Es un dolor muy grande, no solo como alcalde sino como ciudadano y padre de familia.
Lo ocurrido tiene que llamar a la reflexión sobre la realidad de situaciones en la ciudad que no se pueden negar: una criminalidad que hay que enfrentar, y es entre todos.
Frente al tema específico del hurto de motos, por lo que se generó este ataque contra Luis Alberto Cartagena, hay que decir que se alimenta un círculo vicioso de gente que compra repuestos de segunda a veces de motos robadas. Por eso venimos haciendo operativos contra un tema tan crítico y no vamos a descansar.
Estamos en una lucha contra la criminalidad y no vamos a parar y mucho menos con sucesos tan tristes como estos. La delincuencia tiene que saber que la vamos a perseguir.
Se trata también de un tema social, de violencia, de pobreza, de falta de oportunidades, pero no podemos dejar de lamentar la muerte de un gran ser humano y llamarnos a reflexionar sobre qué es lo que pasa en la ciudad.
Por duro que suene, debo decirlo: quien compra repuestos robados y motos robadas ha contribuido, de alguna manera, a la muerte de Luis Alberto. Una práctica que alimenta la ilegalidad y la existencia de estas estructuras criminales. Es hora de dar pasos a la cultura de la legalidad.
