En el centro de nuestra galaxia, a 26.000 años luz de nosotros, poderosas fuerzas, una luz ultravioleta intensa y una potente radiación están presentes. Es la región donde se encuentra el agujero negro con una masa de 4 millones de soles.
Un ambiente hostil, si puede llamarse así. Allí no debe haber estrellas en formación, menos las pequeñas tipo Sol. Pero... cosa extraña. Observaciones con el Atacama Large Millimeter/submillimiter Array, conocido como Alma, revelan que hay estrellas formándose en esa región de la Vía Láctea, que está cubierta de polvo y gas densos.
Alma muestra señales de 11 estrellas formándose peligrosamente cerca al supermasivo agujero negro, conocido como Sagitario A. Están en un radio dentro de 3 años luz.
A esa distancia las fuerzas de marea por el agujero deberían ser tan fuertes que destrozarían las nubes de polvo y gas antes de que pudieran formar estrellas.
El sorpresivo hallazgo de esas protoestrellas (la etapa de formación entre una densa nube de gas y una estrella joven refulgente) sugiere que existen allí las condiciones necesarias para que nazcan estrellas de masa baja a pesar de ser tal vez la región más turbulenta de nuestra galaxia.
El estudio fue publicado en el Astrophysical Journal Letters.
“A pesar de las probabilidades vemos la mejor evidencia de que se están formando estrellas de poca masa muy cerca del agujero negro”, dijo Farhad Yusef-Zadeh, astrónomo de Northwestern University en Evanston, Illinois, cabeza del artículo. “Es un resultado de veras sorprendente, uno que demuestra cuán fuerte puede ser la formación de estrellas, incluso en los lugares más improbables”.
Alma muestra además que las protoestrellas son muy jóvenes, de unos 6000 años de edad, la fase más temprana observada en un ambiente tan hostil.
Fueron identificadas al observar el clásico doble lóbulo de material a lado y lado. Las moléculas en ellos, como las de monóxido de carbono, resplandecen en la longitud de onda de luz de milímetro que Alma detecta con gran precisión.