El mundo cada vez más se inclina hacia la sobreproductividad. En ese escenario, el trabajo continúa siendo la actividad a la que más tiempo le dedicamos y por eso es importante elegir un trabajo en el que nos sintamos cómodos.
Sin embargo, para algunas personas es imposible sentirse cómodos, así sea el trabajo que siempre han soñado. Se trata de las personas con ergofobia, un miedo irracional y persistente al trabajo, que puede tener un impacto profundo en la vida cotidiana.
La ergofobia, también conocida como “ergatofobia” o “ponofobia”, se define como el miedo extremo y desproporcionado a hacer tareas o asumir responsabilidades laborales.
Aunque todos experimentamos ocasionalmente un cierto nivel de estrés o ansiedad relacionados al trabajo, la ergofobia va más allá y puede llegar a paralizar a las personas, impidiéndoles llevar a cabo sus labores cotidianas.
Según la Mayo Clinic, las fobias específicas, entre ellas la ergofobia, son miedos extremos que realmente suponen poco o ningún peligro pero que producen una gran ansiedad. Sin tratamiento, las fobias específicas suelen durar toda la vida.
Síntomas de la ergofobia
Los síntomas de la ergofobia pueden variar en intensidad, pero generalmente incluyen:
Ansiedad extrema: Las personas con esta fobia pueden sentir una ansiedad incontrolable y desproporcionada cuando se enfrentan a la idea de trabajar o realizar tareas laborales.
Evitación constante: quienes sufren de ergofobia tienden a evitar situaciones laborales a toda costa. Pueden faltar al trabajo regularmente o evitar responsabilidades que impliquen desempeñar tareas laborales.
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Malestar físico: La anticipación del trabajo puede llevar a síntomas físicos como palpitaciones, sudoración excesiva, temblores y sensación de náuseas.
Preocupación excesiva: El pensamiento constante y angustiante sobre el trabajo y sus responsabilidades puede consumir la mente de alguien con ergofobia.
Tratamiento
Afortunadamente, existen enfoques eficaces para tratar la ergofobia y recuperar la calidad de vida:
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): La TCC es uno de los enfoques más respaldados por la investigación para tratar la ergofobia. Ayuda a las personas a identificar patrones de pensamiento negativos y a reemplazarlos por pensamientos más realistas y adaptativos.
Exposición gradual: Bajo la guía de un profesional, la exposición gradual al trabajo puede ayudar a las personas a enfrentar y superar su temor. Comenzar con tareas pequeñas y aumentar gradualmente la complejidad puede ser efectivo.
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Técnicas de relajación: la práctica regular de técnicas de relajación, como la meditación y la respiración profunda, puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés relacionados con el trabajo.
Apoyo psicológico y social: contar con el apoyo de amigos, familiares y profesionales de la salud mental puede ser fundamental para superar la ergofobia.
Investigaciones publicadas en el Journal of Anxiety Disorders, respaldan la eficacia de estos enfoques en el tratamiento de esta fobia. Si sientes que te sucede algo similar, busca ayuda profesional.
Esta fobia es una fuente abrumadora de ansiedad y temor, que impide una calidad de vida alta. Sin embargo, con el apoyo de especialistas, es posible superar este obstáculo y retomar el control sobre la vida laboral y cotidiana.
*Este artículo fue escrito con apoyo de Inteligencia Artificial.