Las disidencias del Pacífico Sur ponen en riesgo el cese bilateral

En lo corrido de enero continuaron los secuestros, asesinatos, narcotráfico y patrullajes intimidatorios.

“Iván Mordisco” anunciando apoyo a la “paz total” del Gobierno.
Miembros de las disidencias de las Farc, en su recorrido intimidante por Balboa, Cauca. FOTO: CORTESÍA.

El anuncio del cese bilateral del fuego por parte del Gobierno Nacional no calmó la zozobra en varios departamentos del sur del país, donde algunas facciones disidentes de las Farc continuaron afectando la tranquilidad de la gente.

Pese a que los máximos líderes de estas organizaciones, “Iván Márquez” e “Iván Mordisco”, anunciaron públicamente su respaldo a la tregua, tal parece que no todos sus tentáculos acataron la orden.

Dentro de las disidencias, los grupos más “descarriados” frente al proyecto de “paz total” propuesto por la Casa de Nariño, se concentran en la región del Pacífico Sur, puntualmente en los departamentos de Valle, Cauca y Nariño.

Esta zona concentra 89.266 hectáreas de cultivos de coca, según el último monitoreo de la Oficina contra las Drogas y el Crimen de Naciones Unidas (2021).

Alberga nueve de los 14 enclaves productores de cocaína detectados en el país, es decir, aquellos lugares en los que convergen todos los eslabones de la cadena del narcotráfico: sembradíos, laboratorios de transformación, rutas de transporte terrestre y fluvial y plataformas de exportación (playas y aeropistas clandestinas), lo que genera una mayor rentabilidad para los involucrados en el negocio.

Además, es el punto de partida para las rutas marítimas y aéreas que surcan el océano Pacífico hacia Centroamérica, México, Estados Unidos y Asia.

Y también es la despensa para el perico y la marihuana tipo cripa que se consume en el mercado local de las principales capitales colombianas.

Esto implica que los grupos armados con influencia en el área tienen acceso a lucrativos ingresos producto del narcotráfico, a peligrosos arsenales que intercambian por droga y a conexiones con carteles internacionales; esto quiere decir que son mafias poderosas y no les da miedo demostrarlo.

Tanto así, que a pesar de estar involucradas en un cese bilateral del fuego decretado por el Gobierno el pasado 31 de diciembre continuaron atemorizando a la población civil y desafiando a la Fuerza Pública en estos territorios.

Estructuras disidentes

De acuerdo con agentes de Inteligencia policial y militar, en el Pacífico Sur hay tentáculos de las dos facciones disidentes de las antiguas Farc: el autodenominado Estado Mayor Central de las Farc-EP, que dirige alias “Iván Mordisco”; y la Segunda Marquetalia, al mando de “Iván Márquez”.

Por el Estado Mayor, la principal estructura es el Comando Conjunto de Occidente, cuyo jefe es alias “Marlon” o “el Mocho”. El bloque agrupa a varios frentes y columnas móviles: Carlos Patiño, Dagoberto Ramos, Ismael Ruiz, Franco Benavides, Jaime Martínez, Rafael Aguilera, Alan Rodríguez y frente 30-Urías Rondón, entre otros.

En cuanto a la Segunda Marquetalia, su principal estructura en la región es la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, comandada por alias “Allende”, según el análisis policial. Allí están agrupados el Bloque Occidente Alfonso Cano y los frentes Ariel Aldana e Iván Ríos, entre otros.

En la región también hay frentes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), pero sus acciones contra la comunidad y la Fuerza Pública se redujeron desde que se formalizó la mesa de diálogos con el Gobierno Nacional.

La violencia no paró

Entre el 10 y el 15 de enero la disidencia del frente Carlos Patiño secuestró a cuatro militares en dos hechos distintos, cuando estaban de permiso y viajaban como pasajeros en buses por la vía Panamericana y el tramo Popayán-Pasto.

El 17 de enero el mismo grupo salió a patrullar, como si suplantara a la autoridad, por las calles de Balboa, en Cauca.

Fue tal el pavor de la gente, que se suspendieron las fiestas patronales. “El Charrito” Negro, el famoso cantante de música popular, canceló su concierto por la inseguridad.

Miembros de las disidencias de las Farc, en su recorrido intimidante por Balboa, Cauca. FOTO: CORTESÍA.

Al día siguiente los integrantes de estos grupos ilegales liberaron a los cuatro soldados secuestrados.

El frente Franco Benavidez no se quedó atrás. El 10 de enero en Policarpa (Nariño) sus huestes salieron a patrullar el casco urbano. Los pocos policías que había en el pueblo tuvieron que encerrarse en la estación y el Ejército no llegó a respaldar a la población para no poner en riesgo el cese bilateral.

Otros crímenes también han sido atribuidos a los disidentes, aunque sin saber cuál de toda esta jauría los cometió. Entre ellos, el ataque sicarial del 2 de enero en Tumaco (Nariño), en el que mataron a José Taicus Pascal, de 16 años y líder juvenil del pueblo awá, y dejaron herido a su hermano.

El ministro de Defensa, Iván Velásquez, les dio un ultimátum a estos grupos, luego de escuchar las quejas de la gente en los consejos de seguridad. Sin embargo, ninguna facción quiere ceder terreno en el lucrativo negocio del narcotráfico en el Pacífico Sur.