En los salones de eventos ya no se escucha el choque de las copas para celebrar los nuevos esposos. No giran los vestidos de las quinceañeras y no suena el vals ni el repicar de los tacones. El aislamiento social obligatorio ha eliminado, al menos parcialmente, el sonido de las risas de los familiares que celebran algún acontecer importante en las casas de banquetes del país.
Durante el tiempo que ha pasado, y el que falta por pasar, habrá un sinnúmero de invitaciones que se quedarán guardadas o que incluso no alcanzarán a llegar. Solo por mencionar un ejemplo, entre el primero de enero y el 31 de marzo de 2019, se registraron 11.670 matrimonios en Colombia, según datos de la Superintendencia de Notariado y Registro.
Paralelo a esos matrimonios, quinces y bautizos que se dejaron de festejar están todos los pequeños empresarios y empleados que se encargaban de que esas celebraciones fueran tal como las habían soñado los anfitriones.
Solo basta con mencionar fotógrafos, cocineros, DJ, pasteleros, decoradores, asesores de imagen, meseros y alquileres de vestido para dimensionar la cantidad de personas que se quedaron sin qué hacer y sin cómo reinventarse por la particularidad de su negocio.
“Porque aquí no hay como volvernos a inventar. Las fiestas simplemente se dejaron de celebrar y no podemos teletrabajar o hacer envíos de cosas”, cuenta Alexandra Giraldo, vocera de la Asociación de Eventos en Antioquia, mientras menciona con desesperanza el anuncio del presidente, Iván Duque, cuando se refirió a otros posibles 18 meses sin celebraciones sociales.
“Es un panorama difícil —dice— nosotros fuimos los primeros en cerrar y de los últimos que vamos a poder abrir”, añade. Aunque no hay cifras concretas de cuántas personas dependen de esta actividad, Giraldo menciona, gracias a las bases de datos que han ido solidificando, que 1.200 microempresas en el departamento se dedican a este negocio.
Medidas de protección
Frente a la actual crisis provocada por la covid-19, las pequeñas empresas que se encargan de preparar la comida, decorar el lugar y realizar los preparativos en general, buscan que las alcaldías a donde pertenecen y el Gobierno les ayuden tomando medidas que los beneficien y les eviten la difícil decisión de declararse en quiebra.
“Nos hemos sentido invisibilizados, el gobierno ha tomado medidas que no apuntan a beneficiar este sector del cual dependen miles de familias”, dijo Sandra Toro, líder de la asociación a nivel nacional, mientras explicaba el pliego de nueve peticiones que se están terminando de pulir en compañía de la representante a la Cámara, Jennifer Arias, para ser presentados ante el Gobierno.
En el documento se hace referencia al decreto 579 de 2020, que habla de los contratos de arrendamiento durante la pandemia, pidiendo garantías para no tener que abandonar los locales y, en caso de verse obligados a hacerlo, para que no entren en efecto los costos por cláusulas de permanencia que se tienen con las agencias de arrendamiento.
Sumado a eso, el gremio pide aplazar el pago de impuestos de renta y generar auxilios bancarios reales, pues aseguran que las actuales medidas no han servido para solicitar auxilios porque los bancos no están dispuestos a prestarle dinero a un gremio que tiene un camino incierto por recorrer.
Algunas empresas del sector dedicadas a la industria textil intentan sobrevivir fabricando tapabocas y elementos de bioseguridad pero todos, sin excepción, esperan el momento en que podrán volver a abrir sus locales.
Y, por su puesto, miles de personas estarán a la espera de celebrar los pendientes. Vanessa Quintero, quien celebraría sus quinces a finales de mayo, es una de ellas. “Ya teníamos todo: el vestido, el lugar, las decoraciones... Ahora solo queda esperar y seguir soñando con ese momento” .
1.200
microempresas se dedican a la realización de eventos en Antioquia, según Asoevencol.