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¿Qué le aporta al medio ambiente reducir consumo de carne?

Disminuir la ingesta per cápita aporta para bajar emisiones de este sector, pero hacen falta otras medidas de fondo para atender la problemática.

  • Cada colombiano consume en promedio 18,6 kg de carne roja al año. FOTO Carlos Velásquez
    Cada colombiano consume en promedio 18,6 kg de carne roja al año. FOTO Carlos Velásquez
¿Ayuda al planeta reducir el consumo de carne?
26 de enero de 2021
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El 71 % de las tierras de cultivo que existen en el mundo se utilizan para pasto de animales. Esta presión sobre la tierra se debe a las más de 350 millones de toneladas de carne roja que consume el planeta anualmente, 46 kilos anuales por persona. Estos son algunos datos que contiene el informe Atlas Mundial de la Carne 2021, publicado en Berlín por la Fundación Heinrich Böll.

Y como respuesta, el director del Instituto de Investigación sobre las Consecuencias Climáticas de Potsdam, Johan Rockström, lanzó una especie de reto global para quien quiera sumarse a las soluciones de la problemática, con el fin de que se limite el consumo a 17 kilos de carne roja y 33 kilos de productos lácteos.

Tanto esta como otras soluciones planteadas sobre el tema ofrece varias perspectivas. El primer interrogante es, ¿qué tanto aporta al medio ambiente desestimular el consumo de carne?

El informe que entregó la Universidad de Oxford en la cumbre de Davos del año pasado señala que al disminuir el consumo de carne, sobre todo el vacuno, el planeta podría ahorrarse entre el 7% y el 26% de gases de efecto invernadero.

Y aunque la ciencia tiene consenso sobre la necesidad urgente de reducir las emisiones derivadas de toda la cadena de producción cárnica, hay voces que advierten que pensar en la eliminación total de estos productos como respuesta definitiva en favor del medio ambiente es muy riesgoso.

André Mazzetto, de la Universidad de Bangor en Gales y uno de los principales investigadores sobre el tema a nivel mundial, dijo en un informe a BBC en 2018 que para hallar sustitutos de la proteína aumentaría la demanda de solla, nueces y frijoles y todo tipo de monocultivos desencadenando igual críticos problemas de deforestación.

Desde la mirada local

Por eso, Silvia Gómez, directora de Greenpeace Colombia, sostiene que lo que buscan acciones que promueven reducir el consumo de carne y lácteos es orientar cambios paulatinos obligatorios para la supervivencia.

“En las próximas tres décadas, si no tomamos medidas, el sector agrícola será responsable de más del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero, de este porcentaje, el 70% tendrá como origen la producción de carne y lácteos”, explica.

En Colombia, donde según el Dane el 77 % del suelo productivo se destina a la ganadería y apenas el 9,2% para producción agrícola, el sector ganadero, a través de Fedegán, está comprometido a tener 100.000 hectáreas con sistemas silvopastoriles que consiste en un mejor aprovechamiento del suelo al tiempo que facilita cierta restauración ecológica del entorno donde pasta el ganado.

Encontrar soluciones diversas y graduales es fundamental, entre otras cosas, porque es un sector que, desde la cría, producción, procesamiento y conservación, ocupa a 704.185 personas en el país y según la Andi el 64% de los hogares que desarrollan actividad ganadera de carne se considera pobre, por lo que es necesario abordar un problemática crítico como este, desde diferentes enfoques

El 71% de las tierras de cultivo que existen en el mundo se utilizan para pasto de animales. En contraste, apenas el 18% se emplean para alimentos directamente cultivables. Esta presión sobre la tierra se debe a las más de 350 millones de toneladas de carne roja que consume el planeta anualmente, 46 kilos anuales por persona.

Estos son algunos datos que contiene el informe Atlas Mundial de la Carne 2021, publicado hace dos semanas en Berlín por la Fundación Heinrich Böll. El documento de 50 páginas ofrece un amplio panorama del impacto ambiental y a la salud humana que desencadena la producción y consumo actual de carne. La FAO señala, por ejemplo, que la ganadería consume el 8% del agua en el planeta. Además según informes de la Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU es uno de los responsables principales de la deforestación, como en la Amazonia.

