Y ahí iba. Caminaba hacia el micrófono con su clásico vestido de paño, esta vez con una corbata vino tinto y en su solapa izquierda su irreemplazable paloma de la paz.
Cada vez que daba un paso veía cómo se iba levantando la gente de sus puestos. Desde las primeras filas hasta las últimas en lo más alto de las gradas. Todos aplaudiendo sin excepción.
“Gracias”, dijo para apagar los aplausos de las cerca de 9 mil personas que tenía al frente y lograr el espacio para hablar.
Cuando la música de la sinfónica que se encontraba en la tarima, y que marcó con sus tonadas su entrada triunfal terminó; cuando se vieron bien las caras de los premios Nobel de Paz que al fondo surgían entre los colores de la gran pantalla que iluminaba el escenario; y cuando Juanes salió de la tarima luego de presentar al presidente Juan Manuel Santos al quien le agradeció por el proceso de paz, el mandatario colombiano dijo: “Debo reconocer que tengo miedo, porque uno no recibe el Premio Nobel de Paz todos los días”.
Fue el estadio Telenor Arena el escenario donde se dieron esas palabras, y donde con un concierto se cerró con broche de oro los tres mejores días de la vida del presidente colombiano que dijo un día –ante la sorpresa de todos-, que él tenía la llave de la paz.
Pero antes, varios artistas internacionales cantaron, entre ellos Marcus y Martinus, dos pequeños intérpretes de tan solo 14 años que felicitaron al presidente: “Quisiéramos a través suyo expresar todo nuestro respeto por el trabajo que ha hecho por la próxima generación de colombianos y decir: ¡Felicitaciones!”.
También Highasakite y las artistas estadounidenses Icona Pop y Halsey, que cantaron en medio de un juego de luces e imágenes en donde predominaban los colores blancos y azules que tenían fascinado al público noruego.
Pero esos colores cambiaron cuando el presentador y comediante estadounidense, Conan O’Brien, presentó al cantante colombiano Juanes: amarillos, azules y tonos más vivos fueron los que se vieron e hicieron poner de pie al público y a quienes estaban acompañando al nuevo premio Nobel en un palco especial.
(Vea aquí: Así cantó Juanes en el homenaje al Nobel de Paz en Noruega)
Juanes cantó tres canciones: A dios le pido, que la conocían todos y que hizo que hasta quienes no sabían bailar intentaran moverse al ritmo de la canción; su nuevo sencillo Fuego, y la última –porque cada uno cantó solo tres canciones-, La camisa negra que de nuevo hizo emocionar a los asistentes.
Claro, los noruegos no cantaban mucho sus letras, pero las disfrutaron y algunos se veían curiosos mirando cómo los colombianos que, en medio de esos cuerpos altos, de piel blanca y de ojos verdes, se encontraban y disfrutaban de escuchar al paisa.
El presentador
Conan O’Brien fue el encargado de ponerle el humor al evento, pero también fue el que dijo la frase que quizás demarca el inicio del nuevo camino que inevitablemente inicia Santos con su premio.
Él destacó su respeto por el trabajo que está haciendo en Colombia, donde se han vivido muchas dificultades, pero también le dijo que espera que hiciera lo mismo por su país: Estados Unidos.
Luego, y en medio de risas, mostró los que serían los actores que se parecen a los premios Nobel que han sido reconocidos por el Comité Noruego. Por ejemplo Frozono, uno de los personajes de ‘Los Increíbles’, dijo que se parece al presidente estadounidense Barack Obama, la actriz Jamie Lee Curtis al expresidente estadounidense Jimmy Carter; y el presidente Santos al capitán Kirk de la película Star Trek.
El espectáculo fue un éxito y más con el cierre de Sting, por el cual iban muchos de los asistentes. Un show a la altura de lo que vivió el presidente en estos días en los que recibió el Nobel, fue saludado con admiración y respeto por el pueblo noruego, reconocido por los reyes, destacado por todo el mundo y aplaudido por esas 9 mil personas que lo veían acercarse al micrófono.
Pero más allá de las luces, de las palabras de agradecimiento del mandatario, de los reconocimientos por parte de los cantantes, se vieron a los colombianos.
En cortos videos que eran los enlaces entre una interpretación y otra se mostraron las marchas que se registraron tras el plebiscito del 2 de octubre; se vieron las fotos de Mads Nissan, que se exponen en el Centro Nobel de Paz de Oslo donde además del presidente se ven imágenes de guerrilleros; de la selva colombiana; y de una niña sobre una cama con tonos rosados enmarcada por un arma y el borde del brazo de un guerrillero.
Todo en un aura de respeto pero al mismo tiempo de una mirada lejana. Los videos cortos no alcanzan a explicar ni la quinta parte de la historia colombiana, del dolor, de las víctimas, del sufrimiento; pero lo que sí logran, o al menos así se vio en aquel escenario, es convertir esas imágenes tristes en un mensaje esperanzador que inevitablemente lleva el apellido Santos.
Ahora, cuando el próximo año sea nombrado un nuevo Premio Nobel de Paz el presidente no será el centro de atención, pero sí saldrá en los videos junto a personajes como Malala Yousafzai, Kofi Annan y Nelson Mandela diciendo sus frases más célebres, como pasó este domingo.
Una de esas podría ser la que dijo el sábado en su primer discurso como Nobel: “La victoria final por las armas, cuando existen alternativas no violentas, no es otra cosa que la derrota del espíritu humano”.
Este domingo además el presidente Santos se reunió con la Primera Ministra de Noruega, Erna Solberg.