El gobierno de China entró oficialmente a la puja por el millonario contrato para renovar la flota de aviones de combate de la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC), con una oferta presentada durante la reciente visita del presidente Gustavo Petro a ese país.
Se trata de aeronaves tipo J-10CE, de cuarta generación, y cuyo valor en el mercado está en US$40 millones de dólares la unidad, un precio muy bajo en comparación con los valores de base de los otros cazas occidentales, que rondan los US$90 millones.
Erich Saumeth, analista en seguridad y defensa, quien le ha seguido la pista al negocio, le contó a EL COLOMBIANO que “la charla en torno al avión había sido previamente agendada”, es decir, que la delegación colombiana sabía que el gobierno de Xi Jinping pondría esa carta sobre la mesa durante la visita presidencial.
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Colombia está urgida de reemplazar su flota de jets de combate Kfir de fabricación israelí, que data de los años 80, y ya está proceso de obsolescencia.
Los chinos plantearon una oferta inicial de 24 unidades con armamento para combate aire - aire y facilidades de financiación.
En la carpeta de la Casa de Nariño ya había propuestas de la compañía sueca Saab, que ofreció sus aeronaves Gripen; de la estadounidense Lochkheed Martin, con sus F-16; de la francesa Dassault Aviation, con los aviones Rafale; y de un consorcio de España, Alemania y Reino Unido, con los EuroFighter Typhoon.
De esas opciones, la que tiene la delantera es la de Suecia, pues Colombia ya firmó una carta de intención a principios de este año para adelantar el negocio; sin embargo, todavía no se concreta el contrato formal y esta es la ventaja que podrían aprovechar los asiáticos.