El primer macroestudio global sobre “Contaminación del aire por material particulado y su relación con la mortalidad diaria en 652 urbes”, de Europa, Asia, África y América, confirma los efectos nefastos del mismo en la salud pública y la muerte de millones de personas en el mundo.
El problema se acentúa entre grupos sensibles de la población: adultos mayores, niños menores de cinco años y personas con riesgos de padecer enfermedades del corazón, ataque cerebral, pulmonar y otras afectaciones respiratorias.
La investigación, divulgada recientemente por la revista científica, “The New England Journal of Medicine”, reunió un equipo de 50 científicos, quienes centraron su atención en la incidencia de dos tipos de partículas generadas a gran escala por la combustión de los motores de los carros (humo negro): las PM10 micras, capaces de penetrar hasta las profundidades de los pulmones, y las PM2.5 micras, mucho más diminutas (2,5 millonésimas de metro), que van más allá del pulmón y entran al torrente sanguíneo.
De las 652 urbes objeto de estudio, 16 de ellas de América Latina, entre las que figura Bogotá, se probó que la concentración anual por PM10 fue de 56 microgramos por metro cúbico; mientras que la concentración media anual por PM2.5 en 500 ciudades superó los 35 microgramos. Registros muy por encima del nivel de riesgo para la salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 10 microgramos de PM2.5 por metro cúbico.
Para la OMS, a partir del nivel de riesgo se disparan los casos de muertes por cáncer de pulmón, Enfermedad Obstructiva del Pulmón, paro cardiorrespiratorio, ataque cerebral y otros respiratorios y cancerígenos.
El macroestudio relaciona un incremento diario de 10 microgramos con un aumento del 0,68 % de la mortalidad diaria por todas las causas mencionadas. De manera específica, 0,55 % y 0,74 % de las muertes por problemas respiratorios y cardiovasculares, respectivamente.
En su último informe sobre la crisis ambiental, la OMS totalizó en 7 millones las personas que mueren, de manea prematura, al año por enfermedades relacionados con la mala calidad del aire. El 90 % de países pobres.
Para traer el problema a lo local, en Colombia, la Procuraduría General y ONU Ambiente, al denunciar la falta de planes de prevención y control para frenar las muertes por contaminación del aire en el país, calcularon en 8.000 los casos/año. El informe de 2019 del Instituto Nacional de Salud (INS) sobre la mala calidad del agua y el aire estimó en 17.549 las víctimas fatales por estas causas al año en el país.
Este año se han hecho públicos dos informes que corroboran la gravedad de la polución del aire sobre la salud pública en el Valle de Aburrá: “Cuantificación física y económica del impacto de la contaminación atmosférica en la salud en la población de Medellín”, 2017 y 2018, de la Contraloría General de Medellín y el Centro de Investigación Estudio y Análisis de la Universidad Nacional, que cuantificó en $5 billones el costo de las muertes en la ciudad por la mala calidad del aire y totalizó 7.285 decesos entre 2012 y 2016, relacionados con la polución. Estimó la carga contaminante del Aburrá en 1.230 toneladas de material particulado PM2.5 al año.
El segundo, “Efectos en la salud asociados a episodios de contanimanción en el Valle de Aburrá 2015 - 2016, hecho para el Área Metropolitana por investigadores de la U. de A., afirma que por los eventos centinela asociados a los contaminantes PM10, PM2.5 y O3, se registraron “en el tiempo del estudio, en promedio, por año, 5.816 defunciones”.
El problema es crítico y debe actuarse en consecuencia. Válida la decisión del alcalde Federico Gutiérrez, quien hizo públicos los registros sobre la contaminación del aire en la ciudad, los cuales, por razones no definidas, permanecieron archivados en otras administraciones.