Decía el científico Francisco José de Caldas, conocido como el Sabio, que el maíz era el grano más importante del Nuevo Mundo: “más útil que el trigo y la cebada, es también la planta cuya vegetación tiene límites más extensos, no teme el frío como el plátano y la caña de azúcar ni al calor como la papa (...); en todos los lugares donde hay hombres hay maíz, en todas las temperaturas posibles, en todas las presiones atmosféricas nos acompaña esta planta preciosa”.
“Ese recurso de nuestras necesidades”, como también lo llamó, estaba en todas partes y Antioquia era epicentro de la producción. Lo que no imaginaron ni él ni el propio Gregorio Gutiérrez González, que le hizo un libro a las memorias de este grano, es que dos siglos después, aunque el consumo sigue siendo vital en la dieta de Antioquia, su producción no abastece ni el mercado local y la mayor parte del que se come en la región es importado.
Juan Zuleta, coordinador de la FAO en Antioquia, calcula que en el departamento se producen si acaso 3.000 toneladas, nada qué ver con las cerca de 2 millones de toneladas que importa por año, algo que ve paradójico dado que reconoce que “el maíz es ancestral, pues toda la cultura que se desarrolló antes de que llegaran los españoles fue alrededor de este producto”.
La cifra indica un decaimiento en la producción, pues no más en 2018, según el Anuario Estadístico Nacional, se sembraron 22.446 hectáreas y se cosecharon 20.711. La producción ese año fue de 34.718 toneladas, con un rendimiento del 1,7 ton/ha en 12.380 explotaciones agrícolas.
Según la misma Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en arepas, mazamorra, tortas y crispetas, cada colombiano consume 30 kilos de maíz por año, que representa el 9% de la energía diaria de la dieta.
“En el país se producen 1,6 millones de toneladas y se consumen 6,2 millones por año. De Antioquia salen 35.000 toneladas anuales, un rendimiento tres veces por debajo del nacional”, afirma el secretario de Agricultura departamental, Rodolfo Correa. Antioquia importa el 85% del maíz que consume. Sus proveedores son Estados Unidos, Canadá y Brasil, lo que evidencia el desbalance entre la producción y el consumo a raíz de que la dieta de la región está asociada a este producto.
“En la sola región lechera del Norte, para alimentar el ganado lechero, se consumen 350.000 toneladas. Este es el punto más crítico, que no tenemos producción de maíz para el consumo animal, que es la base de la dieta paisa”, explica Correa.