La imagen muestra a un hombre de 69 años con el lado izquierdo de su rostro afectado por la exposición prolongada al sol.
Durante 28 años trabajó como conductor de camiones de correo y no imaginó que su piel se estaba afectando paulatinamente.
La fotografía, publicada en la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra en 2012, muestra los efectos sobre su cara luego de recibir radiación solar y cómo se ve la parte que no lo recibió.
Luego de examinar su rostro los investigadores descubrieron que “hay indicios del síndrome de Favre-Racouchot, conocida como dermatoheliosis o fotoenvejecimiento”.
La publicación explica que esto fue causado por la continua exposición a los rayos Ultravioleta A (UVA), que se transmitieron a través del cristal del camión, lo que endureció la piel y destruyó las fibras elásticas del órgano.
Según Skincancer.org, los UVA son casi imposibles de evitar (incluso traspasan las nubes), ya que representan hasta “el 95 por ciento de la radiación UV que llega a la superficie de la tierra”.
Por esta razón los científicos le recomendaron a este paciente (y a cualquier persona) el uso constante de protector solar.