La Procuraduría General de la Nación sancionó al excomandante de la Sexta Brigada, teniente coronel Andrés Mauricio Quintero Londoño, con separación absoluta e inhabilidad por 14 años, tras encontrarlo culpable de acoso sexual a una subalterna. Esta decisión se suma a una serie de casos de acoso y abuso en las fuerzas militares del país.
La investigación reveló que el teniente coronel Quintero comenzó a acosar a su víctima de manera progresiva. Al principio, las interacciones eran simples charlas en su oficina, pero rápidamente escalaron a tocamientos, conversaciones sugestivas y solicitudes de actos sexuales, tanto a través de medios virtuales como físicos. Según el informe de la Procuraduría, Quintero llegó al punto de citar a su subalterna en su cabaña mientras estaba semidesnudo y exigiéndole que le realizara acciones no deseadas.
Los mensajes de índole sexual enviados por WhatsApp fueron una prueba clave en la investigación. Estos mensajes y la presión para que la víctima borrara las conversaciones de WhatsApp en las que él expresaba sus intenciones sexuales fueron determinantes para calificar la falta como gravísima.
“El teniente coronel conocía la ilicitud de su actuar, pues le pidió a su subalterna borrar las conversaciones que sostenían por WhatsApp, o al menos los apartes en que le manifestó su pretensión sexual”, señaló el Ministerio Público.
Este caso no es aislado en las fuerzas militares colombianas. En lo que va del 2024, varios incidentes similares han salido a la luz. Uno de los más trágicos involucró a un cabo tercero del Ejército, quien se quitó la vida en un batallón de Facatativá, Cundinamarca, tras haber denunciado acoso laboral por parte de un superior meses antes.
Otro caso que ha generado controversia implica al jefe del Estado Mayor de Planeación, el general Olveiro Pérez Mahecha, quien es señalado por múltiples acusaciones por extralimitar su autoridad con sus subalternos, quienes compartieron conversaciones de WhatsApp en donde Pérez los obligaba a realizar labores domésticas para él.
La sanción a Quintero y estos otros incidentes ponen de manifiesto una cultura de abuso de poder y acoso dentro de las fuerzas militares del país, por lo que la Procuraduría ha reiterado su compromiso de investigar y sancionar con firmeza cualquier conducta que atente contra la dignidad y los derechos de los miembros de la institución.
La Procuraduría ha enfatizado la importancia de establecer mecanismos efectivos de denuncia y protección para quienes se atrevan a hablar, asegurando que no enfrentarán represalias por denunciar conductas indebidas.
La sanción contra el teniente coronel Quintero marca un precedente importante en la lucha contra el acoso sexual en las fuerzas militares. Sin embargo, también revela la necesidad de una revisión profunda y sistemática de las prácticas y la cultura dentro de la institución para prevenir futuros abusos.
