Las noches se han hecho eternas para los habitantes de la zona Marianito, El Poblado, y las unidades residenciales alrededor de Las Palmas, oriente de Medellín, debido a las constantes explosiones que se realizan en la conexión vial Aburrá Oriente o Túnel de Oriente (actualmente en construcción), que conectará a Medellín con la Glorieta Sajonia, cerca al aeropuerto José María Córdova.
El proyecto, que inició obras el 31 de octubre de 2014 y que busca reducir el trayecto entre la ciudad y el aeropuerto, avanza en su culminación y se espera que pueda estar en funcionamiento para finales de 2018.
Parte de su proceso de construcción, al parecer, requiere detonaciones dentro de la estructura, que estarían afectado durante días y noches, en semana y fines de semana, a los habitantes que sienten las vibraciones hasta las ventanas de su casa.
Según Rodrigo Mejía, residente del condominio Siena, ubicado aproximadamente a un kilómetro de donde se hace la obra, a veces no le es posible dormir ni a él ni su familia, debido a los sonidos y la vibración que se siente en su apartamento.
“Tiembla en el edificio y las ventanas se sacuden muy fuerte”, relató Mejía y subraya que, se dificulta más en su caso, pues vive con su nieto de tres años, quien se asusta constantemente por el movimiento en la edificación.
“El estallido es muy aburridor y queda la duda sobre qué le están haciendo a las montañas por dentro y lo que pueda suceder en un futuro, derrumbes y ese tipo de cosas”, detalla.