<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Más críticas por cambios a las EPS, y Petro insiste en llamar a las calles

Expresidentes Uribe Vélez y Gaviria hacen un llamado para que se discuta la reforma a la salud y se cuiden logros alcanzados en el sistema; Roy Barreras también critica a la ministra Corcho.

  • Aunque aún no se conoce el proyecto de reforma a la salud, el presidente Gustavo Petro convocó a una marcha para defender la iniciativa; ¿le tocó al mandataria acudir muy pronto a las protestas? FOTO Archivo
    Aunque aún no se conoce el proyecto de reforma a la salud, el presidente Gustavo Petro convocó a una marcha para defender la iniciativa; ¿le tocó al mandataria acudir muy pronto a las protestas? FOTO Archivo

La reforma a la salud preocupa a más de uno. El mismo Roy Barreras, presidente del Senado y hombre clave en la victoria de Gustavo Petro, le dijo a revista Semana: “Estoy muy preocupado, conozco el sistema desde siempre. Como médico y ahora como paciente. Trabajé 20 años en todos los hospitales públicos (...) La gente estaba totalmente desprotegida (...). Hoy la expectativa de vida ha aumentado a 80, 85 años. Ya no tenemos un 29 por ciento de cobertura, sino 99 por ciento. Entonces, esa mejoría no se puede echar a perder”.

También el expresidente César Gaviria, líder natural del Partido Liberal que hoy hace parte de la coalición de gobierno, dijo que en este momento “peligra la continuación y consolidación de grandes avances sociales en salud y en la garantía de un derecho constitucional fundamental”.

Y hasta el expresidente Álvaro Uribe Vélez, que tuvo una reunión con el presidente Gustavo Petro hace pocos días, publicó “17 advertencias” de los cambios drásticos que podría sufrir el sistema de salud en caso de pasar a un sistema controlado totalmente por el Estado, como lo ha venido exponiendo la ministra Carolina Corcho. “La solidaridad y la eficiencia social son más alcanzables en los sistemas mixtos que en los monopolios estatales”, dijo Uribe.

Pese a los pedidos de políticos, EPS, cuerpos médicos y hasta universidades, tanto la ministra Corcho como el presidente Petro se han mantenido en su posición de defensa de una reforma que ni siquiera que se conoce.

Y es que con la consigna “la salud es un derecho, no un negocio”, el presidente Gustavo Petro llamó “a todo el pueblo colombiano” a que lo acompañe el próximo 14 de febrero en la plaza de Bolívar de Bogotá, donde hablará a “Colombia reunida en todas las plazas públicas del país” sobre la reforma a la salud.

El video compartido por Petro en Twitter continúa con la máxima: “Reformarla (la salud) es asunto de todos. Te invitamos a sumar tus ideas y tu voz. Construir la reforma en las calles es democracia. Esta es tu reforma. Este es tu gobierno”.

Esta convocatoria representa para Petro tirar una moneda al aire que puede caer del lado que quiere o del lado que más lo perjudicará políticamente. El primero consiste en que la respuesta de la ciudadanía sea la esperada por él y las plazas se llenen en respaldo al plan de Gobierno; el segundo, en que el plan salga mal, el llamado no sea copiado por la ciudadanía y que termine –como alguno de sus anuncios por Twitter– en una humillación.

Analistas políticos consultados por EL COLOMBIANO coinciden en que esta herramienta de Gustavo Petro hace parte de una maniobra que busque presionar al Congreso de la República para que tramite y apruebe la reforma a la salud, pues ve que el cerco se cierra alrededor de esa apuesta y que el capital político con el que contó en el capitolio para aprobar proyectos –como la paz total y la reforma tributaria–, le puede hacer falta.

Lo anterior debido a que los partidos tradicionales que hoy lo apoyan en el Legislativo (Partido Liberal, Partido de la U y Partido Conservador) y sus caciques han insistido en los “peros” que tienen respecto a esta reforma. Los godos pidieron que no se presente con mensaje de urgencia, para poder estudiarla detenidamente; el director de los liberales, el expresidente César Gaviria, les dijo a sus congresistas que no permitirían que Petro “arrase” con el sistema; y la directora de la U, Dilian Francisca Toro, dijo que “no podemos destruir un sistema que ha generado buenos resultados”.

Todos estos reparos –sumados a los de académicos y técnicos– han creado un clima de incertidumbre en el sector salud, en estudiosos del sistema y, al tiempo, en el propio Gobierno, desde donde se escuchan voces disonantes, como la del ministro de Educación, Alejandro Gaviria.

Para la directora de posgrados en ciencia política de la Universidad Javeriana, Patricia Muñoz, este movimiento del presidente corresponde a “reactivar los respaldos de los partidos de gobierno con el llamado a la calle, que no es otra cosa que crear una corriente de opinión que fortalezca el clima de opinión pública para el Gobierno que le sirvieron a Petro para ganar la Presidencia”.

Ese mecanismo de presión, no obstante, puede tener dos miradas. Así lo estima el decano de la facultad de ciencias políticas de la Universidad Javeriana, Sebastián Lippez, quien considera que el ejercicio de llamar a los ciudadanos a participar de las reformas ayuda a la democracia y fue una promesa de gobierno, en la medida en que “puede distorsionarse y tener la intención más oculta de impresionar y presionar al Congreso para aprobar ese proyecto, porque si hay amplio respaldo hay más presión para que se apruebe”.

¿La presión desencadenó esto?

La tesis de que las objeciones de los partidos tradicionales que apoyan al Gobierno sea una forma de presión política por burocracia con miras a las elecciones regionales de octubre de este año no es descabellada. Al menos así lo considera la analista Muñoz, quien recuerda que el apoyo a las reformas gubernamentales en año electoral “tiene mayores dificultades porque “los partidos pueden ‘encarecer’ esos apoyos y mostrar esas inconformidades puede traer consecuencias para conseguir beneficios en cuanto a nombramientos y manejo de entidades del Estado”. Solo el tiempo contestará la pregunta de si lo hacen con ese propósito o con la convicción de no afectar un modelo de 30 años que, aunque con puntos pendientes, constantemente es elogiado por su protección financiera, su nivel de cubrimiento y el grado de satisfacción de los usuarios.

Aún así, solo con el paso de las semanas venideras previas a la radicación de la reforma en el Congreso, habrá elementos suficientes para despejar la dualidad que plantea el decano Lippez: “el camino de la participación ciudadana con metodología debe ser bienvenido y promovido, pero el escenario de la movilización simplemente como un respaldo plebiscitario no contribuye mucho a la gobernabilidad y podría generar problemas”.

En esta jugada arriesgada el presidente de la República se juega una de las cartas que le resultó en el pasado: las movilizaciones sociales. Sin embargo, ahora no es el líder de la oposición sino la cabeza del establecimiento que tiene que sacar adelante sus propuestas de política pública desde las instituciones, pues, como lo dijo Patricia Muñoz: “la salida a las calles no reemplaza las vías institucionales en donde se debe dar la discusión de la reforma escuchando a los diferente actores”.

Te puede interesar

Las más leídas

Regístrate al newsletter