Los bancos centrales están en el medio de una rápida transformación del sector financiero y del sistema de pagos. Innovaciones como las criptomonedas, los stablecoins y los sistemas cerrados de las grandes tecnológicas, todas tienden a actuar contra los elementos de interés público que están en la base de los sistemas de pagos. El DNA de las innovaciones favorece un círculo virtuoso de mayor acceso, bajos costos y buenos servicios, pero también puede crear un círculo vicioso de favorecer el poder de mercado y la concentración de los datos. El resultado final dependerá no solo de la tecnología, sino también de las estructuras de mercado y de la administración de los datos. Los bancos centrales están trabajando para salvaguardar la confianza del público en el dinero y en los pagos durante este período convulsionado. Para diseñar el sistema de pagos del futuro, ellos están comprometidos en el desarrollo de las monedas digitales al detalle y al por mayor, al lado de otras innovaciones para fortalecer los sistemas de pagos convencionales. El propósito de esos esfuerzos es fomentar innovaciones que están al servicio del interés público. Las monedas digitales de los bancos centrales son una oportunidad única para diseñar una representación tecnológicamente avanzada del dinero de un banco central
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