El escándalo de corrupción en la Unidad de Gestión del Riesgo (Ungrd) fue la estocada final de la fractura del partido Alianza Verde no solo a nivel nacional sino también regional, especialmente en Antioquia.
Después de las renuncias de Antanas Mockus y Claudia López a causa de los testimonios que señalan que el presidente del senado, Iván Name, del partido Verde, recibió supuestamente $3.000 millones como soborno para agilizar los proyectos del gobierno en el Congreso, vino también la renuncia de Daniel Duque, el exconcejal del Verde que le hizo oposición y control político a Quintero durante su mandato y que a punta de un discurso anticorrupción y de protección del medio ambiente, movía el voto de opinión de ese partido en la capital antioqueña.
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Siguiendo los pasos de Mockus y de López (su madrina política desde hace varios años), Duque publicó una carta en la que recordaba que, como muchos jóvenes de su época, había llegado a la política inspirado por la “Ola Verde”, que cree en la importancia democrática de los partidos políticos, pero que “por las investigaciones en las que se involucra a miembros de este partido” no le quedaba otra opción que renunciar.
Esa renuncia significa no solo que el Verde se queda sin uno de sus políticos más visibles y con más proyección electoral en la ciudad y el departamento, sino que finalmente, después de más de cuatro años de una lucha que inició muy al comienzo de la alcaldía de Daniel Quintero en Medellín, el Verde en Antioquia quedó en manos de los políticos tradicionales y de aquellos que se la jugaron (y se la siguen jugando) con los gobiernos de Gustavo Petro y de Daniel Quintero.
Antes de esta fractura, durante los últimos años el Verde en Antioquia estuvo dividido en tres facciones: la primera de ellas, la más tradicional y poderosa, está bajo la batuta del excongresista y actual embajador de Colombia en Nicaragua, León Fredy Muñoz. Muñoz es uno de los más poderosos políticos del partido no solo a nivel regional sino nacional. Y ha sido cercano tanto al presidente Petro como al Alcalde Quintero, con los que ha hecho alianzas políticas.
A pesar de no quedar elegido como senador en las últimas elecciones legislativas, Muñoz logró meter a su sobrino, Juan David Muñoz, en la Asamblea departamental con más de 14.000 votos. Muñoz, el sobrino, ha sido en estos meses que lleva como diputado uno de los más férreos defensores del gobierno de Gustavo Petro en una asamblea mayoritariamente uribista y de derecha.
Además, León Fredy hizo campaña en dueto con Juan Camilo Londoño, un exfuncionario del Inder muy cercano a Quintero (sobre el que volveremos más adelante) que quedó elegido como representante a la Cámara con 23.081 votos.
Londoño hace parte de la comisión séptima de la Cámara y desde allí ha votado positivo a todos los proyectos que ha promovido el gobierno Petro: reforma a la salud, Plan Nacional de Desarrollo, presupuesto nacional, reforma política, paz total, cannabis de uso adulto y jurisdicción agraria.
En las últimas elecciones locales, Muñoz y su equipo apoyaron a los candidatos de Quintero: Esteban Restrepo a la gobernación y Juan Carlos Upegui a la Alcaldía de Medellín. Londoño, que también apoyó a Restrepo, se la jugó por Rodolfo Correa a la Alcaldía.
La segunda facción podría llamarse la de los “tradicionales”, representada principalmente por el representante a la Cámara Elkin Rodolfo Ospina, un importante gamonal político del oriente antioqueño, que fue alcalde de La Ceja en 2016 y que ya había sido congresista entre 2010 y 2014 por el partido de la U, cuando el que mandaba ya era Santos.
Ospina es uno de los mejores amigos y aliados de Carlos Amaya, gobernador de Boyacá y uno de los copresidentes del partido. Desde la comisión tercera, de la que forma parte, Ospina votó negativo a la reforma a la salud, pero positivo a la tributaria, a la política, a la paz total y al plan de desarrollo. A pesar de que en los últimos meses de su mandato Ospina se apartó de Quintero, su ficha para el concejo de Medellín fue Alejandro Arias, el único concejal verde elegido en las últimas elecciones.
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Arias fue secretario de Control y Gestión Territorial durante cinco meses y por más de dos años fue secretario de Desarrollo Económico en el gobierno Quintero. Arias incluso se desempeñó como alcalde encargado cuando el exmandatario salió del país en septiembre del 2022, es decir que fue parte del círculo cercano de esa administración durante al menos tres de los cuatro años que duró.
Ospina es cercano a Luis Pérez a quien apoyó en su campaña a la gobernación de Antioquia y también es el padrino político de Rogelio de Jesús Zapata, que quedó elegido como diputado de Antioquia con 13.772 votos.
La última de las vertientes del Verde en Antioquia, la que está agonizando, es la del voto de opinión, que le hizo oposición y control político a Quintero y que estuvo representada por el exconcejal Daniel Duque y por el diputado Camilo Calle, que es único sobreviviente de esa línea que desde Bogotá estaba amadrinada por Claudia López, Angélica Lozano y Katherine Miranda.
A pesar de la fuerza con la que parecía esa línea en la región, pues Daniel Duque después de una pelea muy reñida se ganó el aval para ser el precandidato del partido en las últimas elecciones a la Alcaldía de Medellín, lo cierto es que perdieron el pulso y están buscando partido (viejo o nuevo) dónde aterrizar.
