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La política suele ser dinámica, pero en casos como el que se presenta actualmente en la contienda por la alcaldía de Medellín, la dinámica está llegando al extremo de lo inaudito. Resulta sorprendente ver cómo muchos políticos que solían ser cercanos a la administración de Daniel Quintero ahora, para sus campañas electorales, montan vallas en las que aparecen atacando al alcalde.
La lista es larga pero hay casos de casos. Llaman la atención por ejemplo los que llevan todo el mandato de Quintero como sus amigos o aliados, en algunos casos trabajando de su mano, y ahora se ponen la camiseta de candidatos y le quieren hacer creer a la ciudad que se han alejado de él.
Lucas Cañas, quien hasta hace poco era el presidente del Concejo de Medellín y quien ha sido un gran aliado del alcalde, incluso en decisiones polémicas, ahora exhibe vallas por toda la ciudad pidiendo firmar una “Carta contra Quintero” y no ahorra declaraciones en contra del mandatario.
Es un caso similar al de Mauricio Tobon, candidato a la Gobernación, quien si bien no ha trabajado con Quintero es reconocido por haber sido su aliado en el gobierno. Ahora Tobón hace campaña diciendo que hay que sacar a Quintero y a Petro de Antioquia.
Es difícil saber si lo que ocurre con estos dos quinteristas purasangre, que ahora se presentan como antiquinteristas, es una estrategia publicitaria para conectarse con una opinión pública que cada vez es más crítica del gobernante local y así poder tener chance de ganar las elecciones; o si por el contrario, estamos ante una estrategia ideada desde el propio corazón del movimiento Independientes para tener no solo candidatos a favor del alcalde sino también tener candidatos disfrazados de anti y así copar todos los espacios.
La manera como ambos candidatos atacan a Quintero llama la atención, como si quisieran ‘apropiarse’ de un mensaje que podría ser ganador en estas elecciones y dejar así sin frase de campaña a los verdaderos opositores del actual gobierno.
En este grupo también cabría Santiago Jaramillo, quien ahora critica duramente al alcalde a pesar de haberlo respaldado hace cuatro años y haber trabajado como contratista en Telemedellín durante este cuatrienio. Y el caso más curioso es el de Andree Uribe, exsecretaria de Salud y exalcaldesa encargada, quien a pesar de haber sido precandidata de Independientes ha tratado de construir una campaña al margen del actual alcalde, inclusive llegando a criticar abiertamente temas como la inversión en infraestructura educativa de la administración de la que hasta hace poco formaba parte. ¿No debería asumir alguna responsabilidad política por su papel en un gabinete que llegó a liderar?
Otro grupo es el de los que apoyaron a Quintero en su campaña y en el primer año de su gobierno pero que ahora están arrepentidos. Luis Bernardo Vélez, por ejemplo, quien a pesar de ser una de las primeras figuras políticas en la ciudad en respaldar el proyecto de Independientes, desde 2021 ha estado realizando una campaña abierta en oposición al legado de Quintero. Un caso parecido al de Gilberto Tobón, que dio un empujón en la campaña del hoy alcalde e incluso fue contratado como asesor en la Secretaría de Educación, pero ahora no ahorra frases picantes contra la gestión del alcalde.
Los candidatos a la Gobernación tampoco se quedan atrás en el ejercicio de negación del alcalde Quintero. A pesar de formar parte de un bloque que se define como “anti-quinterista” y “anti-petrista”, los precandidatos Eugenio Prieto, Juan Diego Gómez así como el ya mencionado Tobón cuentan con vínculos en el pasado con la actual alcaldía.
Prieto tuvo hasta enero del año pasado cuotas visibles en la Secretaría de Movilidad y en Terminales Medellín. Algo similar a lo que sucede con exsenador del Partido Conservador, Juan Diego Gómez, quien hasta hace poco tuvo cuotas burocráticas en la Alcaldía.
¿Por qué será que la mayoría de los que eran amigos del alcalde ahora buscan desligarse de él? Para la respuesta nada más hay que ver lo que dicen las encuestas de opinión: bajo todas las mediciones, Daniel Quintero es el alcalde más impopular que ha tenido la ciudad en más de 20 años. Para quienes tienen una trayectoria que va más allá de haber hecho carrera junto a él, que los asocien con su nombre parece ser un lastre.
Incluso, si como parece ser, se tratara de una simple estrategia electoral y eventualmente las lealtades hacia el alcalde se mantengan.
Más allá de lo que pase en las elecciones la realidad hoy es que los eslóganes contra Quintero -así sean verdaderos o fake- son los más populares en la campaña en Medellín. La mejor evidencia que se tiene para lo que ha sido el desgobierno de la ciudad durante los últimos cuatro años se encuentra en el cálculo de estos candidatos: los que eran sus aliados no solo lo niegan sino que lo atacan.