Desde mediados de este año una serie de audios han estado circulando por WhatsApp creando temor entre padres. En ellos se cuentan historias truculentas que tienen como argumento principal el robo de menores de edad: raptos en el transporte público, colegios y escenarios deportivos.
Aunque las autoridades policiales y la Secretaría de Seguridad de Medellín han desmentido los hechos aclarando que se trata de historias recicladas —han estado circulando en los últimos cinco años— difundidas para generar desconfianza entre la población y legitimar el accionar de grupos ilegales, una vez divulgadas las familias y niños suelen permanecer inmersos en una bruma de temores y desconfianza. Tanto que algunos padres optan por no enviarlos al colegio o los mismos pequeños se niegan a salir.
Es natural sentir temor
El miedo es un sentimiento natural y protector —se corresponde con el instinto de supervivencia— presente sobre todo durante la etapa de crecimiento: los niños se encuentran descubriendo el mundo y viven a diario experiencias nuevas.
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Lo importante no es suprimirlo ni evitarlo a toda costa, se trata de contar con las herramientas emocionales y reflexivas necesarias para entenderlos y sobreponerse a ellos, de manera que no interfieran con las actividades cotidianas básicas como alimentarse, asistir a los centros educativos o compartir con los amigos.
El psiquiatra Jorge Guillermo Soto Vega, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, enfatiza en que es normal que frente a este tipo de “noticias”, aunque falsas, haya ansiedad y preocupación. Sin embargo, recuerda que los delitos como el robo siempre han existido, “de ahí que más allá del pánico actual, estas estrategias (a continuación) deban ser implementadas en todo momento”.
Comunicación ante todo
Escuchar al menor de edad es clave. Converse con él en torno a sus preocupaciones, pregúntele cómo se siente, a qué le tiene miedo. Atienda y sea comprensivo. “No está mal que se quiera cuidar, que no se quiera exponer, pero no querer salir o ir al colegio, no es la solución. Hay que explicar que son rumores y que puede contar con que estará acompañado y protegido”, complementa Jorge Mario Rubio, magíster en Psicología y docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia.
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Así mismo, según Soto, no es necesario ocultarles lo que está ocurriendo, lo mejor es explicarles de forma clara y sencilla, de manera que sepan que hay riesgos al salir de casa, pero que es posible minimizarlos y mantenerse seguro si se toman algunas medidas.
Deje en evidencia las estrategias que están tomando para estar seguros. “Explíquele que usted lo protege, que un adulto lo acompañará, por ejemplo, al colegio para cuidarlo, etcétera”. Así mismo, puede hacerlo partícipe de las medidas, pregúntele qué se le ocurre para sentirse confiado y volver a salir. Tenga en cuenta sus ideas y cumpla con los compromisos asumidos para que el pequeño no pierda la confianza.
Asuma su papel
Como usted es el adulto, lo ideal es que sea usted mismo el que analice, antes de creer y difundir, cada uno de los audios e imágenes que encuentra en Internet. De acuerdo con Soto y Rubio, es crucial verificar la fuente de lo que se está leyendo, para confirmar que son oficiales (periódicos, alcaldía, etc), pues “a través de redes sociales cualquiera puede generar contenido falso. Hay que identificarlo”.
Recuerde que los menores deben mantener activa su vida social porque, complementa Rubio, les permite establecer relaciones sociales saludables, mantener su salud mental, estar libres de la tecnología, desarrollar habilidades comunicacionales y motrices. Es necesaria para su neurodesarrollo, la tolerancia al malestar y la resolución de conflictos. “Estamos saliendo de un confinamiento que los afectó bastante, no es momento de hacer caso a fake news”.
Ante fenómenos como estos las autoridades evalúan los relatos e investigan su veracidad. Según aseguró a EL COLOMBIANO el comandante Javier Martín, han destinado equipos de inteligencia y policía judicial aunque no han recibido denuncias formales.