En una nueva acción dentro de la Operación Catatumbo, tropas del Batallón de Ingenieros de Combate N.º 30, con el apoyo de la Policía Nacional, hallaron un depósito clandestino de armamento y municiones en el sector de Barrio Largo, municipio de Tibú, Norte de Santander.
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Según el informe oficial, el arsenal pertenecía al Grupo Armado Organizado residual (GAOr) E33, una de las estructuras ilegales que operan en la región y que han sido objetivo de las recientes ofensivas militares.
Entre los elementos incautados se encontraban un mortero artesanal de 60 mm, seis granadas de fabricación artesanal, una subametralladora y municiones de distintos calibres, además de material de intendencia vinculado al grupo ilegal.
La ubicación de este escondite forma parte de las acciones estratégicas del Ejército y la Policía Nacional para afectar la estructura logística de estos grupos irregulares en el Catatumbo, una de las zonas más golpeadas por el conflicto armado y el narcotráfico en Colombia.
Las autoridades subrayaron que este golpe representa un avance en la reducción de la capacidad operativa del GAOr E33 y en la recuperación del control territorial en una región históricamente disputada por diversos actores armados.
“El Ejército y la Policía Nacional continúan trabajando para desarticular estas estructuras ilegales y garantizar la seguridad en las zonas más afectadas por la violencia en Colombia”, señalaron fuentes oficiales.
El material incautado fue entregado a las autoridades judiciales competentes, que adelantarán las investigaciones correspondientes para determinar su origen y destino.
La Operación Catatumbo sigue en marcha con el objetivo de desmantelar las fuentes de financiamiento de los grupos armados y restablecer el orden público en esta estratégica región del país.
No obstante, la crisis de seguridad en esta subregión de Norte de Santander sigue siendo una preocupación prioritaria a nivel nacional e internacional. Organizaciones de derechos humanos han reiterado la necesidad de soluciones integrales que protejan a la población civil y contribuyan a la pacificación del territorio.
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Las Fuerzas Militares han intensificado sus esfuerzos en una lucha que, más allá del campo de batalla, requiere una respuesta estructural para abordar las causas profundas del conflicto en el Catatumbo.
