Veinte carros robados al mes, en promedio, era la cuota que cumplía una organización delincuencial del Oriente de Medellín, con ganancias mensuales cercanas a los $90 millones.
Esta dinámica ilícita quedó al descubierto tras un operativo de la Sijín de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, que terminó con la captura de siete supuestos integrantes del grupo.
Según la Institución, la banda solía robar en vecindarios del Centro, Laureles, Buenos Aires y Robledo, llevándose los carros en la modalidad de halado (cuando el dueño lo deja parqueado en la calle) o intimidando a los conductores con armas de fuego reales y traumáticas.
En algunas ocasiones retenían a las víctimas para hacerles “el paseo millonario” y robarles el dinero de sus cuentas bancarias.