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Cuando la universidad es la casa de los inventos

Las de Antioquia lideran en el país la obtención de patentes de invención ante la Superintendencia.

  • Los investigadores de la UPB Cristina Castro, Piedad Gañán, Gloria Caro y Robin Zuluaga obtuvieron una patente por modificar celulosa de origen bacteriano para usos industriales. FOTO Jaime Pérez
    Los investigadores de la UPB Cristina Castro, Piedad Gañán, Gloria Caro y Robin Zuluaga obtuvieron una patente por modificar celulosa de origen bacteriano para usos industriales. FOTO Jaime Pérez
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26 de mayo de 2019
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Al interior de los laboratorios y en las aulas de clase las inquietudes de profesores y estudiantes mutan en toda clase de artefactos. La lista de prototipos que allí nace es amplia, modelos de todos los tamaños, desde grandes máquinas o sistemas avanzados para generar energía, hasta muletas plegables, prótesis faciales o métodos para obtener papel a partir de restos del cacao.

Toda esta curiosidad se materializa en patentes, un instrumento que la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi) define como un derecho exclusivo que se concede sobre una invención y que faculta a sus titulares para decidir sobre cómo será utilizada.

Según los registros de la Superintendencia de Industria y Comercio, las patentes de invención conseguidas por los investigadores colombianos (o residentes) son una cifra mínima: solo 1.182. El resto (es decir, 13.488) son patentes de invención obtenidas en el país por personas extranjeras.

Sin embargo, entre esa fracción de patentes obtenidas por investigadores locales, la Superindustria enfatiza en que las instituciones de educación superior son claves, auténticos espacios de experimentación en donde los inventores encuentran respaldo.

Las cifras de la Superintendencia confirman que, entre 2002 y 2018, 44 de estas instituciones han conseguido 312 patentes de invención. El escalafón nacional lo lidera la Universidad Nacional (con 50 patentes de invención), seguida de la Universidad de Antioquia (36) y la Universidad Eafit (31).

Entre 2016 y lo que va de 2019, las universidades de Antioquia obtuvieron 78 patentes de invención, lo que se traduce en el 35 % de las concesiones a universidades en este periodo.

Estas creaciones llegan hasta las empresas y, con el apoyo adecuado, logran insertarse en los sistemas productivos, porque, como explica Rubén Manrique Hernández, director de Investigación e Innovación de la Universidad CES, cuando las empresas locales tienen una necesidad, las universidades tienen la oportunidad, el tiempo, los equipos y laboratorios para solucionarla.

Conocimiento diverso

Lida Isabel Tamayo, jefe de Extensión de la Universidad Nacional en Medellín, comenta que en esta sede la institución cuenta con 23 patentes concedidas y 20 en trámite.

Las líneas de trabajo están relacionadas con la generación y almacenamiento de energía, la construcción sostenible, las tecnologías de información 4.0, entre otras.

Entre este portafolio de tecnologías se encuentra, por ejemplo, una máquina de hielo que usa energía solar para refrigerar los alimentos, ideal para zonas aisladas y secas. También un sistema para la detección y diagnóstico de fallas en piezas como rotores o un modelo de generación de hidrógeno a partir de residuos industriales.

Sara Hernández, jefa de Transferencia Tecnológica de Innovación de la Universidad Eafit, recuerda que la institución recibió su primera patente en 2004. Este año suman 60 en trámite y, entre sus múltiples enfoques, Hernández destaca el trabajo de los investigadores en dispositivos médicos como implantes maxilofaxiales, de cadera y columna, los cuales se adaptan a la necesidad del paciente y facilita los tiempos de cirugía y recuperación. Además, reducen los costos y aumentan las posibilidades de éxito de la operación.

Hernández agrega que en el área de biotecnología han patentado sus estudios en microalgas para la captura de CO2 y tratamientos de patógenos en el agro con biopesticidas y biofertilizantes.

Rubén Manrique, de la Universidad CES, cuenta que allí las patentes son, sobre todo, en el campo de la salud: medicamentos biotecnológicos que serán reemplazo de los fármacos tradicionales, para tratar enfermedades de alto costo como el cáncer.

Del prototipo a las industrias

En la Universidad de Antioquia, indica Pamela Álvarez, coordinadora de la Unidad de Transferencia, el principal objetivo es escalar los prototipos para que exista conexión entre las empresas y los grupos de investigación. Que juntos desarrollen soluciones, se comercialicen los resultados y los creadores consigan beneficios de sus invenciones. La universidad pública más grande del departamento consiguió su primera patente de invención en 1997 y ha logrado 30 contratos de comercialización de estas tecnologías.

María Victoria Mejía, rectora del Instituto Tecnológico Metropolitano, coincide con Álvarez y celebra que este año consiguieran sus primeras tres patentes. “Es una realidad: las patentes no se pueden quedar en los anaqueles ni en los índices. Tienen que servir al sector real”, dice Mejía. “Deben generar recursos a las instituciones, a los investigadores e inventores”, acota.

En este proceso, añade Juan Pablo Arboleda, rector de la Institución Universitaria Pascual Bravo, es fundamental la sinergia entre empresas y universidades. “Ya no se trabaja de forma independiente. Por ejemplo, recién conseguimos nuestra primera patente en conjunto con el ITM”.

Rezago internacional

Sin embargo, las estadísticas de la Wipo (World Intellectual Property Organization) muestran un retraso evidente entre Colombia y el resto del mundo. Mientras el país recién ajusta las 14.670 patentes de invención, Estados Unidos y China, primer y segundo lugar en la clasificación, ya suman 3.816.430 y 2.687.171 concesiones respectivamente. Solo el MIT (Massachusetts Institute of Technology) presentó, entre 2011 y 2016, 1.480 patentes.

En esto coinciden investigadores y jefes de las oficinas de transferencia tecnológica de las universidades y, como apunta Ricardo Bonett Díaz, profesor de Ingeniería Civil de la Universidad de Medellín y autor de dos patentes, para que cada vez aumenten las invenciones es necesario promover centros de innovación y jornadas de investigación para “concientizar a los estudiantes a que no renuncien”.

Porque, como dice Manrique, Colombia todavía no asimila que la ciencia y la tecnología son una fórmula eficaz para el desarrollo. Por eso, aunque crecen las alianzas entre instituciones, los esfuerzos del país en esta materia aún son pocos e insuficientes .

Infográfico
Cuando la universidad es la casa de los inventos
312
patentes de invención han obtenido las universidades del país: Superindustria.
50
concesiones de invención tiene la Universidad Nacional, primera en el escalafón.
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