Ese milenario refrán de que “todos los caminos conducen a Roma” recobra hoy vigencia. A la conocida visita del presidente Juan Manuel Santos al Papa, programada para hoy, se sumó, de último momento, una audiencia del expresidente Álvaro Uribe con el Pontífice.
Uribe informó ayer en el Senado que el secretario de Estado del Vaticano, monseñor Pietro Parolin, lo invitó a una audiencia hoy con el Papa Francisco. En vista del poco tiempo, le consiguieron un avión. Acto seguido le solicitó al presidente de la Corporación permiso para ausentarse.
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, confirmó que hoy, en Roma, Santos y Uribe se reunirán con el Papa Francisco. Expresó que espera que el encuentro sirva para que la polarización no intervenga en la implementación de los acuerdos.
Ambos líderes se reunieron hace dos meses en la Casa de Nariño, luego de seis años de confrontación política, con el objetivo de iniciar la renegociación del acuerdo con las Farc, tras el triunfo del No. Este diálogo nacional se frustró con el anuncio de otro acuerdo, que tampoco fue aceptado por el senador Uribe.
Miguel Ceballos, decano de Ciencia Política de la Sergio Arboleda, afirmó que el hecho de que se dé otra reunión entre Santos y Uribe, con mediación del Papa, implica que puede ser el comienzo de un proceso en el cual la Iglesia Católica recuperará el espacio que nunca tuvo en La Habana.
“Podría haber propuestas dirigidas a que el Papa sea un interlocutor válido para un futuro proceso. No es un tema de una sola reunión. Tiene que ser algo que vaya más allá de las diferencias políticas entre Uribe y Santos”.
Ceballos agregó que desde que llegó el Papa ha dinamizado espacios entre personas enfrentadas, como en el caso de Cuba y Venezuela.
Próximos al cambio de Gobierno en Estados Unidos, posiblemente menos interesado en el proceso de paz de Colombia, Francisco podría ser un líder ideal para equilibrar la balanza internacional.
Para Freddy Santamaría, director del Instituto de Estudios Políticos de la Bolivariana, este encuentro ayuda mucho, porque el Sumo Pontífice, además de ser un líder religioso, es un líder con autoridad, ganada por sus convicciones sociales y transformadoras.
“Esta autoridad le permite sentar a dos líderes de Colombia y decirles que diriman sus diferencias en pro de un bien mayor. Falta ver si los intereses políticos propios, especialmente de Uribe, den paso a ese bien de todos: la paz”.
Por su parte William Fredy Pérez, docente del Instituto de Estudios Políticos de la U. de Antioquia, afirmó que la Iglesia está por encima de Uribe y Santos, pero que no excluye a ninguno, así Uribe se haya molestado por el respaldo de esa dignidad a los acuerdos.
Agregó que es un esfuerzo favorable que impactaría de manera positiva la fase de implementación de los acuerdos, que es igual o más dura que la misma negociación.