Este lunes, la Asamblea de Antioquia citó al gerente de Indeportes Antioquia, Luis Fernando Bagué, a un debate de control sobre el avance de las obras del Central Park, la costosa, polémica y engorrosa obra que ya han inaugurado dos gobernadores (Luis Pérez y Aníbal Gaviria), pero que todavía no puede usarse porque no se ha terminado a pesar de que para su construcción ya se han desembolsado más de $118.201 millones.
Bagué explicó que aunque el exgobernador Aníbal Gaviria hizo un evento de reinauguración del controvertido parque de automovilismo que en su momento ya había sido supuestamente entregado por Luis Pérez, en este todavía no había ni red eléctrica, ni red hidrosanitaria, ni accesos, ni barreras de protección.
Según las cifras que entregó el funcionario de la Gobernación, actualmente la obra se encuentra en un avance físico del 91,08% y financiero de 89,46%.
En marzo de este año, explicó Bagué, Indeportes tuvo que suspender tanto el contrato de construcción como el de la interventoría pues no se podían adelantar las obras que estaban pendientes hasta que no se tramitaran unas licencias con las Empresas Públicas de Medellín, para hacer las redes eléctricas e hidrosanitarias, y con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, para terminar unos accesos.
Pues bien, la buena noticia que le dio Bagué a los diputados y a la comunidad en general es que esos permisos ya tienen luz verde y en ese sentido el parque entrará en funcionamiento una vez se terminé, aunque no se animó a dar una fecha estimada.
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No obstante, el funcionario advirtió que debido a los retrasos y sobrecostos que ha tenido el proyecto, con los recursos que se han contratado no alcanza para que el autódromo quede con todas las características con las que fue planeado inicialmente, sin embargo, asegura que sí contará con los mínimos necesarios para entrar en buen funcionamiento.
Entre las obras que se han adelantado en lo que va de este año, el funcionario resaltó la construcción de una barrera al frente de la zona de pits, la instalación de circuitos en el edificio de torre de control y cableado de redes de media y baja tensión. Además se instaló el cableado externo de iluminación de senderos y se han entregado algunos pisos del edificio de torre de control.
”Vamos a llegar a feliz término no en un tiempo muy lejano”, aseguró Bagué.
El gerente de Indeportes hizo una presentación en la que expuso cómo se han invertido los recursos de esta obra hasta el momento y explicó que de los $152.793 millones que se han contratado, se desembolsaron $118.201 en una primera fase. Con esos $34.591 restantes, más una nueva inyección de $4.382 millones que se hizo en 2023, es que se espera terminar lo que falta de la obra, incluyendo la interventoría y los trámites para obtener la certificación de la Federación Internacional de Automovilismo, Fia.
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Actualmente, explicó el funcionario, hay dos contratos en ejecución, el de construcción que se lo ganó vía licitación la Unión Temporal La Alpujarra y el de interventoría que está a cargo de la empresa Proeza Ingeniería S.A.S.
Asimismo, explicó que por los primeros contratos de obra que Indeportes firmó con la empresa de vivienda de Antioquia, Viva, hay tres demandas que superan los $10.000 millones. A su vez, Ingecon, el primer contratista de la obra, tiene demandado al departamento por $29.145 millones. Por su parte, el Colegio Mayor, que fue el primer interventor, está reclamando $225 millones.
En la Asamblea además participaron los ciudadanos que expresaron su inconformidad con lo que ha sido el tortuoso desarrollo del proyecto, que a todas luces ha tenido irregularidades, aunque todavía las autoridades no hayan señalado grandes responsables. “Yo escucho Central Park y pienso en la palabra corrupción. ¿Dónde están y dónde han estado todo este tiempo los organismos de control?”, preguntaba Henry Maya, el presidente de veedurías de Copacabana.
A su paso, Carlos Contreras, de la veeduría Central Park, quienes llevan años haciéndoles seguimiento a las obras, hizo un recuento por las múltiples irregularidades y hechos de presunta corrupción que ha atravesado la construcción, pero además llamó la atención sobre el deteriorado estado en el que se encuentra actualmente el parque aún sin estar si quiera terminado, pues no solo el lago se está pudriendo porque no hay alcantarillado, sino que la maleza cada vez gana más espacio, hay un ascensor abandonado desde hace más de tres años y, como solo hay un vigilante para cuidar un espacio de cerca de 27 hectáreas, se están robando la pista a pedacitos.
