La humanidad está librando una guerra contra la naturaleza. Esto es insensato y suicida. Las consecuencias de nuestra imprudencia ya son evidentes en el sufrimiento humano, las enormes pérdidas económicas y la acelerada erosión de la vida en la Tierra.
Poner fin a nuestra guerra no significa renunciar a los logros del desarrollo que tanto nos costó conseguir, tampoco cancela la legítima aspiración de las naciones y pueblos más pobres de disfrutar de mejores niveles de vida. Por el contrario, hacer las paces con la naturaleza, asegurar su salud y aprovechar los beneficios críticos y infravalorados que proporciona son fundamentales para un futuro próspero y sostenible para todos.
Este informe proporciona la base para la esperanza. Al reunir la evidencia científica más reciente que muestra los impactos y amenazas de la emergencia climática, la crisis de la biodiversidad y la contaminación que mata a millones de personas cada año, deja en claro que nuestra guerra contra la naturaleza ha dejado al planeta roto. Pero también nos guía a un lugar más seguro al proporcionar un plan de paz y un programa de reconstrucción de posguerra.
Al transformar la forma en que vemos la naturaleza, podemos reconocer su verdadero valor
