La gigantesca carpa que la Alcaldía montó en el Juan Pablo II no tiene licencia

La estructura no tiene permiso del Ministerio de Cultura, ya que está en bien patrimonial. Metroparques no responde.

La mega carpa supera en tamaño a las que se han instalado hasta ahora en este sector del aeroparque Juan Pablo II y por sus características requeriría licencia de construcción, la cual no tiene, según el informe de Control Urbanístico. Las obras sin embargo, siguen adelante. FOTO camilo suárez

Los vecinos de Belén Las Playas vieron sin aspavientos las tractomulas que arribaban por la carrera 70 y descargaban algo en el aeroparque Juan Pablo II, pero comenzaron a preocuparse realmente cuando el ruido de máquinas trabajando de noche no los dejaba conciliar el sueño y las estructuras metálicas que habían descargado de esos vehículos tomaban la forma de una gigantesca carpa que, por lo grande, más bien tiene cara de coliseo cubierto.

El problema adicional que pudo constatar EL COLOMBIANO es que, paradójicamente, este activo del Distrito manejado por Metroparques no cuenta con los permisos legales que debería tener. Y justamente fue una entidad adscrita al Distrito la que constató las presuntas irregularidades en una inspección en terreno que realizó el 26 de mayo, es decir hace poco más de una semana.

“Se han efectuado las consultas internas pertinentes, y se encontraron irregularidades procedimentales, urbanísticas y constructivas, en concordancia con las normas nacionales y locales vigentes”, dice el oficio firmado por Carlos Bayro García, líder de programa de la subsecretaría de Control Urbanístico (que depende de la Secretaría de Gestión y Control Territorial) y que le envió al inspector de Belén para que haga ejecutar los correctivos pertinentes.

Normalmente en este mismo sitio es donde hacen el tradicional montaje de la carpa cabaret, uno de los espectáculos centrales de la Feria de las Flores. Un experto en programación de espectáculos públicos conceptuó que en la megacarpa podrían caber entre 7.500 y 8.000 personas o un número menor si adentro se instala una tarima.

Según el documento, la visita fue atendida por un hombre que se identificó como Mauricio Jaramillo y dijo tener un contrato con Metroparques para utilizar ese espacio. Al momento de pedirle explicación sobre el montaje argumentó que por tratarse de una estructura móvil no requería de licencia de construcción, pero otra cosa conceptuaron los técnicos de la subsecretaría de Control Urbanístico, según los cuales “la estructura metálica está anclada con pernos a estructuras en concreto (zapatas y pedestales), lo que hace que la estructura no sea una estructura móvil de fácil desmonte”.

Aparte de lo anterior, las evidencias de la visita incluyen fotos de contenedores en los cuales se instalarían oficinas y baños, lo que hace pensar en que no se trata de una simple carpa para un concierto o una programación puntual.

Fuentes que tienen que ver con el gremio de la construcción le dijeron a este diario que la inversión involucrada en el solo esfuerzo de armar la estructura es tan grande que hace poco rentable el desmonte después de un evento único.

La irregularidad sería todavía más profunda, debido a que por estar el aeroparque dentro del mismo globo del aeropuerto Olaya Herrera, cualquier intervención requeriría de autorización de la Aeronáutica Civil.

Pero como también el aeropuerto fue declarado en octubre de 1995 bien de interés patrimonial nacional, cualquier cambio que se haga con cierto carácter de permanencia dentro del predio requiere del visto bueno del Ministerio de Cultura, algo que evidentemente no tienen.

No obstante, la última de las presuntas inconsistencias del proyecto señaladas por los profesionales de Gestión y Control Territorial es la que más tiene que ver con las quejas de los habitantes alrededor de la carrera 70, pues en un párrafo, el documento enviado a la Inspección 16 de Belén sostienen que no se estaría cumpliendo la norma que prohíbe demoler, construir o reparar obras en áreas residenciales entre las 6 de la tarde y las ocho de la mañana del día siguiente, igual que los días festivos y “si se trabaja en estos horarios se debe solicitar el permiso ante la autoridad competente”.

Octavio Vélez, líder ambiental de la acción comunal de Las Playas, cuenta que muchas veces la bulla de las máquinas que aplanaban el terreno o las que usaban para hacer las bases y vaciar los pilotes de los que se pegan las columnas metálicas duraba hasta las dos o tres de la madrugada, y volvía a comenzar a las seis de la mañana, tan pronto despuntaba el sol.

Solo la intervención de la policía a partir de las quejas de la comunidad habría hecho que la jornada nocturna de trabajo se suspendiera hace unos días.

Aún así, en el vecindario persiste la zozobra por lo que pueda venir cuando esté funcionando la megacarpa, pues ya saben los niveles a los que puede subir el sonido en los espectáculos que se programan en el aeroparque. De hecho, lo han vivido con la Carpa Cabaret y previamente con el Festival Altavoz que también se celebraba en estas mismas instalaciones del Juan Pablo II antes de que se lo llevaran para el estadio Bicentenario. “Si eso fue solo construyéndola, cuando empiece a funcionar va a ser una locura”, recalca Vélez recordando que los decibeles han llegado a subir a 70 (el límite saludable son 54) y el agravante es que la capacidad de la estructura actual es cerca del doble de aquellas con las que se contaba para esos espectáculos.

Esa, la del ruido, fue la razón para que los líderes de La Playa acudieran al representante a la Cámara Daniel Carvalho, quien luego envió varios derechos de petición para conocer del tema e incorporó las inquietudes en un proyecto de ley que presentará para darles herramientas de actuación a las autoridades y las comunidades.

EL COLOMBIANO quiso conocer las gestiones de la Inspección 16-Belén, a donde llegó el caso inicialmente, pero contestaron que la queja la remitieron por competencia a la inspección de Guayabal, instancia con la que no fue posible comunicarse el viernes pasado porque atendían solo hasta las 4:00 p.m. y en los teléfonos de atención a la ciudadanía nunca contestaron.

Buscamos también la reacción de Metroparques, pero el equipo de comunicaciones dijo que el gerente, Juan Carlos Gómez Ángel, no se pronunciaría por ahora sobre este asunto.