Los once campesinos del suroeste antioqueño que este lunes se jugaron su libertad dentro de un proceso penal en el que un juez no avaló la solicitud de arresto domiciliario luego de que la Fiscalía les imputara cargos por secuestro simple y hurto calificado -uno, además por lesiones personales- tienen en común el gran arraigo por su territorio, pues la mayoría son de familias que durante varias generaciones han habitado esas tierras, y los que no llegaron allí hace muchos años y se convirtieron en líderes de sus comunidades.
En contexto: Juez avaló imputación de secuestro simple y hurto calificado contra once personas que se oponen a Quebradona
Hace entre quince y diez y seis años se empezó a hablar en esa zona de la posibilidad de que se iniciara un gran proyecto minero con el nombre de Quebradona y que la encargada de desarrollarlo sería la AngloGold Ashanti, una multinacional que es de las más grandes jugadoras mundiales en la extracción de metales y piedras preciosas y que ha tenido varias actuaciones controversiales, entre ellas en los llamados “diamantes de sangre” en África.
Las protestas para no dejar a esta compañía desarrollar su proyecto han sido constantes, con bloqueos en la entrada de sus instalaciones y a terrenos de particulares donde estarían instalando estaciones de exploración, previas a la explotación. El argumento de los campesinos es que si el proyecto se llega a realizar, estaría en riesgo la vocación agrícola y turística de los municipios de Jericó y Támesis, así como su paisaje y sus fuentes de agua.
Las once personas envueltas en este proceso han participado en ese movimiento, incluido Porfirio Garcés, que hoy día cuenta con 85 años de edad y de ser aprobada la solicitud de la Fiscalía perdería su libertad.
También están Mauricio Londoño (45 años), Rubiel Arango (45), José Gabriel Suárez (50), José Luis Bermúdez (61) y Argiro Tobón (60), al igual que Gustavo Arboleda (62), William Gaviria (61), Rodolfo Tobón (44) y Juan Carlos Salinas (45).
A todos los anteriores la Fiscalía lo señaló como presuntos responsables de secuestro simple y hurto calificado. Luis Albeiro Cardona deberá responder por esos mismos dos presuntos delitos, pero además por lesiones personales.
Y, se supone que los habrían cometido en medio de las protestas que han tenido lugar en las afueras de las instalaciones de la empresa y en la entrada de otros predios que, según ambientalistas de la zona, estarían siendo usados para montar plataformas de exploración previas a la explotación minera, las cuales no estarían autorizadas.
Le recomendamos leer: ONU y Defensoría claman por garantías para campesinos demandados por proyecto minero de Quebradona
¿Pero quiénes son los campesinos?
Porfirio Garcés -el de 85 años- es residente en la vereda Palocabildo. Siendo muy niño se fue y de joven se dedicó a administrar bares y cantinas en Bogotá, Medellín y Envigado. Luego volvió y ha estado desde hace 12 o 13 años en la lucha contra la multinacional.
“Soy consciente de que lo único que pretenden es acabar con nuestra tierra para sacar el metal. El llamado que hoy nos hace la Fiscalía es un atropello al agua, al medio ambiente, a la vida”, dijo dentro de una entrevista que ha circulado en redes sociales.
Luis Albeiro Cardona (61 años) es un hombre con ancestros en esta misma vereda, dedicados por varias generaciones al cultivo de café. De joven se fue a Medellín a trabajar para buscar una pensión y retornó hace 14 años a trabajar la tierra de sus abuelos. También está en esta lucha desde hace unos 14 años.
“Al llamado de la Fiscalía no le temo porque nosotros no hemos hecho nada malo. Necesitamos que escuchen nuestras pruebas, solo hemos defendido el territorio pacíficamente”, apuntó.
Por su parte, Juan Carlos Salinas, también de abuelos agricultores, tiene una cuadra de tierra en la que cultiva café, plátano y maíz en la vereda La Soledad, y cuenta también con un carro en el que transporta a los estudiantes de la vereda y hace una ruta hacia el pueblo dos veces por semana. Vela por cinco hijos y aseguró: “Con la citación de la Fiscalía me confundo por mis niños pequeños que tienen 11, 5 y 4 años y porque últimamente me ha estado doliendo mucho la cabeza, pero qué le vamos a hacer, confiar en Dios”.
Lea más: Tras silencio momentáneo, vuelve y se calienta el ambiente en torno a la mina Quebradona
En el pasado trabajó para la AngloGold durante cinco años, pero dice que se retiró porque “intentaban comprar la conciencia de la gente y viendo el daño que iban a hacer”.
Mauricio Londoño (45 años) era andariego, como recolector de café, pero se residenció en Jericó hace 26 años, cuando lo llevó su hermano. Ahora administra una finca de café y plátano en Palocabildo. Tiene una hija de 16 años y un hijo de 12.
