El documento que iba a ser colgado en la página web de la mesa de conversaciones en la noche del sábado, que se supone incluiría las modificaciones al Acuerdo Final firmado el 26 de septiembre en Cartagena por el presidente Juan Manuel Santos y alias Timochenko, apenas fue publicado a la 1:00 a.m. de este lunes.
Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del Gobierno, había explicado en un video que las Farc, a última hora, propusieron mostrar el acuerdo definitivo completo, documento que los equipos técnicos estaban ajustando ayer a toda marcha para entregarlo cuanto antes.
Reacciones
Aún sin conocer el documento, son muchas las voces que opinan sobre el nuevo pacto. Las víctimas, por ejemplo, reclaman que en el último anuncio de La Habana no se hablara de los 650 secuestrados ni de la desvinculación de menores del conflicto ni los mapas de las zonas minadas. La senadora Sofía Gaviria expresó que esas medidas humanitarias que se habían puesto en consideración del presidente Santos pasaron de agache.
Diversos sectores de la oposición afirman que lo que anunciaron son solo arreglos cosméticos y que lo realmente importante, que era reversar la elegibilidad política de responsables de delitos de lesa humanidad, quedó sin cambios.
Sin embargo, el optimismo también encontró donde anidar. Senadores que desde el principio han apoyado al Gobierno en los diálogos de paz desde ya le auguran éxito a la implementación en el Congreso, donde, según sus cuentas, el presidente tiene mayorías.
En La Habana el trabajo no para, aunque Santos había ordenado el regreso inmediato de sus negociadores para iniciar la pedagogía para la paz, la confección del texto definitivo los mantiene en Cuba.
Desde el lado de las Farc también se han presentado confusiones. El exministro Álvaro Leyva, quien asesora en temas jurídicos a las Farc, dijo en su cuenta de Twitter que el acuerdo de paz sí entraría al bloque de constitucionalidad porque el artículo 93 de la Constitución “está vivito y coleando”.
Ese artículo establece que “los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen los derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción, prevalecen en el orden interno”.
Además, escribió que “el acuerdo firmado ayer (sábado) en La Habana es final y definitivo. No se revisa. A todos se les dio gusto sin llegar a poner en peligro la paz”.
Todavía es desconocido el camino que recorrerá este acuerdo para su implementación, si habrá alguna refrendación popular o si el mandatario usará sus facultades legales para ponerlo en marcha. De todas formas el Congreso deberá debatir y aprobar cada una de las reformas constitucionales, normas y leyes necesarias para su implementación, teniendo en cuenta que muy pronto terminan sus sesiones ordinarias y en las extras muchas de esas reformas no pueden discutirse.
Los cambios anunciados
En las declaraciones del presidente Santos y de De la Calle se anunciaron las principales modificaciones y aclaraciones que sufrió el acuerdo del 26 de septiembre y que le dieron vida a este nuevo acuerdo definitivo.
EL COLOMBIANO comparó estas nuevas condiciones del acuerdo con las estipuladas inicialmente y con las propuestas de los partidarios del No, teniendo en consideración los documentos del Centro Democrático, del expresidente Andrés Pastrana, de la excandidata Marta Lucía Ramírez, del exprocurador Alejandro Ordóñez, de la senadora Sofía Gaviria y la Federación de Víctimas de las Farc (Fevcol), y de las organizaciones civiles y los centros de investigación de las universidades; también se tuvieron en cuenta las declaraciones de las Iglesias cristianas, la senadora Viviane Morales y la comunidad LGBTI .