Luego de cuatro años de incertidumbre, la autopista Pacífico 1, el último eslabón que le falta a la red de vías 4G de Antioquia para conectar a Medellín con el Suroeste antioqueño, puso en funcionamiento uno de sus tramos más importantes y que era objeto de una puja entre el concesionario privado que la construye y la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).
Durante la mañana de ayer, y tras más de un mes de expectativa, Covipacífico informó que puso en funcionamiento la unidad funcional 2 de ese corredor, que de norte a sur arranca en el intercambio vial de Camilo C y se extiende hasta el intercambio vial de Titiribí.
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La apertura de este tramo, que en el medio es atravesado por el Túnel de Amagá (clasificado como la unidad funcional 3 y ya concluido), estaba bajo especial atención desde el domingo 12 de marzo de 2023, cuando un gigantesco deslizamiento de tierra afectó la vía.
Aunque gracias a un traquido de la montaña que fue escuchado a tiempo aquel siniestro no dejó fallecidos, sí impactó la entrega de dicho segmento, que para entonces ya se estaba terminando.
“Celebramos un gran día para la infraestructura y para la historia de nuestro país. Estamos dando apertura a la unidad funcional 2 del proyecto Pacífico 1, el cual permite la conexión del suroccidente del país con el norte y su paso por Antioquia”, celebró este domingo Mauricio Millán Drews, gerente de Covipacífico.
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El hito fue también exaltado por el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón: “Este tramo permite un ahorro, en tiempo, cercano a los 25 minutos. Hay que celebrar, por supuesto, pero esta es una alegría que se materializará del todo cuando esté en funcionamiento el nuevo peaje, La Sinifaná, el nuevo puente sobre el río Cauca y los 3,2 kilómetros entre Cuatro Palos y Primavera, incluyendo la intersección en este sitio”.
Un tramo problemático
Fue precisamente Rendón, en mayo de 2024, quien encabezó un reclamo dirigido tanto al Gobierno Nacional como a Covipacífico ante los rezagos para poner a funcionar esa vía, que se encontraba inmersa en un tire y afloje entre esas dos orillas.
Durante ese mes la controversia la desató un aparatoso accidente de tránsito en el que fallecieron un hombre y una mujer que se desplazaban por la vía vieja entre Amagá y Bolombolo, quienes fueron impactados por una lluvia de rocas en el kilómetro 58 + 900.
“Accidentes como el que infortunadamente se presentó entre el tramo que conduce de Amagá a Bolombolo podrían evitarse si pudiéramos poner a funcionar la totalidad de Pacífico 1”, reprochó entonces Rendón.
Las declaraciones se asociaban principalmente a varios líos que han retrasado a esa autopista, entre ellos uno en la unidad funcional 2, por cuenta de unos problemas de estabilidad de terreno a la altura de la quebrada El Líbano, que se remontan a comienzos de 2021.
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De igual forma, en marzo de 2023, se produjo el ya mencionado deslizamiento de tierra, también asociado a los mismos asuntos de geotecnia, tras el cual la concesión había habilitado un bypass para que la continuidad de la vía no fuera interrumpida, una solución que no fue aceptada por la ANI.
En aquel entonces, mientras el constructor argumentaba que el derrumbe era un evento ajeno a su responsabilidad y señalaba no tener recursos para obras adicionales, la ANI no aceptó y demandó la construcción de una solución definitiva.
Dicha solución vino entonces por cuenta de un túnel falso de 100 metros en Titiribí, como parte de una intervención que abarcó 400 metros.
En enero pasado, Covipacífico informó que esos trabajos en la unidad funcional 2 ya habían terminado y solo estaban pendientes de ser revisados por la interventoría.
Concluida esa unidad funcional, todavía hay varios pendientes para que se concluya Pacífico 1, entre ellos construir un retorno a la altura del sector Areneras, Amagá, correspondiente a la unidad funcional 4.
Por cuenta de esta obra se ha desatado un debate en la subregión del Suroeste, dado que Covipacífico ha señalado necesitar cerrar la vía por 20 meses y unas 10 horas del día por la complejidad de los trabajos; un escenario que rechazan los habitantes locales.
De igual forma, restan por terminarse otros 3,2 kilómetros de vías necesarios para complementar la conectividad de las unidades funcionales.
