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Editorial | Sostenibilidad: una brújula que no puede desviarse

  • Colombia, pese a emitir menos del 1% de los gases de efecto invernadero del planeta, enfrenta una triple amenaza: escasez de agua, deforestación acelerada y un modelo agrícola vulnerable a los cambios del clima. FOTO EL COLOMBIANO
    Colombia, pese a emitir menos del 1% de los gases de efecto invernadero del planeta, enfrenta una triple amenaza: escasez de agua, deforestación acelerada y un modelo agrícola vulnerable a los cambios del clima. FOTO EL COLOMBIANO
  • Colombia, pese a emitir menos del 1% de los gases de efecto invernadero del planeta, enfrenta una triple amenaza: escasez de agua, deforestación acelerada y un modelo agrícola vulnerable a los cambios del clima. FOTO EL COLOMBIANO
    Colombia, pese a emitir menos del 1% de los gases de efecto invernadero del planeta, enfrenta una triple amenaza: escasez de agua, deforestación acelerada y un modelo agrícola vulnerable a los cambios del clima. FOTO EL COLOMBIANO

En un momento en que Colombia y el mundo enfrentan crisis climáticas cada vez más agudas, con esta edición de Visión Estratégica ponemos sobre la mesa una tesis: la sostenibilidad ya no es una opción reputacional, sino una obligación moral, económica y social.

Las cifras son tan contundentes como preocupantes: apenas el 16% de las metas trazadas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) van camino a cumplirse de aquí a 2030. Un retroceso que, lejos de ser un fenómeno lejano, golpea con fuerza a América Latina y, en particular, a Colombia.

Nuestro país, pese a emitir menos del 1% de los gases de efecto invernadero del planeta, enfrenta una triple amenaza: escasez de agua, deforestación acelerada y un modelo agrícola vulnerable a los cambios del clima. Los efectos se traducen en racionamientos, presión sobre los embalses, y pérdida de biodiversidad. A esto se suma una inversión ambiental de apenas el 0,16% del PIB, muy por debajo del 3% recomendado para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París.

Sin políticas públicas claras la transición verde será desigual y volverá a castigar a las poblaciones más vulnerables. Colombia, megadiversa y altamente expuesta a fenómenos extremos, requiere con urgencia inversión estratégica en adaptación climática, descentralización de recursos y fortalecimiento de capacidades locales.

En esta edición también se destaca una tensión global que no puede pasarse por alto: mientras empresas y ciudadanos promueven acciones sostenibles, el retorno de líderes políticos como Donald Trump, con agendas contrarias a la cooperación ambiental, amenaza con desacelerar o incluso revertir avances globales. La salida de bancos estadounidenses de alianzas climáticas son señales de retroceso.

Sin embargo, aunque por un lado cunda el pesimismo, hay razones para mantener la esperanza tal y como lo podemos leer en estas páginas. Empresas colombianas como Cementos Argos y la Transportadora de Gas Internacional (TGI) lideran sus sectores en sostenibilidad a nivel mundial, y universidades como la de Los Andes o la Javeriana están formando profesionales preparados para los desafíos ambientales. También se abren caminos desde el sistema financiero, con bancos como Davivienda, Itaú o el Banco Agrario promoviendo créditos verdes y proyectos sostenibles en zonas rurales.

Pero todavía es necesario hacer más esfuerzos. La sostenibilidad requiere una visión de largo plazo, una medición rigurosa de impactos y un compromiso intersectorial real. Sin datos, no hay estrategia; y sin estrategia, no hay transformación.

Debemos entender que proteger la biodiversidad y adaptarnos al cambio climático no es un lujo de países desarrollados, sino una necesidad para sobrevivir. Qué bueno sería convertir la sostenibilidad en el eje del desarrollo territorial, productivo y educativo para de esa manera hacer la diferencia entre un país rezagado por la inercia y una nación competitiva y comprometida con las generaciones futuras.

¿Está Colombia dispuesta a apostar en serio por su capital natural? La hora de responder no es mañana. Es hoy.

Luz María Sierra

Directora de EL COLOMBIANO.

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