En el 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) estableció los Objetivos Globales como un plan para “lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”, con acciones concretas y realizables y con una fecha de caducidad: 2030.
Sin embargo, año tras año el planeta avisa a gritos y con estragos que está cambiando y que la deforestación, la escasez de agua, el consumo abusivo, el aire y el mar contaminado, el cambio climático y el peligro en el que se encuentra la biodiversidad, no son solo una realidad latente, sino también el rastro ensordecedor y atribulado de la humanidad.
Razón suficiente para entender que nuestra obligación es, tal y como lo dice Jessica Arias, candidata a doctora en Ciencias Biológicas de la Universidad Javeriana, preservar los recursos naturales, proteger los ecosistemas y asegurar la conservación de nuestra existencia y la de las demás especies.
De la mano de la profesional y de Yober Arias, director de la organización ambiental Cumbres Blancas, se creó este listado de acciones que son fáciles de adoptar y que a un largo plazo contribuyen al cuidado de la Tierra.
Tome nota y que sea un propósito para este nuevo año, por usted y el futuro de la biodiversidad y los ecosistemas
1. Evitar el desperdicio de alimentos
Dejar de comprar demasiados productos a la vez trae consigo el beneficio de planear un menú semanal y así evitar que las verduras y demás productos del mercado se pierdan y terminen en la basura contribuyendo a las emisiones de gases de efecto invernadero y al desperdicio el agua y demás recursos necesarios para su cultivo.
2. Un no rotundo a los plásticos de un solo uso
Los plásticos de un solo uso son aquellos propios de una cultura de usar y botar, que ignora por completo que el plástico es un material valioso y aprovechable. Los que se encuentran más comúnmente en el ambiente son: “colillas de cigarrillos, botellas para bebidas, tapas de botellas, envoltorios de comida, bolsas de supermercados, pitillos y agitadores, otros tipos de bolsas y recipientes de espuma para llevar”, según la hoja de ruta para la sostenibilidad de la ONU. ¿Qué hacer? Sustituirlos por objetos que cumplan su misma función pero que sean hechos con materiales reutilizables como bolsas de tela o de maíz, por ejemplo.
3. Incursionar en el ecoturismo
Dado el deterioro constante de las condiciones climáticas, promover, incursionar y minimizar el impacto negativo de los viajes comunes involucra temas de conservación de ecosistemas, de apoyo a la comunidad y de desarrollo sostenible en el territorio que se visita, por lo que no solo terminan siendo beneficioso para el viajero y para el lugar impactado sino también para el planeta en general.
4. Disminuir el consumo de carne
En medio de la tragedia climática hay que hablar de la producción de carne vacuna y de la producción de lácteos, ya que como el ganado libera metano, un potente gas de efecto invernadero, y necesita la constante expansión de tierras para su sobrevivencia (es decir, a su causa se asocia en gran medida a la deforestación del planeta) es imprescindible cambiar los hábitos alimenticios, ya que como lo explica Eduardo Calvo, investigador del Panel Intergubernamental de Cambio Climático a la BBC Mundo: “No existe prejuicio contra la proteína de origen animal siempre que sea producida en sistemas resilientes, sostenibles y de bajas emisiones”. Igual la invitación será siempre: ¡a comer más vegetales!
5. Comprar local
El uso de transportes contaminantes también está presente en los productos que se compran y que provienen de países en desarrollo, los cuales requieren viajar cientos de kilómetros por tierra, mar o aire para llegar hasta el destino en el que es requerido. Así que comprar local no solo implica disminuir el impacto ambiental en materia de transporte y embalaje, también implica promover la economía de la región, apostarle al consumo responsable y cambiar los hábitos de consumo por uno que favorezca al medio ambiente.