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“Si toca irnos, nos vamos, pero acá regresamos”

Los habitantes de Puerto Valdivia asumieron con resignación la noticia de la Ungrd, con opiniones divididas por el riesgo.

  • Habitantes de Puerto Valdivia piden que les respeten sus derechos como lo plasmaron en las carteleras. FOTO esneyder gutiérrez
    Habitantes de Puerto Valdivia piden que les respeten sus derechos como lo plasmaron en las carteleras. FOTO
    esneyder
    gutiérrez

A sus 79 años, María Lucelly Muriel sueña con pasar sus últimos días de vida sintiendo las brisas del río Cauca, el único lugar donde se siente aliviada. Pero ante la recomendación de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd) de evacuar a los habitantes de Puerto Valdivia, Puerto Antioquia y parte de Tarazá, ella deberá pasar algunos días, otra vez, lejos del sitio que siente su rincón en este mundo.

Con resignación, esta mujer, quien se considera la primera habitante del sector El Remolino, acepta la decisión de las autoridades, tal como lo hizo en el 2018, cuando la creciente de su vecino afluente por los inconvenientes en las obras de Hidroituango destruyó su casa por completo y la obligó a trasladarse a un lugar donde nunca se halló y después de dos años, en el 2020, en medio de la pandemia, regresó a la vivienda de una de sus nietas.

“Si me tengo que ir, me voy, pero apenas pueda me regreso, tal como lo hice la vez pasada porque yo solo me amaño acá. Llegué a conseguir una nueva casa en otro lado, pero preferí volver, pagándole alquiler a una de mis nietas, pero con la felicidad de estar en el único lugar donde me siento aliviada”, expresó esta adulta mayor, quien apenas se enteró de la resolución de la Ungrd que fue dada a conocer a algo más de un kilómetro de su morada, en el coliseo de Puerto Valdivia.

En este lugar, donde hubo presencia de la Ungrd, el Dagrán, la Procuraduría y EPM, entre otras autoridades, también estuvieron algunos líderes de las comunidades de Tarazá, Puerto Valdivia e Ituango, quienes mostraron su inconformidad con la situación y exigían que se diera una orden de evauación, tal como lo expresó Elena Flórez, una de las integrantes del Colectivo Ríos Vivos.

“Llevamos 17 meses en una mesa de negociación en la cual no hemos avanzado. Es importante tener en cuenta que existe un riesgo cuando se llegue a encender Hidroituango y por eso es necesario evacuar, para que no se lleguen a perder vidas”, señaló.

Pese al anuncio de evacuación, los habitantes de Puerto Valdivia lejos se mostraban de estas preocupados y dejar este corregimiento de Valdivia abandonado, tal como ocurrió el 12 de mayo de 2018, cuando ocurrió la creciente. Incluso, los equipos de sonido retumbaban en el borde de la carretera desde comienzos de la tarde y los pescadores continuaban buscando algún pez que se enredara en sus redes.

Contrastando con el ambiente bullicioso del borde de la carretera, Humberto Chica se encontraba en la puerta de su casa con su compañera sentimental y su hijo de unos cinco años, mirando hacia el horizonte y disfrutando de los sonidos del Cauca.

Cuando se le preguntó por la evacuación tampoco tuvo mucha oposición, pese a que recordó aquellos momentos que por 38 meses lo tuvieron lejos de su hogar. Este trabajador de oficios varios en Puerto Valdivia también aseguró que “no vemos tan necesaria esa evacuación porque el río ha estado tranquilo, pero si hay que irse, lo hacemos”.

La alcaldesa de Valdivia, Olga Cecilia Arroyave, manifestó que están pendientes a un nuevo Puesto de Mando Unificado (PMU), que se instalará este martes para tomar determinaciones, aunque afirmó que no cuenta con los recursos para realizar este proceso, por lo que delegaría la responsabilidad al proyecto hidroeléctrico.

Aunque la preocupación del Gobierno Nacional es que se presente una nueva creciente, para los ribereños de Puerto Valdivia la decisión llega como una medida que simplemente deben cumplir, tal como ocurrió en 2018.

Pero tal como lo piensan María Lucelly y Humberto, vivir al lado del río Cauca es donde quieren estar y así los saquen 10 veces, ellos volverán hasta que la vida se los permita

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