La paz triunfará”. Así terminó ayer Rodrigo Londoño Echeverry, comandante de las Farc-EP, un escueto comunicado en el que reiteró la voluntad de ese movimiento guerrillero de seguir explorando los caminos de la paz y de evolucionar hacia un partido político.
Pero, ¿qué tan fácil será ese camino, tras el resultado de un plebiscito en el que, por una estrecha ventaja, ganó el No a los acuerdos suscritos entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc-EP?
Para Ariel Ávila Martínez, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, si bien es cierto que la guerrilla tiene la disposición de mantener vivo el proceso de paz, también lo es el hecho de que estamos ante un limbo jurídico.
“El proceso de paz se congela”, advirtió Ávila Martínez. “No hay seguridad jurídica y las próximas dos, tres o más semanas, serán complicadas, porque hay que buscarle soluciones a la situación creada por el triunfo del No en el plebiscito”.
Para el analista, ayer hubo más de 6,3 millones de colombianos que expresaron en las urnas su rechazo al acuerdo y eso hará particularmente compleja su salvación en el Congreso de la República. “¿Qué partido lo hará? ¿Germán Vargas Lleras, de Cambio Radical, o Sergio Fajardo”, ambos en lista de precandidatos presidenciales para el 2018. Para el investigador, a esa lista se podrían agregar nombres como los de Juan Manuel Galán, para el que, en su opinión, volvería a jugar la pregunta: “¿sí será que se sacrifican por nada?”.
Ahora bien, el Centro Democrático, del expresidente Álvaro Uribe Vélez, ha dicho que tiene una fórmula para renegociar el acuerdo. Ávila es un tanto escéptico, pues considera que “nadie va a renegociar para tener menos de lo que ya tiene hoy. En un escenario como ese, las Farc podrían, por ejemplo, pedir que se abran temas como los tratados de libre comercio, la minería o la política petrolera”.
“Es difícil adivinar”
Carlos Lozano Guillén, director del semanario Voz, afirmó que ni Santos ni la guerrilla de las Farc-EP estaban preparadas para el triunfo del No. De hecho, anotó, el ambiente de ambos era de triunfalismo, en medio de las cifras optimistas que revelaban las encuestas.
Lozano Guillén, igualmente sorprendido por el resultado de las urnas, dijo que no se atrevía a especular sobre lo que sigue. No obstante, destacó que las partes avanzaron bastante. No cree que se vaya a desatar la guerra, como lo dijo el gobierno de Santos para asustar a la gente, y más bien se inclina a pensar que, “en un país de leguleyos, como es el nuestro, se puedan hallar salidas jurídicas, incluyendo un pacto político con quienes ganaron en las urnas”.
Por su parte, Víctor G. Ricardo, alto comisionado de Paz en el gobierno de Andrés Pastrana, no espera que las Farc acepten una renegociación, como lo plantean varios sectores. Su perspectiva es que “si bien al interior de la guerrilla hay diferencias de criterios, entre un ala radical y una más dirigida al diálogo, las decisiones se toman por unanimidad. Ellos dirán: nosotros cumplimos, pero aquí hay enemigos; sin embargo, pese a eso, esperamos que el Gobierno nos cumpla”.
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