El director del Instituto de Investigación sobre las Consecuencias Climáticas de Potsdam, Johan Rockström, lanzó una especie de reto global para quien quiera sumarse a las soluciones de la problemática, para que limiten el consumo de carne a 17 kilos de carne roja y 33 kilos el de productos lácteos.

Tanto esta como otras soluciones planteadas sobre el tema ofrece varias perspectivas. El primer interrogante es, ¿qué tanto aporta al medio ambiente desestimular el consumo de carne?

El informe que entregó la Universidad de Oxford en la cumbre de Davos 2019 señala que al disminuir el consumo de carne, sobre todo el vacuno, el planeta podría ahorrarse entre el 7% y el 26% de gases de efecto invernadero.

Y aunque la ciencia tiene consenso sobre la necesidad urgente de reducir las emisiones derivadas de toda la cadena de producción cárnica, hay voces que advierten que pensar en la eliminación total del consumo de carne como respuesta definitiva en favor del medio ambiente es riesgoso.

André Mazzetto, de la Universidad de Bangor en Gales y uno de los principales investigadores sobre el tema a nivel mundial, dijo en un informe a BBC en 2018 que para hallar sustitutos de la proteína aumentaría la demanda de solla, nueces y frijoles y todo tipo de monocultivos desencadenando igual críticos problemas de deforestación.

Por eso, Silvia Gómez, directora de Greenpeace Colombia, sostiene que lo que buscan acciones que promueven reducir el consumo de carne y lácteos es orientar cambios paulatinos obligatorios para la supervivencia. “En las próximas tres décadas, si no tomamos medidas, el sector agrícola será responsable de más del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero, de este porcentaje, el 70% tendrá como origen la producción de carne y lácteos”, explica.

Óscar Alfonso, quien dirige el Laboratorio Hambre Cero del Externado, insiste en que cualquier tema que aborde el impacto ambiental derivado de la producción de comida debe contemplar la perspectiva que involucra al consumidor.

“Países, organizaciones competentes y también la academia quizás tardamos en plantear las implicaciones que tiene que el consumo de comida per capita esté por encima de la posibilidad del planeta para alimentarlos, además de la pésima distribución. Hay de fondo, estructural, una necesidad de transformar los sistemas alimentarios”, señala.

¿Qué le favorece al cuerpo?

La FAO recomienda que una persona consuma 20 gramos de proteína animal al día, es decir, 7,3 kilos al año, para lo cual requiere consumir anualmente 33 kg de carne magra o 60 kg de huevos o 230 kg de leche o 45 kg de pescado.

El nutriólogo de la Javeriana, Benjamín Ramírez, sostiene que no existe sustituto “para la carga proteica, minerales y vitaminas que ofrece la carne”.

La nutricionista Nicoleth Velásquez señala que la decisión de limitar y suprimir el consumo de carne exige un estrecho acompañamiento profesional para "lograr una dieta combinada que supla todos los requerimientos de vitaminas, ácidos grasos omega 3, proteínas, vitamina D, macro y micronutrientes y evitemos, entre otros riesgos, déficit energéticos".

Retos y soluciones

En Colombia, donde según el Dane el 77 % del suelo productivo se destina a la ganadería y apenas el 9,2% para producción agrícola, el sector ganadero, a través de Fedegán, está comprometido a tener 100.000 hectáreas con sistemas silvopastoriles que consiste en un mejor aprovechamiento del suelo al tiempo que facilita cierta restauración ecológica del entorno donde pasta el ganado.

Encontrar soluciones diversas y graduales es fundamental, entre otras cosas, porque es un secto que, desde la cría, producción, procesamiento y conservación, ocupa a 704.185 personas en el país y según la Andi el 64% de los hogares que desarrollan actividad ganadera de carne se considera pobre, por lo que es necesario abordar un problemática crítico como este, desde diferentes enfoque.

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