Por: VANESA RESTREPO
El sueño de vivir en un lugar sin trancones, sin atracos y con servicios públicos baratos llevó a Marcela González a buscar una casa en el corregimiento de Santa Elena, sin embargo tras revisar los avisos clasificados, se encontró con una sorpresa: “Yo tenía un presupuesto hecho a partir de lo que la gente que conozco gasta en la zona. Pero cuando busqué una finca para arrendar, vi que los precios estaban muy por encima”, le contó González a EL COLOMBIANO a través de las redes sociales.
Santiago Cardona, propietario de una de las agencias de arrendamientos de Santa Elena, cuenta que desde que comenzó con el negocio ha visto “un aumento de entre 30 y 50 por ciento en el precio de los arriendos en solo cinco años”.
El asesor inmobiliario cree que el aumento de los precios es gracias a la falta de nuevas viviendas porque el Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín, POT, impide la construcción de estas en terrenos inferiores a los 3.200 metros cuadrados.
Marta Guarín, propietaria de una finca en la vereda El Plan de este corregimiento, también vio cómo su propiedad aumentó de precio, casi hasta cuadruplicarse en 10 años.
“La falta de edificaciones nuevas ha hecho que algunos campesinos vendan parte de sus terrenos, pero como los compradores no pueden tener licencia de construcción, terminan levantando casas prefabricadas sin servicios públicos legales, pero pegadas de las instalaciones vecinas”, explica.
Poca intervención oficial
Federico Estrada García, gerente de la Lonja de Propiedad Raíz de Medellín y Antioquia, explicó que el nuevo POT de Medellín estableció zonas de protección ambiental amplias en Santa Elena. “La normativa no da lugar a un proceso de urbanización grande. Lo que se ha visto es un dinamismo en las viviendas unifamiliares, pero más como producto del loteo entre familias que como una actividad urbanística como tal”, aclaró.
“Sabemos que ha habido una dinámica inmobiliaria mayor en los últimos años en esa zona, pero como las negociaciones suelen ser directas es muy difícil para nosotros establecer una proporción”, agregó Estrada.
Integración a la ciudad
Santa Elena, el corregimiento con menor densidad poblacional de Medellín, según la Proyección de Población 2006 - 2015 de la Alcaldía y el Dane, ofrece viviendas rodeadas de naturaleza y sin vecinos cercanos a menos de 45 minutos de la ciudad.
James Acevedo, docente universitario, explica que desde la vereda El Hoyito hasta su lugar de trabajo en Laureles se gastaba el mismo tiempo que sus colegas que viven en Envigado o Bello. “Además no tenía que sufrir por trancones y tenía la ventaja de estar en un lugar más fresco, más tranquilo y hasta hace unos meses con menores gastos”.
Sin embargo Acevedo tuvo que dejar la vereda por circunstancias personales. Hoy, según los vecinos, la propiedad se arrendó por casi el doble del valor.
Santiago Cardona, de la agencia Vivir Santa Elena, confirma que precisamente el hecho de que esa zona tenga tres vías de acceso, incluyendo una vía rápida con doble calzada (Las Palmas), aumenta el atractivo para los foráneos, pero el problema es que no hay viviendas para tanta gente.
El aumento en la población no es un asunto de mera percepción. En los últimos 10 años y sin sufrir procesos de construcción masiva (nuevas casas o unidades residenciales), Santa Elena vio cómo su población aumentó en más de 68 %, según estadísticas de la Secretaría de Planeación de la Alcaldía de Medellín.
Según esa misma dependencia, en su último reporte de estratificación, publicado en el año 2012, el número de viviendas de ese corregimiento ubicado al oriente de la ciudad se mantuvo en 4.818.
Esos porcentajes de crecimiento solo se repiten en los corregimientos de San Cristóbal y San Antonio de Prado donde sí hay una urbanización masiva .