William Gaviria (61 años) es dueño de una parcela donde cultiva café, plátano, frijol, aguacate, limón, maíz y tilapia roja; engorda pollos, gallinas ponedoras y cerdos.
También ha sido conductor de servicio público para zonas rurales y de la alcaldía.
“Yo pienso que están haciendo unas falsas denuncias porque nosotros en ningún momento hemos secuestrado a nadie, estamos haciendo una protesta por defender el agua y el territorio”, apuntó.
José Luis Bermúdez (61 años), oriundo de la vereda Vallecitos, pero vive en Palocabildo desde los 28 años, cuando se casó, es cultivador de maíz, yuca, fríjol y café. Además, se dedica a criar marranos.
Enfatizó en que “la citación de la Fiscalía es un atropello porque nosotros no somos delincuentes”.
José Gabriel Suárez cuenta orgulloso que nació en el puesto de salud de Palocabildo y saca pecho además con los palos de café y maíz que cultiva, un oficio al que se dedica como herencia de sus antepasados.
Desde hace tres años se metió con más ahínco en la lucha por lo que considera algo justo, tras lograr mayor conciencia por el cuidado del medio ambiente.
Igualmente, le puede interesar: Juez avaló imputación de secuestro simple y hurto calificado contra once personas que se oponen a Quebradona
“Yo digo que soy de cascadas y montes. Me gusta hacer caminatas ecológicas y visitar las cuevas. Me conozco las que hay en el sector de Mirantonio, Miami, el Guaico, eso tiene mucha historia ancestral y está lleno de organeras que son cúmulos de rocas que forman laberintos por donde uno puede caminar”, afirma.
Gustavo Arboleda se levantó en la vereda La Soledad y desde los ocho años hasta los 17 le tocó cargar el agua desde el pozo Sianito, lo cual implicaba terciar los baldes una cuadra cuesta arriba para llevarla hasta la casa. Fue de los primeros en unirse para oponerse al proyecto Quebradona.
“En la vereda La Soledad tengo diez cuadras dedicadas a la caficultura, yuca, fríjol y maíz (...) En mis tiempos libres visito a mi familia en el pueblo, voy a misa y también a la ciudad”; Quiero terminar mis años en la vereda, la región, cuidar el agua, dejar a mis hijos un futuro, una región productiva de alimentos y rica en agua”, dice.
También de La Soledad es Argiro Tobón, donde ha vivido toda su vida, excepto dos de sus 60 años cuando se fue a “aventuriar” a Amalfi, siendo un adolescente.
“Me siento orgulloso de estar defendiendo la madre tierra y yo creo que nos habla como que nos da agradecimiento. Hemos estado sin violencia y no nos ha pasado nada. Si me van a meter a la cárcel por estar defendiendo el agua me voy para allá traquilamente”, dice.
Rubiel Arango, otro de los imputados, vio la luz por primera vez en el hospital del casco urbano de Jericó, pero desde siempre ha vivido en Palocabildo, en siete cuadras de tierra de las que salen buenas cosechas de café, plátano, maíz y fríjol.
Habla dichoso de sus caminatas a las cascadas, en las que se ha topado con micos perezosos, pájaros de plumajes diversos y culebras de distinto tipo a las que no molesta.
Lleva dos años en el movimiento que se opone a Quebradona “porque si esto lo vuelven sin agua, se queda uno sin donde trabajar, sin café, el ganado muere, todo muere”.
Finalmente, Rodolfo Tobón es descendiente de abuelos que trabajaron en la hacienda La Pava, ubicada entre Jericó y Támesis, por eso nació en el último de esos lugares y lo llevaron de meses para la vereda Vallecitos, de Jericó.
Jornaleó muchos años hasta que pudo comprar tres hectáreas que dedica al café, aunque también alcanzó a trabajar seis meses para la AngloGold.
Así mismo y para mayor contexto: Aplazan decisión sobre la libertad de los once imputados por secuestros y robo en el caso Quebradona
“Con la citación de la Fiscalía uno se siente como extraño, yo ni siquiera sabía dónde queda el juzgado. Dizque acusarnos de algo sabiendo que nosotros mismos llamamos a la Policía para que vean lo que está pasando. Es el primer secuestrador que llama a la policía para que vean lo que estamos haciendo”, puntualizó.
En las sesiones pasadas de la diligencia judicial de imputación de cargos tanto la Fiscalía como los defensores de los once campesinos presentaron sus argumentos a favor y en contra de que les den casa por cárcel mientras que avanza el proceso, y este lunes 16 de junio, se espera la decisión definitiva al respecto del juez Promiscuo de Jericó.