Algunas de las previsiones iniciales sobre los efectos de la crisis en las remesas de LAC no tomaron en cuenta suficientemente la resiliencia laboral y el compromiso que los migrantes tienen con las necesidades de sus familias y seres cercanos en sus países de origen. Ambos atributos de la población migrante se manifiestan en los flujos de remesas en 2020 y en los datos de la encuesta a los migrantes venezolanos presentados en este documento. Igualmente fue un factor decisivo en 2020 el apoyo financiero que dieron muchos países receptores de migrantes a los trabajadores afectados por la pandemia, un apoyo que mitigó la pérdida de ingresos, y que junto con el uso de ahorros permitió a los migrantes de América Latina y el Caribe enviar dinero a sus allegados familiares y, para los cuales, muchas veces las remesas se convirtieron en la fuente principal de ingresos. En el futuro deberemos seguir generando y analizando nueva información sobre los migrantes, su situación laboral, cómo envían las remesas y las variables que afectan la forma como las envían. Ello ayudará a generar políticas públicas útiles y oportunas que ayuden a la población migrante y sus familias
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