Los verdes paisas en la Ungrd
Si bien las tensiones entre los verdes en Antioquia no son nuevas, como tampoco lo es el poderío del ala tradicional y petrista del partido, que entre otras cosas logró que hasta el último día de la alcaldía de Quintero el Verde fuera partido de gobierno, sí son nuevos los señalamientos que apuntan a que algunos políticos del partido Verde en Antioquia habrían sido el enlace entre funcionarios de la administración del exalcalde de Medellín y Olmedo López en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, Ungrd.
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Un buen punto de partida para esta historia sería finales del 2021 y principios del 2022, cuando los partidos preparaban las campañas para las elecciones legislativas que se celebraron en ese año. Para ese momento, Independientes, el movimiento que llevó a Quintero a la alcaldía, no tenía (hoy en día tampoco) personería jurídica, por lo que los políticos que habían acompañado al exalcalde estaban buscando otro lugar para despegar sus aspiraciones.
Entre ellos estaba Juan Camilo Londoño (antes dije que volveríamos sobre él) y Alejandro Saldarriaga, uno de los actores de reparto más importantes de esta trama. Antes de aspirar a la Cámara, Londoño, un basquetbolista y deportista de toda la vida, había trabajado en el Inder cuando el gerente de esa entidad era Carlos Mario “el mocho” Romero, otro deportista y quinterista de pura sepa.
En noviembre de 2021, en EL COLOMBIANO se publicaron testimonios de empleados y contratistas del Inder que señalaban que a la entidad la estaban convirtiendo en un fortín político y que uno de quienes estaban en la cabeza era precisamente el hoy representante a la Cámara por el partido Verde, quien en ese momento lo negó todo.
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Por su parte, Saldarriaga era un joven que había hecho parte del movimiento Independientes desde el comienzo e incluso hasta agosto del 2021 fue su secretario y representante legal. De hecho, en las elecciones regionales del 2019, en las que quedó electo Quintero, una de las candidatas de Independientes al Concejo fue Daniela Vásquez, la novia de Saldarriaga, quien para ese entonces tenía apenas 20 años y era estudiante de Comunicación Social.
Pero Saldarriaga no solo era cercano a Quintero sino a Camilo Romero, actual embajador de Colombia en Argentina y otro hombre poderoso dentro del Verde a nivel nacional, de los más cercanos a Petro. Basta darse una vuelta por las redes sociales de Saldarriaga para encontrarse decenas de publicaciones de apoyo y promoción tanto a Romero como a Quintero.
Con Romero como padrino, y en llave con León Fredy e Inti Asprilla, Saldarriaga aspiró a la Cámara en 2022 por el Verde. Sin embargo, solo alcanzó 9.636 votos y terminó quemado.Un año más tarde, aparentemente más alejado de Quintero, pero igual o más cercano a los embajadores Romero y Muñoz, Saldarriaga aspiró al concejo de la ciudad, pero sacó poco más de 1.500 votos volvió a perder.
Sin embargo, según fuentes cercanas al Verde quinterista y petrista, tras la derrota Saldarriaga no se quedó quieto sino que siguió haciendo política de la mano de sus padrinos.
Hace unos días, una fuente le aseguró a este diario que Saldarriaga, con la bendición de Camilo Romero, era quien había intermediado para que las fichas de Quintero —Alethia Arango y Andree Uribe— aterrizaran en la Ungrd de Olmedo López y que era él el brazo del entonces director de la Ungrd en Antioquia. Esa no sería la única versión que acusa al embajador Romero de tener influencia en la Ungrd de Olmedo: la semana pasada, Paula Bolívar, la periodista que más cartas ha destapado en este caso, señaló a Romero de ser la persona encargada de llevar a la Ungrd al abogado Pedro Andrés Rodríguez, el hombre que a su vez habría llevado a la entidad al contratista que vendió los 40 carrotanques de La Guajira.
También la semana pasada, Andrés Pineda, el excandidato al concejo de Medellín por Independientes y miembro del equipo del concejal Juan Carlos Upegui que demandó el nombramiento de Carlos Carrillo como nuevo director de la Ungrd, hizo una serie de publicaciones en X en las que también señalaba a Saldarriaga como el enlace entre Olmedo y los quinteristas en la entidad más salpicada por corrupción en los últimos años en el país.
Pineda compartió una foto de una visita de Olmedo López a la embajada colombiana en argentina en septiembre del 2022, acompañado del embajador Camilo Romero y de Alejandro Saldarriaga y de Daniela Vásquez, su pareja. Además, en las redes sociales de Saldarriaga quedó registro de sus interacciones constantes con las cuentas de Olmedo y de Alethia Arango.
El problema es que aunque la intención de Pineda era señalar a Saldarriaga para desmarcar a Quintero de las múltiples versiones que lo señalan de tener cuotas en la Ungrd, por el contrario lo que hizo fue ratificarlas, pues el estrecho vínculo entre Saldarriaga y Daniel Quintero y los verdes afines a Petro y a Quintero es irrefutable.
Además, aunque el exalcalde ha intentado decir de todas las formas posibles que entre él y Olmedo la relación no era buena, esto no habría sido un impedimento para hacer transacciones políticas entre ambos. Tan es así que Olmedo recibió en su oficina al círculo más cercano de Quintero: el congresista Alejandro Toro, el excandidato Esteban Restrepo, a los alcaldes afines a Quintero en el Urabá y a Juan Pablo Ramírez, uno de sus más cercanos colaboradores. Incluso a este último, según dicen algunas fuentes, le ofreció puesto en la entidad. “Mil gracias por recibir a Juanpa. Un abrazo y aquí a tu servicio”, le escribió Quintero a Olmedo por Whatsapp el pasado 31 de enero, cuando ya este había sido sancionado por la Contraloría y todo empezaba a oler mal.
