En el tercer cuarto del año se profundizó el ajuste de la actividad productiva. La variación observada fue de 1,2 % anual, muy por debajo de los registros de hace un año (3,1 %). También fue inferior a nuestra expectativa de 1,6 %. Cinco de las nueve ramas de actividad registraron crecimientos anuales positivos. Los sectores con mayor dinamismo fueron construcción, servicios financieros e industria. Los sectores con el menor desempeño fueron minería, electricidad, gas y agua y agricultura.
Los resultados apuntan a que la demanda interna se ha frenado. Tenemos un entorno marcado por la baja confianza de los agentes, el ciclo contractivo de la política monetaria, la pérdida de poder adquisitivo por la inflación y la baja dinámica de la inversión. Por todo esto, bajamos nuestra proyección de crecimiento para 2016 desde 2 % hasta nuestro anterior escenario pesimista de 1,8 %.
En línea con nuestra expectativa, el Banco de la República mantuvo su tasa en 7,75 %. No obstante los buenos resultados de octubre, las expectativas de inflación a un año todavía están cerca del 4 % y las medidas de inflación permanecen altas. El contexto internacional no es propicio para cambiar la orientación de la política monetaria. El incremento de la incertidumbre global ha conducido a un fortalecimiento del dólar y a desvalorizaciones de los activos.