El sistema de edición de genes CRISPR-Cas9 –una especie de tijeras con la capacidad de alterar rápidamente el código de la vida– que es barato, rápido y más preciso que las técnicas anteriores, abrió las puertas para todo tipo de investigación cuando se lanzó en 2012.
Esta semana un estudio publicado en Nature Communications por Feng Zhang y su grupo del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Harvard muestra cómo la nueva enzima Cas12b puede ser diseñada para cortar o editar con precisión los genomas de las células humanas.
Zhang utilizó por primera vez el revolucionario CRISPR-Cas9 y otros sistemas para la edición de organismos eucariotas.
Ahora, la alta especificidad de la enzima Cas12b de la bacteria Bacillus hisashii (BhCas12b) –en comparación con la anterior Cas9–, hacen que este sistema sea adecuado para aplicaciones in vivo.
El equipo está ahora trabajando para que CRISPR-Cas12b esté ampliamente disponible para la investigación, como ya hizo con las herramientas de edición del genoma anteriores.
Los autores identificaron previamente a Cas12b como una de las tres nuevas y prometedoras enzimas CRISPR en 2015 (además de Cas9 y Cas12a), pero se enfrentó a un obstáculo.
Como Cas12b proviene de bacterias que viven en ambientes muy calientes, la enzima naturalmente solo funciona a temperaturas superiores a la del cuerpo humano.
“Nuestra sistema Cas12b para funcionar a temperaturas altas pone otra herramienta en la caja de herramientas CRISPR”, explicó Zhang. “A diferencia de Cas9, Cas12b puede ser más específico, lo que significa menos riesgo de efectos fuera del objetivo”.