlar el agua de los afluentes del Jordán, pero Israel no los dejó padecer sed. Entonces la pelea era por el agua”.
Y cómo se solucionó...
“Hoy Israel tiene tres cosas que necesita para ser autosostenible: agua, energía e independencia alimentaria. Israel no necesita a nadie para comer, no necesita nadie para beber porque fue el inventor de las plantas desalinizadoras del mar y tiene energía porque encontraron gas en toda la frontera del Líbano con Israel y ya hicieron un acuerdo de respeto”.
Solo quedó el lío con los palestinos...
“Con los palestinos no había acuerdos y había rencillas. En el 2005, se devuelven los territorios para que sean gobernados por los palestinos. Cisjordania gobernado por la Autoridad Palestina y Gaza gobernado por Al Fatah, y ahí empieza a nacer Hamás. Le nace una guerrilla a la Autoridad Palestina. No con ganas de hacer un país, sino con una ideología: acabar con el pueblo judío”.
Y creció Hamás y se tomó el poder en Gaza...
“Las guerrillas no crecen solas, alguien por un lado les da plata, pero por el otro lado, el miedo alimenta su crecimiento. Aquí no es un tema de miedo, supervivencia, por eso todos volvieron a defender al país. Aviones enteros salieron de todas partes llenos de israelíes que estaban paseando, que volvieron a ponerse el uniforme para ir a pelear una guerra para la subsistencia de sus familias. Aquí nadie está peleando para que el pueblo palestino se acabe. Los palestinos son amigos de los judíos, hay muchas amistades entre ellos porque salían por todas partes a trabajar en los kibutz que están a kilómetro y medio de la frontera”.
En los kibutz en los que usted fue a trabajar...
“Claro. Ahí en donde mataron al médico y donde quemaron a los niños en el horno y donde violaron mujeres y donde hicieron todos los desastres. No me tiene que escuchar como si fuera una verdad absoluta. No hay verdades absolutas, la verdad es una tragedia humana individual, porque con Hamás o sin Hamás, a esa mamá Palestina, que de verdad quiere su pueblo palestino ¿qué le importa si lo que recogió fue a su niño muerto? Gaza, que tiene 500 kilómetros de túneles, montados con plata de los cataríes. ¡Millardos de dólares! no millones. Si los dirigentes de Hamás hubieran usado no para hacer túneles debajo de la tierra, sino para generar progreso encima de la tierra Gaza sería como Santorini, porque es mucha plata”.
¿Y los túneles para qué los hicieron?
“Para esconderse, para poder atacar. Y por eso Israel está entrando cuadra por cuadra y encuentran los túneles 80 metros abajo”.
Usted contaba que 80 miembros de su familia murieron en los campos de concentración...
“Mi papá nació en Polonia y mi papá fue preso en 1941, lo llevaron a Varsovia y de Varsovia a Auschwitz. Allá estuvo en Auschwitz dos años y medio, y en agosto de 1944, cuando los rusos entran a Polonia, los alemanes agarran a los judíos que todavía podían caminar y los montan en los trenes de la muerte y los vuelven a llevar a Alemania, pasando por tres campos de concentración en donde iban muriendo, pues los que no aguantaron hasta el último campo que era Dahau y mi papá digamos que lo encuentran los americanos en Dahau”.
¿Vivo?
“Digamos que abrió los ojos, tenía 22 años y pesaba 37 kilos. Tres años en un sanatorio en Suiza y cuando la Cruz Roja empieza a publicar los nombres de los sobrevivientes, aparecieron tres hermanas que él no conocía porque él era de los menores y ellas se habían ido en el 29. En Europa se montaban en un barco a donde los dejaran bajar. Una de ellas llegó a Palestina, otra a Cuba y otra a Barranquilla, que se vino a Medellín y trajo a mi papá. Por el lado de mi mamá también judíos holandeses con alemanes que llegaron aquí en abril del 39, los dejaron bajar en Buenaventura y mis abuelos maternos vivieron en Cali”.
¿Y piensa volver a Israel ahora?
“A finales de enero, dependiendo de cómo evolucione. Yo quiero que entiendan que la meta de Israel es alejar el peligro. No es acabar con un pueblo. El pueblo judío es un pueblo de paz, no de guerras, nunca las ha originado. La imagen de que hay un pueblo judío festejando porque está explotando Gaza no existe. Lo que yo encontré en Israel es una humillación muy parecida a la de la Segunda Guerra Mundial. El día que baje al sur, fui a un kibutz que se llama Urim, fui a trabajar en un supermercado y a la hora del mediodía fuimos a almorzar, y vi un un muchacho de unos 35 años con la misma mirada que tuvo mi papá toda su vida, una mirada perdida. Y yo no sabía que le había pasado. No almorzó, no quiso comer, él era el que manejaba el taller de los tractores del kibutz. Cuando terminamos, mi compañero de almuerzo se le arrimó a este muchacho, se llama Itai, y le dio un abrazo. Y cuando yo me fui a despedir Itai me dio la mano y le dije no Venga, déjeme darle un abrazo. Lo abracé dos minutos, un abrazo muy largo, y yo lo abracé duro y obviamente él empezó a temblar y empezó a llorar y pues yo también me puse a llorar. Y cuando lo solté, le dije, Itai, no está solo. Yo sé lo que está sintiendo. Yo entiendo el dolor de la humillación. Yo viví con un papá que vivió con ese dolor toda la vida. Y nos fuimos”.
¿Qué le había pasado?
“Ese muchacho estuvo 14 horas sosteniendo la chapa del refugio en la casa, porque ya hoy en día construyen las nuevas casas con cuarto de refugio. Pasó con la manija así cogida para que no la pudieran abrir desde afuera, con sus dos niñas una de 3 años y otra de 1 año, su señora y él. Como los de Hamás no la pudieron abrir, le quemaron la casa, con ellos adentro, y cuando el humo empezó a entrar se tuvieron que quitar la ropa y orinarse en ella para colocar debajo para que no se ahogaran con el humo. No se pudieron defender. Ese muchacho tiene una humillación profunda, la misma que vivió mi papá. Cuando nosotros éramos chiquitos le preguntamos a mi papá qué fue lo más horrible de los campos de concentración. Él nos dijo que eso no fue lo más horrible para él. Que lo más horrible había sido cuando los cogieron y mataron a golpes a su hermano y él no lo pudo defender. Es que un ser humano se olvida de cualquier dolor físico, jamás se olvida de una humillación”.