Cada año, en los primeros días de octubre, la prensa del mundo reporta los nombres de los ganadores de los premios Nobel. En esta ocasión el laurel, en la categoría de Física, le fue entregado a los científicos Pierre Agostini, Ferenc Krausz y Anne L'Huillier por sus investigaciones sobre los electrones y sus funciones dentro de los átomos y las moléculas. “Ahora podemos abrir la puerta al mundo de los electrones. La física de attosegundos nos brinda la oportunidad de comprender los mecanismos que se rigen por los electrones. El siguiente paso será utilizarlos”, dijo Eva Olsson, presidenta del Comité del Nobel de Física.
Un attosegundo es una medida de tiempo que está relacionada con cuánto tarda en atravesar la luz un átomo. Según estimaciones de los expertos, un attosegundo es el equivalente de una trillonésima parte de un segundo.
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Cada uno de los laureados realizó experimentos que han permitido afinar las herramientas de medición y han aumentado la comprensión sobre el universo atómico. Y así parezcan parte de un relato de ciencia ficción, estos experimentos no son recientes. Algunos se remontan a finales de los ochenta. En el comunicado oficial del premio Nobel se menciona el descubrimiento que hizo L'Huillier en 1987 al transmitir una luz láser infrarroja a través de un gas noble: la científica se dio cuenta de que se producen diferentes matices de luz. “Cada matiz es causado por la luz láser que interactúa con los átomos del gas; les da a algunos electrones energía adicional que luego se emite en forma de luz”, afirma el texto.