La ola de asesinatos en el municipio de Tarazá no para sino que se recrudeció con el último hecho de violencia ocurrido este miércoles 28 de abril cuando sicarios dieron muerte a dos jóvenes e hirieron a otro.
Los hechos, según el secretario de Gobierno de la localidad, Carlos Mario Cuartas, ocurrieron al interior de una vivienda ubicada en la zona urbana, barrio Buenos Aires, a la que ingresaron dos personas armadas y dispararon contra los presentes en el inmueble.
Como consecuencia del ataque perdieron la vida dos hombres identificados como Dávinson Herrera y Yeison Álvarez. Una tercera persona que sobrevivió a la arremetida sufrió heridas graves, debido a lo cual debió ser trasladada a un centro asistencial y, según el alcalde encargado, Ferney Álvarez Ortiz, su condición es delicada.
El mandatario expresó a EL COLOMBIANO su preocupación por la compleja situación de orden público y de seguridad de su municipio, en el cual se vive una ola de homicidios sin precedentes que ya suma 41 en los cuatro meses que van de 2021.
“No creo que en este momento haya un municipio de Colombia que tenga una tasa de homicidios tan alta, es una población de 28.000 mil habitantes que está totalmente abandonada por el Estado”, expresó el Alcalde, que asumió el mandato en reemplazo de Miguel Ángel Gómez, fallecido por covid el 11 de septiembre de 2020.
Para poner un solo ejemplo, en Medellín (2’599.000 habitantes, este año van 124 homicidios).
Álvarez Ortiz, quien sufre amenazas de muerte por parte de los grupos armados que delinquen en su territorio, las cuales atribuye a sus denuncias sobre el accionar de la delincuencia, además de extorsiones y hechos de violencia, se lamentó de la compleja situación de la cárcel de la localidad, la cual está construida para albergar a 15 presos y en el momento hay recluidos 75, “y hay un calabozo diseñado para 9 personas, pero tiene 58”.
“El sábado anterior se fugaron cuatro presos. Los reclusos son los mismos integrantes de los grupos armados”, lo que -responde-, hace muy difícil el control.
A lo anterior se suma que la cárcel es de carácter municipal, es decir, se sostiene con recursos de la alcaldía, lo que tiene a Tarazá prácticamente en la quiebra, pues del poco presupuesto local debe destinar recursos para pagar la vigilancia, los gastos de salud, alimentación para el total de ocupantes de la cárcel, además de mantenimiento de la prisión y pago de servicios públicos, entre otros asuntos.
“Además, gran parte de los recursos también se destinan a atender a las víctimas del conflicto, que resultan todos los días, cada que hay homicidios hay desplazamientos de núcleos familiares, y no tenemos ninguna ayuda del Estado ni ningún ente gubernamental”, dijo el mandatario.
Incluso, sostiene que la situación allí no se soluciona con consejos de seguridad y ni siquiera con más fuerza pública.
“Acá hay que hacer una intervención colectiva a fondo, que no sea de un día o dos días sino que permanezca en el territorio y se sostenga, porque parece que no le importamos a nadie, se volvieron paisaje los homicidios, el desplazamiento y la desaparición forzada”, concluyó el Alcalde, quien añadió que en su municipio también hay amenazas contra el secretario de Gobierno y el coordinador de víctimas, este último aún sin esquema de seguridad resuelto.
“Claro que uno siente miedo, por uno mismo y por la familia, pero hay que seguir adelante, el pueblo lo necesita”, puntualizó.