Una pequeña felina albina que fue rescatada en Amalfi, el pasado 12 noviembre, en estado delicado de salud y que quedó bajo el cuidado de las autoridades ambientales, resultó ser una luchadora y hasta el momento ha reaccionado positivamente a las atenciones que recibe en el Centro de Veterinaria del CES, a pesar de haber vivido momentos críticos que ponían en riesgo su vida.
No ha sido fácil la lucha por conservar viva a esta extraña especie, de la que no se tienen antecedentes en Colombia, advierte la corporación ambiental Corantioquia. La felina silvestre fue diagnosticada con baja condición corporal y letárgica. En los primeros días se observaba que el animal, del que aún se desconoce su especie, tenía buen apetito, pero no excretaba y sufría dificultades para respirar.
Esto obligó a que se le practicaran exámenes en el Centro de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad CES (CVZ), tras lo cual se determinó que presentaba un cuadro de neumonía leve. A partir de ese momento, se le inició tratamiento con antibiótico y nebulizaciones en el marco del convenio entre Corantioquia, el Área Metropolitana y el CES.
Seis días después, el 18 de noviembre, hizo su primera deposición, se le tomaron muestras para análisis coprológico y se le detectaron parásitos, para lo cual se le hizo el tratamiento respectivo de desparasitación.
El sábado 20 de noviembre, el pequeño animal tuvo una complicación de salud, posiblemente por su apetito voraz (tuvo distensión abdominal, ya que tragaba aire mientras comía) y por su problema respiratorio preexistente.
Esto obligó a una nueva remisión a las instalaciones del CVZ, donde se determinó que tenía un síndrome respiratorio agudo. En el lugar se le tomaron impresiones de rayos X y se realizó un tratamiento con fluidos intravenosos, analgésicos y antiinflamatorios.
Carlos Madrid, médico veterinario del convenio interinstitucional, indicó que el animal tuvo una recaída por enfermedad respiratoria aguda con complicación digestiva.
“Por esto estuvo aproximadamente dos semanas en hospitalización en el CVZ, fue atendida por especialistas y en el momento estamos en terapia nutricional para ayudarle a ganar peso”, indicó. Añadió que se le realizan pruebas genéticas, cuyos resultados aún no se conocen.
La felina ha tenido terapia con especialistas en neumología, gastroenterología, endocrinología e imagenología. En el proceso tuvo un cuadro de anemia debido al parásito y la desnutrición. Bajó su peso 40 gramos. El pronóstico no era el mejor.
Sin embargo, tras varios días muy complejos bajo el cuidado del equipo humano del CVZ y de fauna silvestre de Corantioquia, empezó a evolucionar positivamente, se le retiraron las sondas de alimento y de oxígeno, aunque bajo observación en la cápsula de oxígeno. También empezó a comer de manera independiente.
En la actualidad, pesa 610 gramos. Fue dada de alta el pasado 2 de diciembre y sigue al cuidado y protección del equipo de fauna silvestre del convenio, que la mantiene en una terapia de probióticos y suplementos nutricionales y alimentación con comida semisólida.
La felina ya no toma lactoreemplazador, está despierta, activa y hace con regularidad sus necesidades fisiológicas. Si bien su condición corporal es baja, está empezando a recuperar masa muscular.
