Polémico comienzo: Minciencia funciona a partir de este viernes

Duque informó el pasado 30 de diciembre que Torres será la primera ministra de esa cartera, y le puso la tarea de convertir este sector en motor de desarrollo del país. FOTO Cortesía Presidencia

Richard Aguirre Fernández

24 de enero de 2020

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Polémico, por decir lo menos, es el inicio del Ministerio de Ciencia que arranca oficialmente este viernes, tal como lo estableció la Ley 1951, firmada por el presidente Iván Duque, hace un año.

Nació con el objetivo de que se convierta en la entidad encargada de liderar la política de ciencia, tecnología e innovación y deberá promover las estrategias que permitan las políticas alrededor de las propuestas que planteó la Misión de Sabios, convocada por el Gobierno en febrero del año pasado y que entregó 65 recomendaciones en diciembre.

El investigador de la Universidad de Antioquia, Fannor Mondragón, recuerda que “cuando planteamos desde la U de A la necesidad de tener un Ministerio, nunca nos imaginamos que fuera a dar origen a una polarización entre quienes abogan por los principios fundamentales en la investigación sobre rigurosidad científica y la ética que debe tener todo investigador”.

¿Cómo empieza?

Para Paula Arias, exdirectora de Colciencias, deberá comprometer a los demás ministerios para que pongan un porcentaje de su presupuesto para innovación en investigación para su sector y “repotenciar el plan de repatriación de cerebros. Colombia ha formado más de 2.500 doctores en 10 años, y se están quedando afuera porque en Colombia las condiciones no están dadas. Hay que traerlos de regreso”.

Por su parte, María del Pilar Noriega, comisionada de la Misión de Sabios, asegura que el principal cambio al haber pasado de Colciencias a Minciencia, es que ahora será “el encargado de formular, orientar, articular y desarrollar una política nacional en materia de ciencia, tecnología e innovación” y para ello, expresa Noriega, “necesitamos articularnos todos los sectores alrededor del ministerio naciente”.

Otra tarea que se deberá abordar, y es algo en lo que coinciden los consultados, es la consecución de recursos para que en realidad la ciencia, la tecnología y la innovación se conviertan en un motor de desarrollo, ya que el Ministerio arranca con el mismo presupuesto de Colciencias: $390.000 millones, cifra pequeña para los analistas, si se compara con el Ministerio de Educación, que tiene un presupuesto de $44,1 billones para este año o para el del también naciente Ministerio del Deporte, que cuenta con $553.000 millones, es decir, $163.000 millones más que el Minciencia.

Además, al compararlo con un Ministerio de Ciencia que es relativamente nuevo, como el de Chile, que nació en 2018, también se queda corto, pues los científicos chilenos tienen este año lo equivalente a $3,1 billones colombianos.

Otros desafíos

Noriega dice que será fundamental la ejecución de recursos del Gobierno y los que se destinan a través de regalías, pero será más clave el trabajo con el sector privado. “Existen mecanismos para incentivar la inversión privada” y recuerda que varios países se comprometieron a financiar proyectos en estos sectores.

Sobre los retos planteados para el Ministerio, el gerente del laboratorio Delivery Technologies, Alejandro Olaya, dice que en el país no se ha abordado con seriedad en este tipo de proyectos y es normal encontrar que a quienes se apoyaron financieramente solo buscaban el lucro personal, “por consiguiente no podemos esperar que la ciencia sea un motor de desarrollo para un país que no tiene políticas serias y permanentes. Insisto en que si los apoyos van a ser para las universidades públicas o para amigos de quienes rodean la institucionalidad, será un dinero más que se utilizará para alimentar la burocracia”.

Asimismo, los consultados sostienen que el impulso del sector privado ya se empezó a sentir, sobre todo con los 30 millones de dólares que anunció Ecopetrol, los cuales servirán para alcanzar las metas y empezar a cumplir con el anhelo de que, en realidad, la ciencia sea un motor de desarrollo para el país.